Bien nos lo agradecieron un siglo despues, robando cobardemente al debil imperio sus ultimos territorios de ultramar... Puerto Rico independiente!
Ayer, 4 de julio de 2007 se celebró el aniversario numero 231 de la declaración de independencia de trece colonias britanicas en norteamerica. Esas trece colonias (Delaware,Virginia,Connecticut,Massachussets,New York, New Jersey, New Hamsphire, Georgia,South Carolina, North Carolina, Pennsylvannia, Rhode Island y Maryland) fueron la base de lo que hoy se conoce como los Estados Unidos de America. La revolución que logró la independencia de EEUU fue una muy ardua y larga. Aqui en EEUU todos saben de la gran contribución de Francia, en especial del marqués de Laffayette quien entrenó a los soldados de Washington, a la lucha contra Inglaterra. Desgraciadamente se olvida la gran aportación del reino a quien perteneció mas de la mitad del presente territorio estadounidense. Hay buenas razones por las cuales no se menciona mucho esa aportación hispanica. España no queria que nadie supiera sobre esa aportación por razones de seguridad y diplomacia. En 1776 las relaciones con Inglaterra eran muy delicadas y España no necesitaba buscar mas confrontación con esa poderosa nación, por eso España espero tres años para asegurarse de la victoria americana y asi declararle la guerra a Ingleterra abiertamente. España contribuyó por lo menos 5 millones de dólares a la causa, lo que se traduce a 216 cañones, 209 cartuchos para pistolas, 27 morteros, 12.826 bombas, 51.134 balas, 300.000 libras de polvora, 30.000 rifles con bayonetas, 30.000 uniformes, 4.000 tiendas (tents), y una gran cantidad de plomo para las balas. Esto es solo parte de lo que España donó a los estadounidenses. También debemos destacar que los barcos rebeldes norteamericanos recibieron refugio en puertos españoles del caribe y México a espaldas de Inglaterra. Fueron muchos los hispanos que lucharon por la independencia de las trece colonias, peninsulares y criollos se unieron en la lucha. Un español que merece especial reconocimiento lo es el gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez quien lideró la toma de Pensacola (ciudad en la Florida, sur de EEUU). Pensacola era el centro de defensa inglesa mas importante del sur de norteamerica y su toma era imoprtantisima para el triunfo de los colonos. Gálvez tomó la ciudad junto a milicias procedentes de Luisiana, Cuba y Puerto Rico. Podriamos seguir escribiando el dia entero ya que fue grandisima la ayuda que brindó el mundo hispano a la independencia de la nacion estadounidense,pero prefiero ser breve. Deseo terminar con unas palabras del general George Washington en 1779 "Me alegro en deciros que España finalmente a tomado acción decisiva...esperemos que esta unión con la Casa Borbón permita el establecimiento de la libertad en America".
Bien nos lo agradecieron un siglo despues, robando cobardemente al debil imperio sus ultimos territorios de ultramar... Puerto Rico independiente!
De todas formas yo no veo en absoluto un orgullo que España apoyara a Estados Unidos en su independencia, en todo caso ayudamos a crear un monstruo; y no por cariño hacia Gran Bretaña ni mucho menos, pero lo que es, es. Jamás debimos venderle Luisiana o Florida a aquéllos puercos. Sé que eran tiempos difíciles y que la política entonces, como ahora, era un caos, aun distinta. Ojalá los mexicanos algún día puedan reconquistar sus tierras y Puerto Rico sea libre.
Si, pero no con el rollo del indigenismo radical que llaman Aztlan (cuando hablan de la Raza no hablan de la raza hispana) http://www.aztlan.net/ Para eso mejor que continuen siendo estados "europeos" de Norteamerica, porque para indigenismo, ya tienen alli a sus propios indigenistas, los de Mejico no tienen legitimidad.
