Re: Apellidos vascos en España

Iniciado por
Reke_Ride
Es que entiendo como una única raza, la hispana, dentro de la llamada comunmente como blanca caucásica, en la que geneticamente hablando, nunca ha habido gran diferencia entre los diversos pueblos de la península. En aquellos tiempos supongo pasaba como con el vocablo país, para referirse a raza, entendiéndola desde un punto de vista tribal o de pertenencia a una comunidad. No creo que la raza de los habitantes de Guipúzcoa a principios de la Reconquista, fuera muy distinta que la de los primeros castellanos de La Montaña o las Merindades.
En sentido estricto no hay una raza hispana, sino una amalgama de etnias que a lo largo de la Historia se han ido asentando en la Península, y las variaciones que se pueden observar, por ejemplo el tanto por ciento de rubios, o de morenos cetrinos, etc., depende más del grado de concentración y mestizaje según regiones, comarcas o emplazamientos. Luego, tal como lo planteas, hubo zonas en las que se conservarían mejor ciertos rasgos propios a causa de las características orográficas del terreno que debieron favorecer una mayor endogamia, o una mayor dispersión y mestizaje. Está bien documentado que en la Cornisa Cantábrica hubo de producirse de modo predominante la endogamia.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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