Como profesional de la traducción conozco bien los matices de petit-déjeuner y déjeuner (pequeno almoço y almoço en portugués ibérico) y de lunch, dinner y supper en inglés. Independientemente de cuál haya sido el origen de las distintas palabras y costumbres en cuanto a las comidas y sus horarios, simplemente estaba constantando un hecho arraigado, y no solo relativo a algunas regiones de España, sino también a Hispanoamérica. A mí desde luego no me resultan espontáneos ciertos usos, aunque los tengo en cuenta viajo a otras zegiones o países para expresarme de forma que se me entienda. Y del mismo modo, si en Andalucía o Sudamérica me expresara como los españoles del norte y del centro, no se me entendería. Estas diferencias son inevitables entre regiones y países y contribuyen a evitar la monotonía de que todos nos expresemos exactamente igual. Tenemos una lengua muy hermosa, rica y variada. Y a veces se llega a extremos más chocantes. No es lo mismo coger, palabra muy normal y de todos los días para españoles, peruanos, ecuatorianos y colombianos, que el sentido indecente que tiene la misma palabra para un argentino, un uruguayo, un venezolano e incluso un mexicano aunque no desconozcan el sentido original. Y para un chileno es un vocablo que sólo aparece ocasionalmente en la lengua escrita y puede resultar pedantesco en la hablada.

En fin, disfrutemos de nuestras comidas tradicionales sin discutir por un quítame allá esas palabras. ¡Buen provecho!