En honor a la historia voy a responderos varias cosas. Al compañero Rodrigo le digo lo suigiente. Cierto, EEUU invadió ilegalmente a Puerto Rico y lo del Maine en Cuba fue un tanto misterioso, ya que nunca se probó que fueron los españoles que lo explotaron y además la poca investigación que permitieron los americanos mostró que la explosión vino del propio barco no de la bahia. Pero también es cierto que la mayoria de los cubanos querian la independencia y hasta el sol de hoy existe en La Habana un monumento al Maine en agradecimiento a EEUU por ayudar en la lucha de indepencia cubana. Los peninsulares, con su afan de mantenerse todo el poder, causaron gran resentimiento entre el pueblo cubano al punto que lucharon desde el grito de Yara en el 1868 hasta el 1898 para lograr la independencia. En el caso de Puerto Rico, la realidad es que aunque nunca existio un gran movimiento independentista como en Cuba, si se queria una reforma en la manera de gobernar. En el 1897 la reina regente Maria Cristina concede a Puerto Rico la carta autonomica la cual reconoce a Puerto Rico como una provincia autonoma con gobierno propio. Esa carta concede a Puerto Rico mas derechos que el actual arreglo con EEUU. Pero, ese cambio vino muy tarde y ya para el 1900 muchos puertorriqueños, aunque tristes por la derrota de España, buscaban la anexión para la isla a la federación. Si España hubiese cuidado mejor de Cuba y Puerto Rico yo no dudaria en pensar que el desastre del '98 hubiese sido muy diferente. Todo esto no quita el amor y aprecio que sentimos muchos antillanos hacia España, especialmente los que como yo, somos producto de la emigración tardia de gallegos,canarios y otros españoles y europeos que vinieron a trabajar y luchar por una mejor vida. Al distinguido compañero Ordóñez le respondo lo siguiente. Luisiana y Florida prosperaron y crecieron mas bajo la bandera estadounidense que bajo España. Luisiana casi ni le hicimos caso, los franceses le prestaron mas atencion que nosotros, pero ni tanta porque no fue muy dificil la venta de los territorios a EEUU. La Florida tampoco fue foco de atención española. Pensacola, fundada en 1559 por don Tristan de Luna y Arellano fue abandonada en 1561 y hoy sobrevive gracias a la refundación inglesa. San Agustín fue fundada en 1564 y es la unica ciudad española en la Florida que conserva algo de arquitectura colonial. Las demas eran villas de madera y paja que desaparecieron rapido. En 1819 España vendio la Florida sin pensarlo mucho. Esto no quiere decir que no haya valido nada la colonización española en esta dos colonias, pero la realidad (y yo vivo en una de ellas, la Florida) es que España simplemente no las colonizó por completo y lo mejor fue venderlas ya que estaban totalmente despobladas y la atención de España estaba en otros sitios. Y eso de que ojala México recupere sus territorios perdidos en batalla, aunque suene bonito, no me parece muy acertado. Ya esos estados son totalmente parte de EEUU, es como decir que Hispannia vuelva a ser provincia de Roma, pues ya no vale, pq España es España y Roma es Roma. De igual manera el suroeste de EEUU es eso mismo el suroeste de EEUU no el norte de México como lo fue hace muchos años. Pero, de todos modos, gracias por la respuesta, respeto sus opiniones. Y lo de Puerto Rico libre, pues eso es un tema aparte que hay que discutir a fondo.
Pues eso de la mayoría de los cubanos no lo reconoce ni José Martí, que se quejaba amargamente de que en Cuba la mayoría eran realistas. Sea como fuere, ese proceso se podría haber hecho en orden y manteniendo los vínculos, y no como se hizo. La misma bandera cubana la inventa el masón venezolano Narciso López porque en el separatismo cubano un buen grupo quería ser anexionado a USA, cosa que ni por asomo compartía la mayoría del pueblo cubano; si los cubanos supieran el origen de " su " bandera, igual les daba un jamacuco.
Por supuesto que no estamos en el pasado, pero no por ello ha de gustarnos la realidad. Roma se desgajó pero en Reinos de la Cristiandad en torno a la Iglesia, a " su " Iglesia hablando en román paladino; en América no se hizo eso. Y no niego la culpa que tiene España, que no tuvo colonias, sino Reinos de Indias, con Consejo de Indias y Leyes de Indias. ¿ A qué le llama vd. prosperidad ? Luisiana y Florida se convirtieron en 2 grandes estados esclavistas, con una gran producción agraria pero carente de industria. Eso sí, España quizá la desatendió, pero esa prosperidad " señorial " no la veo yo tan boyante. Y de todos modos no me dice nada, en caso de que me diera por una mentalidad economicista. En el parlamento español, por otra parte, los únicos que pidieron autonomía para Cuba fueron los carlistas, mientras los cerdos liberales ahogaban las preciosas islas hispanas. Carlos VII propugnó un plan, atendiendo a anteriores desastres, de crear un Virreinato para las Antillas y Filipinas, intentando contactar con el General Lersundi, radicado en Cuba, pero por desgracia no se pudo llevar a cabo.
Rodrigo: El indigenismo es una bazofia allá dónde se dé. En México la cuestión no es " racial ", sino de justicia territorial; esas tierras fueron " malvendidas " por la masonería republicana y sus consecuencias la siguen pagando muchos mexicanos inocentes, con los que grosso modo me une mucho más que a los gringos.
