No parece que figure monseñor Lefevbre en el documento, sino solo los cuatro obispos que él consagró.
¿Qué pasa con monseñor Lefevbre?
No parece que figure monseñor Lefevbre en el documento, sino solo los cuatro obispos que él consagró.
¿Qué pasa con monseñor Lefevbre?
Creo que esa es una de la cuestiones que más se va a debatir los próximos días. A ver qué pasa.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Inmediatamente pasan dos cosas:
1) Hacia afuera: Los modernistas, y especialmente los modernistas conservadores que se tienen por muy ortodoxos, están que rabian. López-Schilling (Comunión y Liberación) gruñía muchísimo en la COPE con el tema y no es la única. La excomunión dejará de ser la manera de evadir sistemáticamente las cuestiones realmente importantes de la Iglesia.
2) Hacia adentro: sabe a poco. El decreto "perdona", no declara sin valor las excomuniones (que es lo que realmente son, inválidas). No se meciona explícitamente a Monseñor Lefebvre y Castro Mayer, aunque como suele pasar con esto documentos, si uno quiere puede leer que sí lo están implícitamente.
A pesar del mal sabor de lo 2º, como de la Justicia última y verdadera se encarga Dios, en eso se puede estar tranquilo. Y en lo que se refiere a la labor tradicionalista, con esto será mucho más fácil poder trabajar y hablar sin ataduras ni trampas. Al menos a mí, me va a ahorrar mucho tiempo.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
¿Y cómo los cuatro obispos han podido consentir que se ignore a monseñor Lefevbre?
Esto es una infamia. Ahora sí que había que excomulgar a los cuatro, pero de veras.
Me parece un poco exagerado esto... Ellos no son los redactores del Decreto.
Además, la última frase del Decreto es bastante clara: "En virtud de las facultades que expresamente me concede el Santo Padre Benedicto XVI, en virtud del presente Decreto, LEVANTO a los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura de excomunión latae sententiae declarada por esta Congregación el 1 de julio de 1988, mientras declaro carente de efectos jurídicos, DESDE EL DÍA DE HOY, el Decreto que en aquel momento se emitió."
Es decir, que no se reconoce la nulidad (lo cual es una clara injusticia), sino que se levanta la excomunión; pero por otra parte se anulan todos los efectos jurídicos del Decreto de excomunión de 1988, lo cual necesariamente incluye a los dos coconsagrantes: Ms. Lefebvre y Ms. De Castro Mayer.
Una solución vaticana típica, que trata de solucionar un problema sin tener que desdecirse o desautorizarse a sí misma.
Yo creo que Ms. Fellay está demostrando ser no sólo un gran obispo, sino también un gran estratega y un magnífico táctico (lo cual tiene un especial mérito al tratar con la diplomacia más importante del mundo, la del Vaticano).
El tiempo pondrá a Ms. Lefebvre en su sitio, no me cabe duda, y según va pasando el tiempo se ve más cerca. Estoy convencido de que llegará a los altares.
Concuerdo totalmente con usted, Jorge Garrido. ¡Bienvenido al foro!
Tranquilidad. Se ha ganado una batalla, e importantísima. Como dice Donoso los "ortodoxos" están que rabian, con echar un vistazo a la protestante Religión en Libertad salta a la vista. El palo más grande es para el Opus, con diferencia.
S.S. Benedicto XVI y Mons. Fellay han hilado fino, muy fino, pero la guerra continúa y eso es lo que no hay que perder de vista. Coincido con el punto de vista de Jorge.
Estamos de enhorabuena, la Virgen siga guiando el camino de la Tradición.
Estimados Contertulios:
Es una victoria magnífica, sobre todo en lo que respecta a la execrable actitud que para con la FSSPX han tenido todos los línea media y contemporizadores de Ecclesia Dei.
En primer lugar es un acto unilateral e incondicional, ninguna retractación ni pacto se le exige a los obispos. Sin duda que esto ultimo ha de tener que hierven a Campos, al IBP y que decir del Opus Judei y compañia. Les desautoriza todas las calumnias e infamias vertidas contra la verdadera Tradición.
En segundo lugar, y lo más importante, el poder del Rosario, es decir de Nuestra Señora, Martillo de Herejes y de Satanás.
Por descontado que es un Dia memorable, el Sumo Pontífice ha dado un paso determinante en su retorno a la comunión con la Iglesia Una Santa y Católica.
