No vamos a ponernos a discutir por una pulsera. Aquí lo importante es lo siguiente: Está muy bien que Bergoglio diga cosas positivas en política. Pero olvidáis que la principal función de un pontífice no es hacer política sino la Doctrina y justo lo que debería ser más importante es lo que se está cargando. Cuando las élites mundiales dispongan un nuevo Papa, se habrá profundizado en la destrucción de la Doctrina y del discurso político no se va a acordar ni su tía.
La Doctrina Tradicional católica es un estorbo para la globalización y lleva mucho tiempo y mucha planificación calculada destruírla. En cambio los discursitos políticos son solo opiniones personales y mañana mismo un nuevo Papa podría opinar otra cosa.
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