Bueno, lo de Martí diciendo que la mayoria de los cubanos era 'realistas' no sé. Todos los datos que tengo, incluyendo la "Gran enciclopedia Cubana" del 1975 apunta a que el descontento y el aire revolucionario era bastante generalizado. Y nadie lloró cuando tomo posesión Tomás Estrada Palma como primer presidente de la república cubana. Pero esta bien, tal vez tengas razón en eso, pues lo mismo paso en Puerto Rico. Y es cierto que la mayoria de los cubanos no creian en la anexión. La anexión convenia a los intereses azucareros que querian mantener la esclavitud y luego que esta se aboliera en EEUU en el 1864 buscaron otras razones para defenderla. Pero bien, le concedo lo de Luisiana y Florida hasta cierto punto. Pues si, la prosperidad en aquella época era una muy agraria (como en toda iberoamerica, pues la revolución industrial tardó en llegar) y esclavista (fruto amargo del cual nosotros, tristemente, también tomamos). Lo de los carlistas siendo nuestros defensores, pues bien, es cierto que los liberales andaban locos tratando de emular el desastre de la revolución francesa (la cual, me parece, es la raiz de muchos problemas modernos) y los carlistas, dandose cuenta de los errores del pasado, intentaron poner freno a la locura de muchos de los liberales proponiendo verdaderas libertades y reformas. Lo de que España no tuvo colonias sino reinos de Indias, pues me parece que si y no. En papel (y en alguna que otra acción) no eramos colonias sino partes del reino español tanto como Aragón o Navarra, pero la realidad que vivimos en America fue una colonial. Los nacidos aca no se les veia como españoles por los peninsulares, quienes eran los unicos a cargo del gobierno y la iglesia, sino como inferiores aunque fueran españoles de sangre. Yo amo a España y lo que significó la conquista de América, y veo lo bueno y lo malo. Entiendo que muchos lideres empezando por Isabel la católica, tenian genuino interes en hacer lo mejor para la Indias y en traer la civilización cristiana-española para asi liberar a los indios del paganismo que los ataba con sangre y flecha, por eso me siento muy español, producto de la valiente gesta que hiciera España en América y que aun no acaba. Pues concuerdo mucho con usted, Ordóñez, aunque lo expreso de una manera tal vez más "americanista" por que soy hispanoamericano y además puertorriqueño. Gracias por sus acertados comentarios.
Veo que se ha hablado de la "venta de la Florida y de la Luisiana" y nadie ha protestado. Una venta implica un pago y nos sólo la fijación de un precio. Que yo sepa, EEUU NUNCA pagó nada a España por esos territorios.
No hombre de nada. Si es lógico. Hay hechos como que el 42% de miembros de la Armada en Cuba o Venezuela eran gentes " de color ", o que incluso en España el esclavismo ( Nunca justificable ) no es equiparable al inglés o al francés en el Caribe ( En Norteamérica Francia fue distinta ), pero son cosas que se acaban generalizando y en parte es comprensible. Y no me trates de usted que aún no tengo ni 26 añitos hombre
Es que lo de Florida no fue una "venta", aprovechando la debilidad de España, EUA invadio primero la florida occidental yl uego la oriental.. el metodo? mandar colonos y que estos declararán la "independencia" del lugar e inmediatament pidieran la anexión a EUA, como España estaba muy ocupada luchando contra los franceses y las rebeliones en los virreinatos, pues yan o puido sacarlos, y eldespojo quedo terminado en el tratado de Adam-Onís.
Ah, se me olvidaba, por sacar contribuciones para apoyar a los gringos, surgió una rebelión en el virreianto de Nueva Granada
La doctrina del Destino Manifiesto, el impulso de la masonería más algunos errores de Fernando VIII y la invasión a España por parte de Francia fueron la dinamita del activismo de los estadounidenses masones para derrotar no a España sino a la cristiandad. La historia de la Revolución Mundial es la guerra contra la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Hubo masones que promovieron el indigenismo en México para separar a Nueva España del Imperio Español, los liberales mexicanos influidos por la masonería hicieron constante activismo cuando Agustín de Iturbide fue declarado emperador de México, lograron su abdicación y posteriormente adaptaron la República Mexicana al marco jurídico que ya los estadounidenses tenían establecidos. La guerra que los estadounidenses sostuvieron con los mexicanos fue apoyada por los liberales de México, es una tesis demostrada que lamentablemente por la influencia de los liberales masones en la escritura de la historia oficial le han dado menos valor que a la independencia del Imperio Español.
En la Primera Guerra Mundial, el Káiser de Alemania propuso a Venustiano Carranza (Presidente en ese entonces de México) que apoyara a la Triple Entente en contra de los Estados Unidos a cambio de obtener de nueva cuenta los territorios robados infamemente por los gringos. Esto no se concretó pues México se hallaba dentro de la Revolución Mexicana y el Estado no era estable, mucho menos el gobierno.
Hoy en día, para cualquier mexicano (no nacionalista) es mejor ganarle a los Estados Unidos en fútbol o en boxeo que geopolíticamente. La pasividad aumenta cuando la historia oficial conceptualiza al mexicano como un heredero de civilizaciones indígenas que no constituían un Estado antes de la conquista. Es decir, un guerrero azteca lo consideran como un símbolo propio de México pero como todos sabemos, el resto de las 64 tribus indígenas que vivían en el actual territorio eran antípodas de los aztecas. De hecho, los tlaxcaltecas apoyaron con más de 75 mil hombres a Hernán Cortés en la conquista de Tenochtitlán.
Créanme que es patético ver a descendientes de españoles diciéndose herederos de Cuauhtémoc o de Moctezuma. De esta manera no se puede constituir un verdadero nacionalismo en México que tome en cuenta que tanto el elemento indígena como el español son lo que ahora representa al mexicano.
