Ya se sabe que esta paranoia se concentra en la izquierda más cavernícola de toda Europa, concretándose en los partidos de la muerte: PSOE, IU y otros ectoplasmas menores. No queda otra que una oposición continua en todos los ámbitos de la sociedad y por el bien de España, la extinción política de esta maldición es una absoluta necesidad.

De momento, la miembra sigue haciendo de las suyas, es una perfecta inútil para el Bien, pero se muestra muy eficaz para el Mal, y pretende que se imponga a la fuerza el aborto libre. Y, en efecto, lo siguiente es la eutanasia. Ha llegado a mis oídos que el sátrapa de Andalucía pretende que incluso haya unas salas de muerte en los hospitales públicos para que las nauseabundas familias de "los que van a morir, se despidan" mirándose para "nunca jamás" porque como son ateos ya no les queda nada, ¡hay que ser sádicos!. Mientras, y sigo hablando de rumores, los médicos que pretendan oponerse a semejantes maniobras vampíricas, necrófilas y macabras, podrían ser sancionados hasta con 6.000 € de multa.