Este genocida fue ajusticiado por ser quien firmó más de 1400 sentencias de muerte, no por otro motivo y mucho menos por las causas de la sobada propaganda de la mentira y la calumnia a la que nos tienen acostumbrados. Lo sorprendente es que una considerable parte de tales sentencias, lo fueron de anarquistas y que éstos nunca, que yo sepa, han organizado ninguna campaña para denunciar sus desmanes.