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
Le Figaro de Francia nos anticipa como será la campaña de desinformación
Levantamiento de la excomunión: la etapa capital antes del fin del cisma integrista
La resolución de la crisis lefebvrista quedará como uno de los actos más importantes del pontificado de Benedicto XVI.
El levantamiento de la excomunión de los obispos ordenados en 1988 por Mons. Marcel Lefebvre será una etapa capital en el camino de la resolución del cisma. La excomunión significa la exclusión de la comunión de la Iglesia católica. No hay nada más grave para un obispo, ya que él no es más, desde entonces, considerado como católico en lo que profesa y en su acción pastoral. Técnicamente la excomunión priva del derecho de recibir o de administrar los sacramentos.
Comentario Druídico: Si la excomunión se levantara porque los excomulgados se han retractado de sus errores, el párrafo anterior tendría sentido. Aquí la excomunión se anula o declara nula, por lo que sabemos. Es decir, se niega que haya existido. Luego, el razonamiento del párrafo opera en vacío. No hubo excomunión, porque no hubo cisma.
Expresado bajo la forma de un decreto firmado por el papa, la Iglesia "no excomulga" en el sentido activo, sino que comprueba hechos por los cuales el responsable se ha excluido él mismo, de la comunión. Un modo de decir que la Iglesia se niega a empujar hacia la salida.
Comentario Druídico: La Iglesia opera en dos planos: el derecho divino y el derecho eclesiástico. La pena de excomunión por consagrar obispos sin mandato pontificio no era de excomunión, sino la suspensión a divinis hasta que Pío XII la aumentó por razón del cisma Chino. Antes de establecida la norma que obliga a pedir el mandato pontificio, las diócesis elegían a sus obispos y los consagraban, informando luego a Roma. Es decir, el hecho de consagrar sin mandato afecta un ley de derecho eclesiástico y no de derecho divino. De modo que la afirmación del articulista incurre en una apreciación errónea de la naturaleza del hecho en discusión.
El matiz no cambia nada en la continuación, una ruptura, un cisma (aunque este término también sea discutido en ese caso) y la creación de un grupo paralelo a la Iglesia. Hubo numerosos al pasado, pero lo que se dio en llamar «el cisma lefebvrista» representa un caso único en la historia moderna de la Iglesia católica. Una herida abierta también para Juan-Pablo II y el cardenal Ratzinger, luego Benedicto XVI, que había estado encargado, desde 1988, de encontrar una salida como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe.
Comentario Druídico: El articulista por impericia o malicia sigue girando en el vacío conceptual. El cisma no es tal, ni con excomunión ni sin excomunión. Son dos temas. Uno, un grave delito contra la caridad, al negar la sumisión debida al Vicario de Cristo. El otro es un delito que no constituye necesaria mente cisma, y que puede ser justificado por estado de necesidad, como todo aquello que no es intrínsecamente malo. Dada además la laxitud con que el nuevo Código de Derecho Canónico considera el “estado de necesidad”, la excomunión es a todas luces inválida y el supuesto cisma, inexistente. Confiamos en que el decreto del papa pondrá estos puntos en claro y acabará con la discusión.
La resolución de esta crisis tendrá pues inevitablemente un carácter histórico y quedará como uno de los actos de mayor importancia - pero muy controvertidos-, del pontificado de Benedicto XVI.
Quedan las consecuencias. En primer lugar para los interesados que son, en primer lugar, los cuatro obispos ordenados por Mons. Lefebvre: Mons. Bernard Fellay, superior actual de la Fraternidad San Pío X, otro francés [sic], Bernard Tissier de Mallerais, el argentino [sic] Alfonso de Galarreta así como el británico Richard Williamson.
Comentario Druídico: Sería bueno que los medios de prensa de tal magnitud como Le Figaro, no cometan errores materiales tan gruesos. Mons. Fellay es suizo. Mons. de Galarreta es español, aunque vivió desde su infancia en la Argentina. De todos modos, a la hora de decir tonterías, nuestro Julio Algañaraz, de Clarín se lleva la palma.
Interpretación del derecho canónico
A este título, la Santa Sede insiste hoy en una interpretación del derecho canónico que limita la excomunión a estos solos obispos. Pero el Consejo Pontificio para la Interpretación de los Textos Legislativos había precisado, en 1997, que la excomunión golpeaba a todos los que «se adhieren formalmente» a este movimiento.
Comentario Druídico: Por cierto que parece razonable la interpretación legislativa. Si hubiera cisma, la adhesión formal haría incurrir en las penas previstas.
