EL FESTEJO DE LA DEMOLICIÓN DE LOS BASTIONES DE LA IGLESIA
Festejando la desdicha de los tiempos.
«Las desdichas de los fieles, el abandono de las iglesias, la carencia de vocaciones, las malas vocaciones, los escándalos de los sacerdotes, sacerdotes que viven a la manera de los hombres de mundo, una degradación en la historia de la Iglesia sin paralelo, porque además de la moral, ha alcanzado a todos los sectores. Todo ha sido alcanzado, la liturgia, las costumbres, toda la fe. Todo ha sido raído por un verdadero cáncer que evidentemente no comenzó con el Concilio Vaticano II, el cual es más bien un fruto, un resultado, un comienzo. El Concilio Vaticano II, desgraciadamente, ha sido, al menos, un comienzo de esto mismo en la legislación de la Iglesia, ha multiplicado las fuerzas del mal, porque la jerarquía de la Iglesia misma ha asumido esa responsabilidad, cuando los que estaban a la cabeza decidieron asumir una reforma liberal, una revolución dentro de la Iglesia».
Mons. Lefebvre.
Ecce Christianus
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