Como en la escena final de la película Merry Christmas Mister Lawrence (Nagisa Ôshima, 1983) qué difícil juzgar la Historia. Ellos son los malos porque nosotros somos los buenos, o nosotros no somos malos porque ellos tampoco fueron buenos. Cada bando cree que lo que hizo era bueno y necesario.

Hacer el balance de lo que hicieron y padecieron millones de seres humanos durante más de tres siglos. Tremenda pretensión de la profesora canadiense y de los que quieren refutarla. Propongo juzgar a cada cual por sus méritos y defectos, por sus actos y omisiones, por su intenciones.

Los que vinieron por estas tierras lo hicieron por codicia y para imponer sus creencias que pensaban universales. Destruyeron civilizaciones pero dejaron su sangre y su lengua.

Hoy, mientras escribimos esta líneas los nuevos conquistadores arrasan con los bosques amazónicos y con quienes viven en ellos desde tiempor inmemoriales. Todo en nombre del progreso y para sustentar las comodidades de que gozamos en Lima, Miami, Madrid y Londres.

Necesitamos petróleo como los castellanos necesitaron el oro.

Antes que enfrascarnos en debates sobre el pasado evitemos que se repita hoy. O dicho de otro modo, ¿si hubieras vivido en el siglo XVIII y sabido de lo que pasaba en América, qué habrías hecho o podido hacer?

Esta es la ayuda que le brindo a mazadelinaza.