¿¿Esnobismo?? ¿¿francesa?? XDDDDDDDDDDDDDDDDLa h es francesa introducida a través del batua.
La k, un esnobismo, mejor así:
Gora Euscalerria
Anda, (contra)revolucionario de salón, aprende algo de los carlistas de verdad:
El novelista Francisco Navarro Villoslada (1818-1895), natural de Viana, tradicionalista, en su trabajo “De lo prehistórico en las Provincias Vascongadas” (1877), escribe:
“... pero ellos no se dan a sí propios ese apelativo, ni el de vascongados, ni otro más que el de escualdunas bajo cuya denominación comprenden a todo el que habla la lengua euscara, sea español o francés, llamando asimismo escualherria, literalmente tierra de escualdunas, a todas las provincias que hablan la lengua euscara y pueblan ambas vertientes de los Pirineos occidentales: navarros, guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos, españoles; suletinos y laburdinos, franceses”.
El dirigente carlista vizcaíno Román Zubiaga, acompañando al entonces cadete Santiago Palacio en una visita a la Casa de Juntas de Gernika, le dice:
“... las tribus más celosas de su independencia refugiáronse en las montañas de aquende y allende el Pirineo, constituyendo la Euskalerria, es decir, el país de euscaldunac, de los que hablan el idioma éuskaro ...”.
La escritora carlista navarra Dolores Baleztena (1895-1989), natural de Pamplona, utiliza la denominación Euskalerria con frecuencia, por ejemplo en unas notas sobre la civilización vasca:
“... la figura del bersolari, ese admirable bardo de la Euskalerría genuinamente popular, que con asombrosa agilidad de imaginación y habilidad en versificar riñe torneos de ingenio discurriendo por los temas más dispares [...] Dignos discípulos del inmortal Iparraguirre, también voluntario de Carlos V, que con su voz arrebatadora, subyugaba auditorios de naciones extranjeras, cantando a la amacho maitia, al blanco querube de Euskalerría, a España, “lur hoberikan, ez da Europa Guziyan”, la tierra mejor cual no hay otra en Europa...”.
Jesús Etayo escribe en El Pensamiento Navarro, 17 de mayo de 1921, el artículo “Ante el cuarto centenario de la herida de Iñigo de Loyola”. Entre otras cosas, leemos:
“... como vascos, porque, a pesar de la gran desviación histórica padecida por nuestra raza, Ignacio era vasco y todos los vascos somos participantes de las glorias de Euskalerria ...”.
No estará de más mencionar que el Oriamendi, el himno de los carlistas dice:
“Gora Espainia ta Euskal Herria! Ta bidezko errege. Maite degu Euskal Herria Maite bere fuero zaharrak”.
Varias entidades y publicaciones a ambos lados de la frontera interestatal han llevado ese nombre, como la Sociedad Euskalerria, fundada en Bilbao por quien fuera diputado general del Señorío, Fidel de Sagarmínaga, en el último tercio del siglo XIX; la revista Euskal-Erria, creada en San Sebastián por José Manterola en 1889; el semanario Californiako Eskual Herria, de Los Angeles (1893-1898); el semanario La Platako Eskual Herria, publicado en Buenos Aires, en 1898, o el semanario Eskual Herria, de Baiona, fundado en 1898.
La aplicación expresa de Euskal Herria a los siete territorios históricos es patente, por ejemplo, en las poesías Gauden gu eskualdun (“Permanezcamos nosotros vascos”) y Eskualdunak (“Los vascos”), del abate labortano Gratien Adéma (1828-1907), composiciones en que se mencionan las siete provincias tradicionales. Veamos, por ejemplo, una parte de la segunda:
“Lapurdi, Nabarpe ‘ta Zubero, Eskualherriak Frantzian; Bizkai, Gipuzko, Alaba, Nabarro, berdin dire Espainian”.
(“Lapurdi, Baja Navarra, Zuberoa, los territorios vascos en Francia; y lo mismo Bizkaia, Gipuzkoa, Álava, Navarra están en España”).
Cabe señalar, entre otros, el tradicional canto del pueblo a San Miguel de Aralar, cuyo estribillo dice así: “Miguel, Miguel, Miguel guria, Zaizu, zaizu Euskal Herria”.
(“Miguel, Miguel, nuestro Miguel, protege, protege a Euskal Herria”).
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