Re: ¿Debe un católico coherente marcar la X en la casilla de la Iglesia?
Iniciado por
Rodrigo
Mal ejemplo, porque yo nunca he dicho que haya que dejar de ayudar a la Iglesia, que es una obligación de todo católico. De hecho, he dicho que hay que quitarse la mentalidad de una monedita en la cesta porque eso no va a ninguna parte y que hay que hacer contribuciones importantes. No obstante, opino que se debe ayudar con criterio al sector de la Iglesia que quiera restaurar con todo su esplendor y gloria la milenaria tradición, doctrina y liturgia de la Iglesia, y no a los que se avergüenzan de ella o la nieguen.
¿Cómo? si todo está en el mismo paquete. No hay organizaciones separadas en buenos y malos, tal como dije hay trigo y hay cizaña, ¿pero cómo se separan? Quien tenga la respuesta que la proponga, que la argumente públicamente. No es igual hablar que dar trigo, y de esta costumbre tan extendida tenemos un auténtico empacho en este país en todos los órdenes de la vida nacional.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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