Siempre me ha parecido muy razonable la unión de todas las fuerzas antiliberales (tanto las denominadas de extrema derecha como las conocidas con el nombre de extrema izquierda). Y para llegar a esta convicción tan poco popular me he basado en el discurso de las dos orillas que en su día elaboró Julio Anguita. Incluso diría que me alegra mucho que este tipo de cosas, como la que destaco de tu cita, vayan sucediéndose en relación al suelo de Rusia y a este exagente de la KGB soviética que hoy gobierna con brazo de hierro esa bendita tierra. Para mi son motivo de satisfacción este tipo de sucesos, y más aún cuando todo este proceso se encuentra bendecido por la iglesia Ortodoxa Rusa.
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