Esto escribe Ricardo de la Cierva en su monumental volumen "FRANCO: la Historia" (Ed Fénix, año 2000):
... En enero de 1963, Franco insiste en la idea de nombrar un regente. “En Estoril están desquiciados; no quedará otro remedio” dice. El 4 de febrero de ese año es el día negro en las perspectivas de don Juan y de don Juan Carlos.
Era evidente que el grupo regencialista (J. Solís...) que cultivaba, de acuerdo con doña Carmen Polo de Franco, a Alfonso de Borbón y Dampierre “el príncipe del Movimiento”, como se insinuaba en una hábil campaña de prensa, contrarrestada tontamente por los demás monárquicos con el apelativo de “el Doño”, calienta la cabeza de Franco conociendo su obsesión de la época.
“No comprendo -dice Franco ese día- por qué el infante D. Juan Carlos continúa supeditado a la política de su padre que se ha declarado incompatible con los principios del Movimiento nacional”...
Franco insiste en que el heredero de la corona “una vez descartado el príncipe D. Juan de Borbón es su hijo D. Juan Carlos”. Pero añade: “Quedan otros príncipes como el infante D. Alfonso de Borbón y Dampierre, que es culto, patriota y que podría ser una solución si no se arregla lo de Juan Carlos.”
...Pero el príncipe Juan Carlos visita de nuevo a Franco a fines de febrero de 1963 y Franco vuelve a su preferencia normal...
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El año 1971 terminaba con el anuncio del compromiso matrimonial de la nieta de Franco, Carmen Martínez Bordiú con D. Alfonso de Borbón y Dampierre.
Ya en 1972, al frente de la familia, doña Carmen Polo de Franco apretaba el cerco a los príncipes Juan Carlos y Sofía en el palacio de la Zarzuela y vivía momentos de exaltación incontenible con motivo de la boda.
La familia Franco trató de recabar informe favorable del Consejo del Reino como para preparar un enlace regio. D. Alonso y doña Carmen Polo pretendían el reconocimiento oficial, por parte de Franco, de un título insólito: príncipe de Borbón, con tratamiento de alteza real.
Juan Carlos vuela a Estoril, y junto a D. Juan, su padre, se oponen cerradamente a la concesión del principado- ya aceptada por Franco-, y D. Juan, en carta al ministro de Justicia, llega a hablar de “seudoderechos”. Afortunadamente, algunos originales partidarios de D. Alfonso tratan de presentarle también como heredero de la Corona de Francia, con lo que le ponen en un serio compromiso.
Franco, dominado por su familia, se queja al ministro de Justicia, Antonio Oriol: “Quisiera saber de donde sale la maniobra: D. Alfonso tenía título de príncipe y ahora que se casa con mi nieta se lo quieren quitar.” La familia de Franco pierde los nervios a medida que acerca la fecha de la boda.
D. Alfonso visita a al secretario general técnico del Ministerio de Justicia, Cabanas, para comunicarle que no considera válida la renuncia de su padre D. Jaime al trono; se siente muy fuerte y respaldado en aquellos momentos y le comunica que “acepta la sucesión de su primo Juan Carlos porque es legal y resultaría complicada su derogación”. Se quejaba también de no haber recibido nada a cambio de su actuación como testigo en la aceptación de Juan Carlos. Cabanas se mantiene firme y no acepta que en el acta de matrimonio figure D. Alfonso como príncipe. D. Jaime, manipulado, se atreve a conceder a Franco las insignias del Toisón de Oro en su calidad-pretendida- de jefe de la Casa de Borbón. Franco no abre la caja, pero tampoco devuelve las insignias.
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Pretendía Carrero la aprobación previa del título por partede Juan Carlos, a lo que éste se niega; le dice tajantemente que Franco “podrá hacerlo pero nunca a petición del sucesor”... Juan Carlos expone a Franco el problema. Le convenció. De acuerdo con su padre Juan Carlos sugiere que el nuevo matrimonio use el ducado de Cádiz...
La boda se celebró el 8 de marzo, oficiada por el cardenal Tarancón. La familia logró el sueño: entroncar con la realeza. Franco les concederá, con el ducado, el tratamiento de altezas reales.
Cuando se aproximaba el nacimiento del primer bisnieto de Franco, Francisco de Asís (nov. 1972- 1984) un decreto designará a D. Alfonso como Príncipe de Borbón...
Ricardo de la Cierva, "FRANCO: la Historia" (Ed Fénix, 2000)
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