Re: Las profecías de Ezquioga

Iniciado por
Alejandro Farnesio
Interesante lo de que no sería un Borbón. Por lo de estirpe lejana y ya olvidada podría ser un Hasburgo, aunque me parece que esa familia está muy metida en la Masonería desde hace tiempo.
«Sí que vendrá, sí que vendrá un nuevo Rey a gobernar. Es príncipe de estirpe lejana; lejana y ya olvidada… Sí que vendrá: ¡cerca está ya! Será gran guerrero: el Defensor verdadero de España, con su tradición. ¡Éste, españoles, no os hará traición!».
¿Hasburgos? ¿Y por qué no Trastámara? Al fin y al cabo, es una estirpe lejana y ya olvidada, de la que, sin embargo, fueron Reyes, Isabel y Fernando.
La única dificultad radica en establecer una línea genealógica cierta y segura hasta hoy para conocer a quién le correspondería tan extraordinaria responsabilidad. Naturalmente, todavía hoy por hoy no se dan las circunstancias propicias para dicha Causa, pero sí nos atenemos a la profecía de Ezquioga, habrá de ocurrir.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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