Re: La especialización de la ciencia: deprimente para la sabiduría humana.
¿Dónde está la sabiduría que se ha perdido en conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que se nos ha perdido en información?
Thomas Stearn Elliot.
Ya trata el tema Ortega en el capítulo XII de La rebelión de las masas, titulado "La barbarie del especialismo":
"La técnica contemporánea nace de la copulación entre el capitalismo y la ciencia experimental..."
"Pues bien: resulta que el hombre de ciencia actual es el prototipo del hombre-masa. Y no por casualidad, ni por defecto unipersonal de cada hombre de ciencia, sino porque la ciencia misma --raíz de la civilización--, lo convierte automáticamente en hombre-masa; es decir, hace de él un primitivo, un bárbaro moderno."
"Pero el especialista...no es un sabio, porque ignora formalmente cuanto no entra en su especialidad, pero tampoco es un ignorante, porque es un 'hombre de ciencia' y conoce muy bien su porciúncula de universo."
Así se expresaba allá por 1926, fecha en la que La rebelión de las masas sólo eran folletones del Diario "El Sol y ampliación de la España Invertebrada publicada cinco años antes. Independientemente de su forma de entender cuestiones de calado, fue certero en ver su presente e intuir el futuro. Si hace ochenta y cinco años ya veía lo que entonces era la ciencia --muchísimo más rudimentaria que la de la actualidad--, que no diría hoy.
El objetivo es claro: primero, el conocimiento científico, segundo, las aplicaciones de éste a la tecnología; en tercer lugar, la necesidad imperiosa de consumir y, finalmente, el ser humano atado a una rueda sin fin --sólo en apariencia--, que se reproduce a sí misma como el engranaje de una maquinaria de precisión. Así pues, la sabiduría no interesa, no es productiva, otorga amplitud de pensamiento a quien la posee y lo hace libre, además es crítica y muestra el camino a otros.
Última edición por Valmadian; 22/12/2011 a las 03:51
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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