Creo haber aclarado lo suficiente mi postura respecto a mi visión de España, y si no os importa me abstendré de añadir nada más tras este comentario, aunque desde luego leeré con interés las nuevas aportaciones.
Quisiera, eso sí, enmendar un error gravísimo que cometí hace un par de días, al escribir:
desde la Guerra de la Independencia hasta la pérdida de la última de las colonias en 1898.
España nunca tuvo colonias en América, sino las llamadas Provincias de Ultramar, provincias, no colonias.

Según su etimología, <<nación>> no significa sino <<nacimiento>>, Ursus arctos. Yo creo que Francia, aun sumida como está en la inmudicia política y moral, es una Nación; y fue durante siglos un imperio católico de naciones, San Luis y Santa Juana no eran <<jacobinos>>.

Otra cosa es que el actual Estado Francés sea el enemigo natural del Estado y la Nación Españoles. Negar este punto sería suicida.

Por último, sólo quiero insistiros, a los que me hayáis leído, en que el hecho de ser liberal no me impide estar totalmente de acuerdo con todos los los foristas, en que España es nuestra única Patria indivisible, independientemente de la forma política que cada uno concibamos como la mejor para nuestra querida tierra.

Me despido por el momento de este topic, sin resistirme a adjuntaros algunos artículos de la Constitución de 1812 Un saludo afectuoso a todos.

Artículo 1.

La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.

Artículo 2.

La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.

Artículo 3.

La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.

Artículo 4.

La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen.

[...]

Artículo 12.
La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohibe el ejercicio de cualquiera otra.