En el mundo se estima que 200.000 personas viven su fe católica en la esfera de influencia de "la tradición". Cerca de la mitad, cerca de 80.000 - según fuentes próximas a estos medios, no existen otros estudios-, viven a Francia. Otros(as) residen esencialmente en Alemania y a los Estados Unidos. Esta esfera de influencia se divide en dos familias, " Lefebvristas " o "integristas " - ellos cuentan con 500 sacerdotes - y los "tradicionalistas " (que siguen la misa en latín pero dejaron Mons. Lefebvre después del ordenación de los obispos.) En Francia, ellos son respectivamente 35 000 y 45 000.
Comentario Druídico: Cifras barajadas con cierta ligereza y poca claridad. Y con absoluto desprecio de la fuerza del movimiento tradicionalista en otros países. Por otro lado la expresión "viven su fe católica" debe interpretarse como un reconocimiento de cierta variedad de modos de vivir la fe católica, con lo cual, tampoco habría cisma, puesto que de haberlo no sería fe católica. Los ortodoxos no son católicos. Está claro.
La perspectiva del levantamiento de la excomunión, anunciada en plena semana de oración para la unidad de los cristianos, y que implica la reintegración de esta familia eclesial en la comunión católica queda una etapa decisiva. Pero no resuelve un desacuerdo doctrinal superior a propósito del concilio el Vaticano II. Mons. Lefebvre, además de la nueva liturgia, criticaba por él la apertura al mundo y el diálogo otras religiones. Puntos y un concilio sobre los cuales Roma se niega a transigir.
Comentario Druídico: Al menos la conclusión es más sensata: esto no resuelve el desacuerdo doctrinal. Tenemos aquí un modelo de lo que será el comentario de la prensa mundial: una fuente de desinformación. Porque no entienden lo que el Papa hace, ni lo pueden atacar muy abiertamente, ni aceptarán las consecuencias de los hechos: tratarán de esconderlos tras una cortina espesa de desinformación y confusión.
Fuente: Le Figaro
http://panodigital.com/le-figaro-de-...desinformacion
Principio,no fin
Como anticipábamos en nuestro anterior post (“Crastina die”, el día de mañana, un tanto críptico, pero que anticipaba las noticias que se venían encima) ya es oficial la revocación de las excomuniones sobre los Obispos de la Hermandad de San Pío X.
Realmente ha sido una intervención prodigiosa porque tanto este punto de las excomuniones, como otros que ulteriormente pudieran venir, han estado muy amenazados bien por la inacción de Monseñor Fellay o por un exceso de fuerza, injusta por lo demás, que Roma ha deseado aplicar en algún momento.
Justo es agradecer el trabajo de Su Eminencia y de la Comisión Ecclesia Dei para que esto se solucionase favorablemente y se pudieran evitar los escollos puestos tanto por Obispos y hasta Conferencias Episcopales, pasando por una serie de judíos a quienes ahora pareciera que tuviéramos que obedecer los católicos en cómo oramos y cómo celebramos nuestra Liturgia. Que cuente el Pueblo Elegido con que seguiremos rezando para que abracen de corazón y en libertad al Mesías, a Jesucristo Nuestro Salvador, verdadero Dios y verdadero Hombre, hijo nacido de María Santísima Inmaculada, siempre Virgen.
Ese enfant terrible que es Monseñor Williamson (cualquier grupo humano de cierto calibre que se precie ha de tener uno y nosotros tenemos uno, y de los mejores) ha estado por ahí con poca prudencia e inoportunidad, nada menos que en Alemania, sacando a colación temas del Holocausto. Esto ha servido para que los enemigos declarados de la Iglesia fabriquen munición de donde no la hay, pero con el intento último de no permitir que la Tradición y la Liturgia de siempre tengan curso abierto en la Iglesia de hoy. ¿Por qué será que estos enemigos odian tanto que se anulen las excomuniones? ¿Por qué será que estos enemigos odian tanto la Misa Tradicional?
El Santo Padre ha tenido una intervención decisiva en solucionar todo esto y cabe admirar el camino cada vez más tradicional de Su Santidad. Aquel Ratzinger, colaborador en la injusticia perpetrada por Juan Pablo II al excomulgar a estos Obispos contra el espíritu y la Ley del Código de Derecho Canónico vigente, no sólo se ha sacado una espina en lo personal que llevaba clavada, sino que hace un bien enorme a la Iglesia con este gesto, ¿por qué no decirlo?, también pleno de magnanimidad.
Honestamente, esto ya poco importa. Ahora queda ese otro tema de la regularización de la Hermandad de San Pío X. Monseñor Fellay, que algo habrá aprendido de los enormes peligros a que conduce la inacción en estos meses, tiene la misión ineludible en la que todos le apoyamos de conseguir un status canónico que garantice el Apostolado sin restricciones ni menoscabos por parte de la Hermandad de San Pío X y de sus Sacerdotes.
En actuar, y no meramente reaccionar, en este sentido está la solución al nudo gordiano. Si él quiere enredarse en cuestiones bizantinas doctrinales tendrá en la Roma actual una buena provisión de modernistas con los cuales enzarzarse en disputas hasta el día del Juicio Final. Insisto, mientras el Apostolado pueda continuar, buena gana de enredarse en cuestiones bizantinas. Nuestro hogar es Roma y somos tradicionalistas por y para ser más romanos, no para serlo menos. Nuestro hogar es Roma y a Roma debemos ser reintegrados … con todos los honores, pues nada malo y mucho bueno hemos hecho. En lo que hay que apretar ahora es en lo canónico y en el blindaje, porque de muchos Obispos poco o nada se puede esperar.
Finalmente, pero lo más importante de todo, y suponiendo que esta revocación de las excomuniones sea el precedente de un acuerdo de regularización: esto es sólo el principio. No por el acuerdo, sino porque esto es un regalo que Dios nos da para reagruparnos y hacer las últimas provisiones antes del Castigo anunciado por las Sagradas Escrituras que se nos viene encima de manera inminente. Son épocas que preceden al Anticristo las que vivimos. Estamos ya en la antesala mismísima del Juicio de las Naciones. Pero allí donde está el Cuerpo, el Cuerpo de Cristo, allí se agrupan las Aguilas, que decía el Apokaleta. Y ese Cuerpo de Cristo está en la Sagrada Eucaristía, lo mejor que existe sobre la faz de la tierra. Y esa Sagrada Eucaristía está, sin dudas, impurezas o debilidades, precisamente, en esa Lex Orandi de la Misa Tradicional. Lex Orandi que, a su vez, refleja una Lex Credendi de un Depósito de la Fe como lo recibimos de nuestros padres, de nuestros abuelos y así, hasta la mismísima Tradición Apostólica. Esta es nuestra lucha, no otra.
Y dejen a los vaticanosegundistas rabiosos, furibundos desertores de la Tradición y –por tanto- de la Iglesia, ocuparse en su tarea tan favorita como imposible: conciliar Catolicismo y Revolución.
Entretanto, oración y penitencia. Ya no hay otros remedios.
Post scriptum muy importante: mándenle –por favor, y con urgencia- correos electrónicos al Santo Padre pidiendo la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María y agradeciéndole la revocación de las excomuniones. El correo electrónico del Santo Padre es: benedictxvi@vatican.va
Rafael Castela Santos
http://casadesarto.blogspot.com/
Viva o Papa! Viva a Tradição Católica! Levantadas as excomunhões dos bispos da Fraternidade de São Pio X!
O Santo Padre Bento XVI, num gesto verdadeiramente magnânimo, decidiu corrigir a enorme injustiça cometida há vintes anos e ordenou o levantamento das excomunhões proferidas contra os bispos da Fraternidade de São Pio X! Viva o Papa! Viva a Tradição Católica!
http://casadesarto.blogspot.com/
Sin lugar a dudas, S.S. Benedicto XVI es un valiente. ¡Dios lo bendiga por siempre!
"La Verdad os hará libres"
Estimados Godofredo y Facón:
Godofredo ha explicado exactamente la entraña de mi comentario.
¡Que Dios Bendiga al Santo Padre por este acto de fortaleza heroica!
EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM
Nuestro Señor, no nos ha dejado solos...
Nos ha dado uno mas, de sus Santos Vicarios... Su Santidad Benedicto XVI
Deo gratias!
Saludos, gabriell-a
".... mi pecho siente sed infinita,mi mente agita gran ideal.
¿Y qué IDEAL?Por Tí, Rey mío, la sangre dar...."
Lizcano:
Si es que el enemigo está dentro, como en Simancas.
Ese dicho no me lo sabia, que significa?
