Yo tampoco se lo que nos depara esta Ley, viendo de primera mano la situación que ocurre en mi pueblo la veo con bastante escepticismo.
Regula las dos lenguas propias de Aragón, pero sin llegar a protegerlas ni oficializarlas, sólo garantiza el derecho a su enseñanza en las zonas donde se hablan, no obliga a su aprendizaje.
Con este panorama creo que va a seguir todo más o menos como hasta ahora, ante la falta de unidad de las hablas de cada zona se optará por seguir enseñando el aragonés y el catalán normativo en los pueblos que así lo demanden. La consecuencia de esto es que en las escuelas se aprenderá una lengua estandarizada, normativizada, “de fuera”, y en las casas con la familia será el único lugar donde se pueda aprender la lengua propia o la modalidad auténtica del correspondiente pueblo o comarca. Si estas modalidades propias de cada región no se transmiten de padres a hijos como hasta ahora el resultado será que las futuras generaciones hablarán el mismo aragonés normativizado uno de Ansó y uno de Gistaín o lo que es peor hablarán el mismo catalán normativizado uno de Valderrobres y uno de Barcelona, perdiéndose la singularidad de cada pueblo o comarca. Hasta ahí no podemos llegar porque aquí hablamos modalidades propias, que pueden tener mucho en común con el catalán, pero que entroncan también con el aragonés sobre todo (tienen un importante sustrato del aragonés), con el castellano y algunos dicen que con el valenciano en alguna zona. Esa singularidad no puede perderse, porque en un futuro, aunque históricamente, culturalmente, etc somos aragoneses, si hablamos exactamente la misma lengua que nuestros vecinos ya sabemos en que saco nos van a acabar metiendo los que mezclan cultura y política-separatismo que son los que llevan la voz cantante hoy en día.
Creo que perder nuestros dialectos y modalidades locales es perder parte de nuestra identidad y personalidad propia, esto en un futuro puede tener consecuencias inimaginables.
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