Batalla de Pensacola
Corto documental sobre la Batalla de Pensacola y Bernardo de Galvez.
https://www.youtube.com/watch?v=OmzVeZwo8Bs
Ayer echaron por enésima vez la película "El patriota" de Mel Gibson. Como película es muy buena. Como "historia"... Y es que Gibson es especialista en hacer buenas películas pero también es especialista en pegarle patadas a la historia. De todas formas, no es culpa exclusiva de él. El mundo del cine siempre ha tenido eso.
Sea como fuere, reflexionando sobre la Guerra de Independencia Norteamericana, así a bote pronto, podríamos decir que:
-George Washington en absoluto fue un buen estratega. Había sido derrotado clamorosamente en seis ocasiones, y de hecho el congreso angloamericano estaba pensando en destituirle. La ayuda de España fue fundamental para que se mantuviera.
Y aun conseguida la independencia, los británicos arrasaron el territorio estadounidense en varias ocasiones.
No se olvide, asimismo, que Washington no desdeñaba el tráfico de esclavos; curiosamente, igual que la familia de Simón Bolívar.
-Normalmente, se alude la ayuda francesa (tal y como lo hace la película "El patriota") para la consecución de la independencia de los Estados Unidos, que si bien no fue desdeñable, en absoluto fue como la española, mucho más determinante, tal y como defiende el historiador colombiano Pablo Victoria en su muy buen libro "España contraataca". Fue Bernardo de Gálvez el que cortó el camino a los británicos tanto por el Caribe como por la Florida y la Lusiana. El valiente malagueño los asfixió de tal forma que no llegaran los suministros, así como los hostigó y los derrotó militarmente. Lo trágico del asunto es que si bien los angloamericanos le han agradecido en demasía a los franceses su ayuda, salvándole el culo en dos guerras mundiales, a España, lejos de agradecérselo, no han podido joderla más. Y no sólo es una cuestión de 1898: La política norteamericana para con España, sobre todo desde mediados del siglo XX, ha sido canallesca a más no poder.
-Sin desmerecer el talento y el heroísmo de Gálvez, cuya divisa era "Yo solo", fue un error que España se metiera en aquel berenjenal. Yo sé que esto es hablar a toro pasado, y que hay que entender la política inglesa de "a España hay que vencerla en América y no en Europa"; el pacto de familia borbónico; el rearme español y la vuelta a la potencialidad especialmente con Fernando VI y Carlos III... En fin, todo eso era la geopolítica de la época, y los ilustrados tenían claro que el enemigo era el inglés. Con todo, mucho nos costó ayudar a los secesionistas angloamericanos y ningún beneficio nos reportó. De esto se dio cuenta el conde de Aranda, proponiéndole a Carlos III una independencia gradual de la América Española, enviando príncipes españoles para cada virreinato, para así formar un modelo que hubiera precedido a la Commonwealth. Lamentablemente esto no se hizo y las predicciones del conde de Aranda (que no es santo de mi devoción, pero bueno) sobre la expansión de los Estados Unidos y su papel en el continente se cumplieron más de la cuenta.
-Con todo, es injusto tildar a los norteamericanos de ignorantes. Gracias a las sociedades históricas, en Estados Unidos se valora mucho más la presencia histórica española que en la propia España. Y cada vez se van viendo más pasos en cuanto al reconocimiento de España, desde su papel fundador en Florida a su papel en la Guerra de Independencia.
-Y al final es como todo: La historia no es ni blanca ni negra, sino llena de grises, y apasionante en cuanto a su complejidad; así como infinita en su proceso de revisión y enriquecimiento.
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Fuente:
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Hugo O´Donnell. Académico de la Historia
´España contribuyó más que Francia a la independencia de los EE UU´
Acaba de impartir una conferencia en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga, en la que analiza el papel que jugó España en la independencia de los Estados Unidos, así como la figura del general de Macharaviaya Bernardo de Gálvez
El académico de la Historia Hugo O´Donnell, esta semana en Málaga.
Hugo O´Donnell (Madrid, 1948) es descendiente de Leopoldo O´Donnell, el general y presidente del Gobierno que en la España de Isabel II encabezó la Unión Liberal. Conserva el título de Duque de Tetuán que su antepasado obtuvo en la Guerra de África. Militar retirado, hace cuatro años se convirtió en el miembro más joven de la Real Academia de la Historia. El pasado miércoles, invitado por la Asociación Bernardo de Gálvez, impartió en el Ayuntamiento una conferencia sobre el papel de España en la Guerra de la Independencia de Estados Unidos, con especial referencia a Bernardo de Gálvez. Hijo de malagueño y nieto de malagueña, desborda conocimientos históricos y simpatía a raudales.
¿Qué vocación llegó antes, la de militar o la de historiador?.
Son dos cosas que van bastante parejas, aunque parezca que no. Yo tengo sangre militar porque salvo la generación de mi padre hay militares desde que llegaron los O´Donnell de Irlanda a comienzos del siglo XVIII y hay veintitantos generales y cuatro ministros de la Guerra (risas).
Usted ha tocado muchos palos de la historia naval como la Armada Invencible, ¿fue realmente ´vencida´ por los elementos atmosféricos?
La mal llamada Armada Invencible no pudo ser pero pudo haber sido. Dado el momento de la época, los riesgos fueron asumidos porque Felipe II sabía a lo que se arriesgaba y había un 30 por ciento de posibilidades de que saliera bien, lo asumió, salió mal pero demostró que España era la primera potencia naval y militar de la época, lo que nadie, ni siquiera Napoleón, consiguió varios siglos después.
Además, el historiador español tiene que luchar contra la leyenda negra.
Es un instrumento que de una forma tan destacada sólo se ha esgrimido contra España en su historia. Si vemos la leyenda negra, está basada no en la pura ficción sino en algún dato que responde a la verdad. Y las verdades a medias, históricamente, son peligrosísimas. Hay que ver todo en un marco mucho más amplio que nos habla de una civilización española, en muchos sentidos mucho más ética y humana que otras generaciones que le han precedido y que le han seguido.
¿Se teme que con el bicentenario de la independencia la América española resurja esta leyenda?
Sin duda se aprovechará. Por desgracia, en la América española la política general ha utilizado la Historia como un mito de unificación nacional. Esto podría ser válido en un momento determinado pero hoy día, cuando se reconoce la Historia como una ciencia, lo que hay que buscar es la verdad, nos guste o no.
Usted ha investigado la batalla de Trafalgar a fondo. Desde el punto de vista histórico, ¿le gusta más la narración de Trafalgar de Pérez Galdós o la de Pérez Reverte?
Me quedo con Galdós porque es un novelista y un magnífico historiador. Él ha conocido a supervivientes de la batalla y se ha sabido identificar con los personajes de Trafalgar, hasta el punto de que hace un marco histórico perfecto aunque luego los personajes sean de ficción.
Parece que nos hemos olvidado del papel de España en la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
La verdad es que a mí me gustaría decir que contribuimos porque nos gustaban los ideales americanos. Desgraciadamente no fue así, eran los intereses españoles los que nos jugábamos en América y las circunstancias nos hicieron aliados ocasionales de los americanos, que se convirtieron en enemigos al día siguiente de terminar la guerra.
¿A cuánto ascendió la ayuda española?
Ahora se está descubriendo que cuantitativamente España contribuyó en hombres y material militar más que Francia. Yo lo sostengo. ¿Por qué no se valora? En primer lugar, porque el francés Lafayette luchó en territorio norteamericano y nosotros en territorio español de entonces. Otro factor fue que, como se trataba de súbditos rebeldes a un rey, Carlos III no quiso llegar a un acuerdo de tú a tú con el Congreso de EEUU, lo que no significa que no les ayudara. Les ayudó cuanto pudo.
¿La contribución de España fue decisiva?
Fue absolutamente decisiva para la independencia americana, no sólo por la cuantía sino por el momento: Cuando España entra en guerra Francia lleva ya un año y está bastante agotada. Y no digamos el ejército americano, que no tiene uniformes. España les proporciona 10.000 uniformes y otros tantos fusiles de fabricación española que eran excelentes, en un momento en el que George Washington sólo tiene 5.000 hombres, cosa que se sabe ahora.
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Fuente:
´España contribuyó más que Francia a la independencia de los EE UU´ - La Opinión de Málaga
El factor olvidado: la Armada española en la independencia de los Estados Unidos.
Publicado por José María Lancho el ene 21, 2015
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De entre los muchos aspectos que siguen entre brumas en torno a las relaciones de España y el origen de los Estados Unidos destaca, especialmente, el papel de nuestra Armada. Para comprender la importancia y dimensión de la intervención marítima de nuestro país en favor de la independencia norteamericana bastaba un cálculo, que no se había hecho, y que demuestra el grado de implicación y sacrificio humano y material en una causa que los dirigentes españoles sabían que cambiaría para siempre la historia de América y su propia historia.
El Santisima Trinidad, el mayor buque de su época. Fue el buque insignia español en el Canal de la Mancha en 1779
Probablemente el aporte más significativo –y decisivo- español a la independencia de los Estados Unidos, junto con el financiero, fue… la propia Armada. A pesar de la relevante e incansable actividad de los Gálvez (Bernardo y Matías) por su entidad, desde el primer día, 22 de junio de 1779, en que España declara la guerra a Inglaterra, la Armada marca la diferencia del conflicto y desactiva el principal recurso militar británico: su propia marina. En los primeros meses del conflicto Luis de Córdova con una escuadra mayoritariamente española aunque comandada por el francés Orvilliers limpió el canal de la Mancha de buques ingleses y creó las mejores condiciones de invasión de la Gran Bretaña desde los tiempos de Felipe II, algo que no lograrían ni siquiera los alemanes en la II Guerra Mundial. La invasión finalmente no se realizó por razones meteorológicas y después por una epidemia que diezmó las dotaciones suponiendo casi 15.000 muertos.
Navíos destrozados en el Gran Sitio de Gibraltar
Me ha parecido que carecía nuestra historiografía del listado de buques españoles destruidos, naufragados y capturados durante la guerra sostenida contra Inglaterra en favor de las colonias insurgentes inglesas en Norteamérica.
Procedo a la enumeración por año, nombre y número de cañones caidos por destrucción, naufragio o capturados (un mayor detalle queda para una futura publicación en ciernes):
Año 1779:
El Poderoso de 64 cañones
Santa Mónica de 32cañones
Santa Margarita 32 cañones
Año 1780
Santa Marta de 38 cañones
San José de 70 cañones
El Fénix de 80 cañones
Monarca de 70 cañones
El Diligente de 70 cañones
Princesa de 70 cañones
Guipúzcoa 70 cañones
Santo Domingo 70 cañones
San Julian 70 cañones
San Carlos 50 cañones
San Juan Bautista (bergantín)
Año 1781
Santa Leocadia 34 cañones
La Grana 26 cañones
Santa Catalina 32 cañones
Tallapiedra 21 cañones
Pastora 21cañones
San Cristóbal 17 cañones
Paula Primera 21cañones
Príncipe Carlos 7 cañones
San Juan 9 cañones
Paula Segunda 9 cañones
Santa Ana 9 cañones
Dolores 7 cañones
Año 1782
San Miguel 74 cañones
Perpetua(fragata)
Begoña (brulote)
Natalia
Santa Catalina 30 cañones
Año 1783
El Dragón de 60 cañones
Las dos Cathalinas (fragata)
33 buques destruidos, naufragados o apresados y miles de vidas de españoles europeos y españoles americanos caídas en una guerra que para los norteamericanos supuso unos 8000 muertos en combate. Desde luego que no hubo menos militares españoles que murieron en esa guerra. Manifiesto, asimismo, mi preocupación por la desprotección de algunos de estos buques, yacimientos arqueológicos que representan un auténtico legado común de las dos Américas y España. Creo que sería un magnífico desafío conmemorativo intentar la excavación de uno de estos navíos bien en cabo de San Vicente, Azores, Brest o Gibraltar, un proyecto que rivalizaría en valor histórico, con éxito, la recreación hecha por Francia de la fragata Hermione que trasladó a La Fayette a Boston.
En el cómputo, por supuesto no he incluido los daños de la marina mercante ni corsarios.
El que iba a ser decisivo convoy inglés de 63 buques y que por su dimensión iba a determinar a favor de Inglaterra el curso de la guerra con las 13 Colonias, capturado por la Armada española
Lo que no sabemos de la participación española se lo debemos a los falsos mitos. Tradicionalmente y hasta entrado el siglo XX se había venido negando la ayuda española a la independencia de Estados Unidos, especialmente por la propia historiografía americana, y quedó como grabado en el bronce impostado de la Historia que la ayuda francesa fue la que decidió la independencia americana. Sin cuestionar aquí, la importancia de la ayuda francesa resulta una fantasía política ignorar que ni siquiera esta ayuda se hubiera producido en una dimensión crítica sin la implicación y ayuda española. La ayuda francesa no habría sido nunca suficiente ni financiera ni marítimamente, por no hablar de su imposibilidad política. Estados Unidos necesitó que el mayor imperio global en ese momento, España, apoyara su independencia, y esa independencia necesitó una guerra mundial para que Estados Unidos tuviera un sitio en la Historia.
La batalla de Chesapeake enteramente financiada por España
Sin la intervención española la independencia norteamericana habría sido diferente y la nación que hubiera nacido –con toda seguridad mucho más tarde- habría sido muy distinta.
Debe saberse que las independencias hispanoamericanas jamás contaron con el respaldo similar de ninguna nación europea, la suya fue una independencia más larga, más dura y sin apoyos, más allá de la interesada cirugía británica(entre otras) en la que no entraré aquí. Las independencias hispanoamericanas no contaron jamás con una involucración de la dimensión y desinterés como la española en favor de Estados Unidos. Eso explica mucha historia en el devenir de los pueblos hispánicos en América y en Europa.
Desde la distancia y en un intento por comprender y hacer justicia a aquella nación hispanoamericana que era España en ese momento, con su apuesta por los nacientes Estados Unidos creó uno de los más extraños vínculos entre civilizaciones, un proceso que aún no hemos comprendido y que no ha terminado y… que continúa demasiadas veces –y esto es lo más incomprensible- sobre bases de desconocimiento y de interesado desencuentro. Porque esa identidad: desconocimiento/desencuentro de persistir ha de posponer y dificultar el verdadero momento del continente americano.
Aquí sólo quería destacar que hay una deuda moral pendiente y manifiesta en favor de esa Armada, protagonista invisible, aun a través de los ojos de los siglos, de la independencia de los Estados Unidos.
(Me permito dedicar este artículo al Museo Naval, al Instituto de Cultura e Historia Naval y a la Redacción de Cultura del Diario ABC).