Puedes mirar aquí: http://www.geocities.com/Pentagon/8745/infanteria/4.htm
"La Verdad os hará libres"
En el levantamiento de las excomuniones de los Obispos de la Hermandad de San Pío X
Es sabido que las excomuniones recaídas en 1988 sobre el Arzobispo Marcel Lefèbvre, el Obispo Antonio de Castro-Mayer y los cuatro obispos de la Hermandad de San Pío X por ellos consagrados en el acto que determinó aquéllas, presentaron abundantes dudas desde el ángulo del derecho canónico, hasta el punto de que por muchos fueran reputadas siempre nulas. Sin embargo, los afectados han querido pedir a la autoridad su levantamiento y la Santa Sede lo ha concedido. Esto es lo importante. Lo demás pertenece a la interpretación jurídica de los canonistas y a la futura historia de la Iglesia.
La Comunión Tradicionalista no puede sino alegrarse, pues son bien conocidas las estrechas relaciones que siempre ha sostenido con la Hermandad de San Pío X en la lucha común contra la Revolución liberal, de la que la crisis modernista es un largo, penoso y grave capítulo. Los ataques modernistas contra la Iglesia no han quedado en el orden teológico y la vida interna de la Iglesia misma, sino que han afectado también al orden social y a la doctrina política católica. El Carlismo, inquebrantablemente fiel a la Iglesia de Roma, a la que ha servido abnegadamente, ha sufrido sin embargo en ocasiones la incomprensión de la política y la diplomacia vaticanas, que desde muy pronto reconocieron a los antirreyes de la dinastía liberal e incluso invitaron a los españoles a darles sostén. Sin embargo, ante la crisis de la segunda mitad del siglo XX, que históricamente se vincula con el II Concilio Vaticano, había de sufrir aún más si cabe los desmayos doctrinales y prácticos procedentes de las altas jerarquías de la Iglesia.
Así pues, los carlistas se mezclaron con los promotores del apostolado de la Hermandad de San Pío X, tanto en las Españas peninsulares como en las americanas. Baste recordar, con referencia exclusiva ahora a las primeras, cómo los capellanes de los campamentos que precedieron a Cruz de Borgoña fueron de la Hermandad y cómo a la misma pertenecen los sacerdotes que celebraban —y en muchos lugares siguen celebrando— el Santo Sacrificio de la Misa en las conmemoraciones y reuniones carlistas. El mismo Abanderado de la Tradición, S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, amigo como sus padres los Reyes Don Javier y Doña Magdalena del Arzobispo Lefèbvre, acompañado por un grupo de dirigentes carlistas, presenció en lugar de honor las consagraciones de Ecône de 1988.
Algunos grupos en la práctica democristianos han lanzado la especie de que el Carlismo pretende ser el «brazo político» de la Hermandad San Pío X, lo que sólo sería comprensible en un partido «vaticanista» o, en el mejor de los casos, «integrista» en el sentido de nocedalino. Pero que supone un grave error de perspectiva, pues el Carlismo es la continuidad de la tradición política católica española corporeizada en torno al Rey, y no una congregación o cofradía. Interesa resaltar, sin embargo, más allá de malintencionados enredos, la importancia de la convergencia del combate espiritual de la Tradición católica con el del combate político por la misma Tradición. Lo que ha sido siempre una constante del Carlismo, que si en otro tiempo buscó principalmente amparo en la Compañía de Jesús, por ser la vanguardia de la lucha por la integridad católica, de forma natural fue apoyando a la Hermandad de San Pío X y al resto del clero tradicional que resistió frente a la devastación modernista. Y es una constante que se repite en otros grupos tradicionalistas del resto de la antigua Cristiandad. Porque sólo la Tradición salvará a la Iglesia y sólo la Tradición salvará a España.
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Hermano Facon: a mi, a pesar de ser un reconocido neófito en el tema, me queda bastante claro el punto expuesto por el hermano Cristíán Yáñez Durán:La sagrada Tradición es esencial, vital e indefectible a la Iglesia Católica. Ésta, al ser el legado de cientos de años de costumbres,usos, enseñanzas,hábitos y prácticas sacratísimas, está sin duda alguna por encima de un Papa. Por lo cual, si un pontífice rechaza la Tradición, y a quienes la conservan viva, está rechazando a la Iglesia misma, se está desuniendo de ella, puesto que es imposible la existencia y validez de la Iglesia Católica sino intrínsecamente unida a la Sagrada Tradición.
Corregidme por favor si no fuera correcta mi interpretación.
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