Cómo la práctica de los préstamos estudiantiles falla a la hora de encarnar la visión del Crédito Social para la sociedad
Por Lucy Small
Las necesidades básicas de todo ser humano son críticas e importantes en la comprensión de aquello que debe adecuadamente cumplirse a fin de conseguir para los individuos un estado de bienestar. Siendo todavía muy relevantes los principios de Maslow para el funcionamiento diario de todo ser humano, no es sorprendente que la población mundial se encuentre luchando por cumplir esas necesidades. Un préstamo estudiantil es un típico ejemplo de seres humanos forzados a sacrificar sus necesidades básicas a fin de cumplir una necesidad psicológica. Esto no constituye un enfoque sostenible con vistas a la creación de una Utopía personal, y vamos a ver por qué.
Los préstamos estudiantiles constituyen un compromiso a largo plazo
De acuerdo con un antiguo proverbio, el prestatario es un esclavo del prestamista. Un préstamo estudiantil constituye, por tanto, un compromiso contraído desde una muy joven edad, y los estudiantes encuentran difícil evitar la trampa de la deuda después que han terminado con sus estudios. Esto es así porque se les ha limado las aristas del timo de la deuda. Cuando los estudiantes aceptan que la deuda del préstamo estudiantil es la única vía para financiar sus estudios, ya están siendo condicionados a creer que los préstamos son el único medio de poder satisfacer sus necesidades psicológicas, aun a riesgo de desfavorecer sus necesidades básicas.
Sofocándose en deuda
Cuando la deuda de préstamos estudiantiles en una nación se levanta a una escala del billón de dólares, como así ha sido en los Estados Unidos, esto viene a ser causa de preocupación. Los hogares medios luchan por llegar a fin de mes, y con una cuota media de 222 dólares al mes sólo en devoluciones de deudas de préstamos estudiantiles, ello hace difícil el poder poner término al ciclo de deuda. Una reciente encuesta revela que los “millennials” están dispuestos a tomar decisiones radicales para poder deshacerse de la deuda del préstamo estudiantil. Estamos tratando con una nación desesperada cuando la población joven valora menos su libertad de decisión que su obligación hacia los bancos.
Un mejor enfoque
Adquiriendo un conocimiento del análisis del Crédito Social del presente sistema financiero, los estudiantes tendrán una mejor comprensión de su enfoque hacia los préstamos estudiantiles y hacia otros tipos de deuda. Esto es así porque el préstamo es presentado solamente como una opción, y no como la única solución del problema. Las estadísticas de desempleo y subempleo de licenciados reflejan que la búsqueda de esa codiciada licenciatura constituye aún un ejercicio digno que vale la pena, pero que no debería ser a expensas de una seguridad financiera básica. Esto se traduce, bajo el actual tinglado financiero, en la búsqueda de fuentes alternativas de financiación para esas licenciaturas, tales como tomar un trabajo a tiempo parcial; estudiar a tiempo parcial mientras se está empleado a tiempo completo; trabajar para obtener becas y subvenciones; y demás.
En una palabra, allí donde la primera opción para cualquier tipo de financiación es la deuda, los estudiantes encuentran cada vez más difícil mantenerse sin conformarse al comportamiento de las masas. Las expectativas puestas en los estudiantes para tener la más plena experiencia universitaria no ayudan a facilitar en nada las cosas, y son a menudo el catalizador para el ciclo de deuda. Al enfocar la licenciatura universitaria como una necesidad psicológica y no como una necesidad básica, los estudiantes serán capaces de apartar su deseo de gratificación instantánea y enfocar sus estudios un poco de manera diferente. Ojalá que encuentren una vía para evitar el odioso préstamo estudiantil.
Fuente: CLIFFORD HUGH DOUGLAS INSTITUTE
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