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Fuente:
El factor olvidado: la Armada española en la independencia de los Estados Unidos. | Espejo de navegantes
Doug Bradburn: «El papel de España fue crucial para la independencia de EE.UU.»
Horas antes de la visita de los Reyes a tierras americanas, ABC charla con el director de la Biblioteca Nacional Fred W. Smith, uno de los mayores defensores de la herencia hispana
MANUEL ERICE - manuelerice - Corresponsal En Washington - 14/09/2015 a las 00:00:01h. - Act. a las 10:09:26h.
Guardado en: Cultura - Temas: ABC , San Agustín , España (País) , Gálvez , Barack Obama , Imperio , George Washington
España se reencuentra con la historia de EE.UU. a marchas forzadas. Siempre ha estado en ella, desde que en 1513 Juan Ponce de León se convirtiera en el primer europeo en pisar la península hoy conocida como Florida. Y, más acentuadamente, desde la fundación de la primera ciudad, San Agustín, a cargo de Pedro Menéndez de Avilés, hace 450 años. Pero su prolongada ausencia del relato de los libros de texto ha hecho más mella en la desmemoria de los acontecimientos que forjaron la nación, los que se han aprendido los norteamericanos de manera tan incompleta como orgullosa: los de la Revolución Americana y la Guerra de la Independencia.
En su privilegiado espacio para la lectura y la investigación sobre la figura de George Washington, el director de la Biblioteca Nacional Fred W. Smith hace justicia a nuestro país al reconocer su decisivo papel en la victoria francesa frente a Inglaterra, salvoconducto para la declaración de independencia de los Estados Unidos de América. Doug Bradburn está profundamente agradecido a los Reyes de España por haber elegido Mount Vernon, la antigua casa del primer presidente de la nación, como destino de su visita a la capital y a Florida. Rodeado del entorno natural del que disfrutaba el fundador de la patria, en Virginia, el remozado edificio inaugurado en 2013 abre las puertas a ABC a cinco días del acto oficial.
–¿Cómo describiría el papel de España en el proceso de independencia de Estados Unidos?
–La importancia de España en la Revolución Americana no es comprendida por los ciudadanos de este país. Seguramente porque no fue un aliado formal de EE.UU. El papel de España fue crucial en el logro de la independencia. Desde el punto de vista militar, hubo hechos clave que llevaron al éxito de EE.UU. Uno de los principales actores fue Bernardo de Gálvez, que ayudó decisivamente a favorecer el contrabando de suministros a través del Misisipi, controlado por los ingleses, en la batalla de Baton-Rouge, en Mobile, en Pensacola… Dejó sin puerto a los ingleses en el Golfo de México, en favor de las colonias rebeldes. También favoreció el trabajo de la inteligencia de las tropas rebeldes. El otro elemento crucial fue la Armada española, que, combinada con la francesa, lograron ser tan fuertes o más que la todopoderosa flota inglesa. Así pudo vencer Francia en la decisiva batalla de Yorktown, en 1791, una vez bloqueada la británica en Gibraltar, lo que le dio una superioridad en el Atlántico. Esa victoria fue el paso previo a la independencia de Estados Unidos. Por último, la cuestión financiera, porque con dinero español se financió parte de las operaciones de las tropas francesas en varios frentes.
–Algún interés movería también a España…
–Por supuesto, España estaba interesada en el acceso y control de la navegación por el Misisipi, y en la recuperación de Luisiana y Florida. Ambos objetivos los logró en sendos tratados firmados a raíz de la derrota inglesa. Aunque después, bajo la Administración de Thomas Jefferson, España vendería Luisiana a Napoleón en 1803.
–Pero, ¿existía algún tipo de relación política formal, diplomática? ¿Cómo fue la vinculación entre el Rey de España y el presidente Washington?
–Originalmente no había una relación diplomática formal entre España y las colonias cuando estas se rebelan; de hecho, hubo cierta resistencia a reconocerlas por parte de Carlos III por temor a una rebelión en sus propias colonias. Cuando España declara la guerra a los ingleses en 1779 no existe ese reconocimiento de la independencia de las colonias, ni se ha producido ninguna visita del Rey a Washington ni a las instituciones de EE.UU. Después de la independencia y cuando España la reconoce, ya en los años 80, la relación es muy estrecha, y se produce por la vía política y diplomática, a través del primer embajador español, Diego de Gardoqui. El embajador español mantiene una relación estrecha con Washington y con el joven país de Estados Unidos. Pero Washington ya está algo mayor entonces… Pero hubo otra conexión diplomática con la Corona española. Washington, experto agricultor y ganadero interesado en la cría de ganado, había oído hablar de los burros mamut españoles, pero sabía de la dificultad de hacerse con alguno porque eran caros y escasos. El Rey de España le envío dos a través de Boston. Uno de ellos murió en el viaje y el otro fue criado en Mount Vernon con el nombre de Regalo Real. Es un hecho que su cría y posterior mezcla influyó en la conformación del actual burro americano.
