Impía militante (y re-putada de nombre)
Soraya - con perdón - no es nombre decente. Vale para gata de angora y para pícara de alterne en club (sin más explicaciones). Soraya es nombre para letrero de neón. En un pueblo de los nuestros, una Soraya quedaría tan señalada que no necesitaría ni apodo: Llamarse Soraya ya es mote bastante, mote que heredaría su descendencia, lo más probablemente.


Si la Soraya va y dice que ella ni va a Misa y añade que está casada por lo civil, se confirma la impresión: La Soraya, además del nombre indecente, es una re-putada constitucional (nunca mejor dicho).

Hay que ser babieca entre los babiecas para escoger una Soraya. Si la Soraya electa participa de la óntica cretinidad de su padrino, tenemos una Soraya re-putada y váina mental en grado creciente. Será cosa de dejarla aumentar, como las calabazas de huerta, y a ver en qué degenera la melona.

El partido perdedor da la impresión que se ha instalado en una especie de perpetua perdición - cómodamente instalados, of course, sus diputados y sus di-puta-das (que hay diferencias de género en política como en casi todo) - . Por eso este clímax de peor que ayer pero menos que mañana del que hace gala su oligofrénica dirección política, o sea, su cúpula (es un decir) liderística (es por hablar).

Conque tenemos frente a la momia masona arrugada de la Vice-minis a la mona impía de la Soraya: Ella contra ella, a ver qué ella es más ella.

Como esta novedad resulte en el estrado tan perra de dichos como de nombre, la legislatura va ser tragi-cómico-bailable con rigodón y charlestón de estrambote.

Cada vez me parece mejor el hundimiento del sistema: Una especie de Titanic, con cuantos menos supervivientes mejor. Pero luego pienso en la demencial e injusta cortesía de "...¡¡primero las mujeres!!..." y me imagino a las Clintonas, las Sorayas, las Delavegas y demás monerías sobreviviendo y rehaciéndose, y corrijo: Mejor una adaptación de la benéfica Ley Sálica a la política, y que no puedan nunca jamás existir aberrantes aberraciones como la impía Soraya, verbigracia.







El PP pone un circo y le crecen los enanos

Redacción | Publicado el 6 Octubre, 2009 |
El sumario del ‘caso Gürtel’ desvela que el ex secretario de organización del PP gallego, Pablo Crespo, uno de los tres imputados en la trama de corrupción, comentó con su abogado que existían gastos e ingresos sin justificar en las cuentas del partido en Galicia entre 1996 y 1999.
Así se deduce de una de las conversaciones que mantuvo el ex dirigente popular en prisión, que fueron intervenidas policialmente por mandato judicial, y que se recogen en la parte del sumario levantada parcialmente y que hoy ha comenzado a ser entregada a las partes personadas en el caso.
En esa conversación, mantenida el 24 de febrero de 2009, Crespo dice a su letrado que tenía toda la información económica de los cuatro años en los que ejerció el cargo de secretario de organización del PP gallego, y que entre 1996 y 1999 había documentos con las cuentas del partido y una relación de ingresos y gastos “sin especificar quién ingresaba”. “Esto va a traer cola cuando se levante el secreto del sumario”, añade Crespo, a lo que su abogado, José Antonio López Rubal, responde que si es un problema de financiación irregular puede conducir “a un delito electoral”.
El político ordena además a su abogado la “ejecución” de fondos en Suiza, sin especificar detalles de la operación, aunque le advierte de que “hay que hacerlo con calma porque una cosa desproporcionada salta las alarmas de allí”. En otro momento, el abogado asegura que si el caso llega al Tribunal Superior de Justicia “hay un magistrado que les ayuda” y explica a su cliente que se han elegido abogados “que se mueven bien” en la Audiencia Nacional.
Crespo mantuvo también varias conversaciones con su mujer desde la cárcel de Soto del Real. En una de ellas, el ex dirigente del PP gallego advierte a su esposa de que tiene intervenidas todas sus llamadas, tras lo que ésta le informa de que mantiene comunicaciones con el broker americano Randall Lew Carusso a través del móvil del novio de su hija.
En el sumario también figura la correspondencia que Crespo mantuvo con otros imputados, como Álvaro Pérez ‘El Bigotes’, al que en una de las cartas le traslada todo su ánimo ante los momentos que están viviendo y escribe textualmente: “Esto es un montaje político”.
Por su parte, el líder de la trama, Francisco Correa, en otra conversación con su abogado, habla de la compra de trajes del presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y dice que ese era un tema de ‘Alvarito y Pablo’, en referencia a Álvaro Pérez y Pablo Crespo, y que no sabe si tienen un “porcentaje de eso”.