Estimado Godofredo:
En moral católica no cabe la menor duda. Un católico debe preferir la muerte antes que cometer un pecado contra la Fe o la Moral. Así, deviene en mártir y obtiene directamente la Gloria Eterna. Y es deber de los padres inculcar a sus hijos las virtudes sobrenaturales, en grado heroico, por amor a Dios, porque como bien dijera san Ignacio “El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima”. Todo el resto es añadidura, útil solo en la medida que le acerque a su fin último.
Ahora bien, un acto objetivamente malo es susceptible incluso de no llegar a constituir pecado subjetivamente, y esta exculpación irá en directa proporción al grado de coacción y ausencia de pleno consentimiento y libertad. Así todo, en el mejor de los casos no existirá pecado, pero aún menos un acto heroico de virtud sobrenatural como es el martirio, aspiración que debe ser la de todo católico, especialmente del confirmado, para asemejarse en perfección al único Maestro.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
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