Vivimos tiempos difíciles para la Santa Madre Iglesia y a mi, como para otros, la persona elegida como nuevo Papa me resulta completamente desconocida. Pero hay dos aspectos que quiero manifestar: primero, hay que dar tiempo al tiempo antes de emitir juicios, no vaya a ser que resulten temerarios; y, dos, recordar los antecedentes de San Pablo, o de la conducta de San Agustín en su juventud. No olvidemos que ambos fueron buscados y elegidos por Dios, el primero por Cristo en persona. Lo que entiendo que se ha de hacer ahora es rezar y esperar.

Saludos en Cristo.