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Rexista
Ulibarri, para mí los aquejados de miopía política son los que en pleno S.XXI, con el liberal-marxismo monopolizando las instituciones, los ámbitos de cultura y la gran mayoría de los medios de comunicación, siguen esperando el regreso de Carlos VII o exigiendo que se apliquen a rajatabla los 27 puntos.
A muchos se les podría aplicar la recriminación que cierto obispo hizo a algunas de las monjas de su diócesis: "sois puras como ángeles pero soberbias como demonios".
Históricamente soy de los que conceden legitimidad a lo que se dió en llamar Movimiento Nacional, como estructura socio-política y cuerpo doctrinal resultante de la fusión de las fuerzas vivas que derrotaron al marxismo en la Guerra Civil. En ese sentido reivindicar opciones políticas anteriores a éste, me parece regresivo y contraproducente, de la misma forma que me lo parece reivindicar el mismo Régimen del 18 de Julio, que fué desmantelado antes de la muerte de Franco y que recibió el golpe de gracia en 1977.
Fuerza Nueva, ya como partido político intentó preservar esa unidad doctrinal heredada del Régimen, pero también intentó restaurarlo socio-políticamente aferrándose como a un clavo ardiendo a una supraestructura demolida, error de estrategia que a mi juicio fué uno de los factores decisivos de su disolución en 1982. Ya con el sistema democrático consolidado hubo otro intento, el del Frente Nacional, que también sucumbió de la misma forma que Alianza por la Unidad Nacional y algún otro.
Todos ellos eran en mi humilde opinión muy válidos doctrinalmente ya que no habían cometido el error de dejarse arrastrar por el purismo regresivo que supone reivinidicar movimientos anteriores a 1939 y que lo único que ha logrado es degenerar en el atomismo actual que divide a los que llamándose patriotas son (somos) incapaces de supeditar personalismos y trivialidades ideológicas al interés supremo de una Patria comatosa.
Pero esos partidos sí cometieron un error grave de estrategia, y fué el de no querer entender que si Fuerza Nueva no pudo preservar el estado confesional y social en su pleno apogeo, menos lo iban a poder hacer ellos años después con el sistema democrático totalmente consolidado. Al no realizar ese esfuerzo de asimilación y adaptación, fueron incapaces de ofrecer un programa viable y realista, quedaron desfasados y fueron incapaces de conectar con el electorado.
Lo que me ilusiona de Alternativa Española es precisamente que entiendo que es el único partido nacional que teniendo esto presente, está intentando realizar ese esfuerzo de adecuación a los tiempos en que vivimos con el objetivo de salvar lo esencial, es decir, la soberanía y la unidad de la Patria y los valores cristianos que la hacen limpia.
Los demás intentos de opisición frontal al sistema, ya sea con camisas caquis o azules, boinas rojas o negras, me parecen equiparables en cuanto a regresivos, desfasados y lo que es más importante, ineficaces, en un momento en que si hay algo que necesita España es una fuerza solvente, renovada y eficiente.
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