Re: Habemus Papam - Francisco I
Me preocupa seriamente que se critique que por ser un Príncipe de la Iglesia no se porte aparentemente como tal, cuando El REY del Universo entró en Jerusalém montado en un borriquillo en lugar de en un gran caballo enjaezado, y rodeado de discípulos, amigos y seguidores, en lugar de hacerse acompañar de sus legiones de ángeles.
Parece, a la vista de los enlaces puestos, que el nuevo Papa en su etapa como cardenal fue hombre polémico, ubicado en situaciones que algunos ven como comprometidas, pues tengo que recordar a todos que Cristo habló con publicanos, con rameras, con zelotes y con fariseos y hasta conversó con un romano. Me pregunto hasta donde se puede llegar en vez de callar prudentemente y esperar para no ser medido y juzgado con la misma medida y el mismo juicio. Con qué facilidad se olvida la dureza del corazón y qué poquísima caridad cristiana hay.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores