Una Iglesia sin celibato y con sacerdotisas, dejaría de ser Iglesia y se transformaría ipso facto en una secta anticatólica, donde cabría cualquier aberración, ante la cual la pedofilia de algunos sacerdotes degenerados palidecería.
Aquella sería la "iglesia" del anticristo, cuyos precursores constituyen ya los "líderes de opinión" de aquella hez humanoide que es el universo anticatólico.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM.
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