–Hablando de Bernardo de Gálvez, ¿hasta qué punto fue una figura determinante en el curso de la guerra y la independencia?
–Fue crucial en varias batallas. Sin él, que controlaba el suroeste del continente, habría sido mucho más difícil la victoria frente a los ingleses. Al mismo tiempo, los Estados Unidos habrían quedado divididos y sin la incorporación de esos estados. Es difícil valorar globalmente hasta qué punto fue decisivo, pero sí lo fue en esa parte del país.
–Y su reconocimiento por el Congreso de los Estados Unidos, ¿qué cree que supone hoy y en el futuro?
–Yo creo que es una nueva oportunidad para recuperar y dar a conocer la figura y el papel de España. Aquí estamos muy interesados y no todo el mundo lo estaba hasta ahora en EE.UU. Para nosotros, es un gran honor que los Reyes de España vayan a visitarnos.
–¿Y por qué es tan desconocido hoy en Estados Unidos, y también en el estudio de la Historia, el importante papel de España en la independencia?
–Francia fue un aliado formal, con la figura de Lafayatte luchando al lado de las colonias, mientras que Gálvez operaba sin el respaldo formal de España. Por otro lado, España en el siglo XIX entra en crisis y en el XX consolida una lejanía de EE.UU. al no estar presente en ninguna de las grandes guerras, al contrario que Francia, estrecho aliado de Estados Unidos.
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Fuente:
Doug Bradburn: «El papel de España fue crucial para la independencia de EE.UU.»
«Sin Gálvez EE.UU. habría sido independiente 20 años más tarde»
EMILI J. BLASCO / CORRESPONSAL EN WASHINGTON
Día 06/12/2014 - 10.41h
El embajador español en Washington, Ramón Gil-Casares, cree que «por fin se le ha puesto una cara a la participación de España en la independencia de Estados Unidos» con la ciudadanía de honor dada al héroe español
La concesión de la ciudadanía de honor a Bernardo de Gálvez (1746-1786) por parte del Congreso estadounidense supone un paso de gigante en la mejora de la imagen de España en Estados Unidos, según el embajador español en Washington, Ramón Gil-Casares.
«Siempre nos hemos planteando cómo mejorar la imagen de España aquí, pero necesitábamos un nombre. Los franceses han tenido a Lafayette y su contribución a la Guerra de la Independencia», explica un exultante Gil-Casares, tras la votación final realizada en el Congreso, que supone importante reconocimiento de Bernardo de Gálvez. El malagueño, gobernador de Luisiana y más tarde Virrey de México, tuvo un papel decisivo en la independencia estadounidense. Pero aunque fue reconocido por sus contemporáneos, su fama no pasó a generaciones posteriores.
Gil-Casares está convencido de que sin su ayuda, «Estados Unidos habría sido independiente 20 años más tarde», pues las tropas del militar español ganaron destacadas victorias en Florida y el sur del Misisipi contra los británicos. «Por fin se le ha puesto una cara a la participación de España en la independencia de Estados Unidos. Muchas tesis doctorales y académicos ya la han subrayado, pero hacía falta algo como esto, que pueda llegar a los libros de texto y lo estudien los niños de Oklahoma o Montana», añadió el embajador. «España no tenía visibilidad y ahora la ha conseguido».
España seguirá construyendo sobre la figura de Gálvez. El martes se presentará un retrato suyo que permanecerá colgado en el Senado estadounidense, y la Embajada está preparando un congreso y una exposición sobre Gálvez. También ha encargado un documental para ser emitido en televisiones de Estados Unidos.
INDEPENDENCIA EEUULa participación española junto a los colonos de George Washington
La expedición olvidada de Gálvez
Captura de Pensacola, batalla librada en 1781 entre españoles e ingleses, recreada en este lienzo por Augusto Ferrer-Dalmau para la exposición sobre Gálvez en la Casa de América (Madrid)
Muchos norteamericanos saben que Francia ayudó a las Trece Colonias a alcanzar la independencia de Gran Bretaña, pero pocos que España apoyó con hombres, armas y dinero esa misma causa
- JOSÉ MANUEL GUERRERO ACOSTA
- Instituto de Historia y Cultura Militar
23/02/2016 12:23
España salió muy debilitada de su intervención como aliada de Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-63). Por esa razón, en Madrid se recibió con precaución la declaración de guerra de Francia a Gran Bretaña y su reconocimiento de la independencia de las Trece Colonias norteamericanas en febrero de 1778. Carlos III y sus directos colaboradores, Grimaldi y Floridablanca, en contra de opiniones más agresivas como las del conde de Aranda, embajador en París, o de José de Gálvez, ministro de Indias, no deseaban otra guerra, sino aprovechar la situación para recuperar las posesiones perdidas: Menorca, Gibraltar y Florida.También se temía el contagio de las ideas revolucionarias a nuestras posesiones de ultramar. Carlos III, de carácter flemático y poco dado a variar cualquier clase de statu quo, quiso mantener una posición independiente, incluso ofreciendo la mediación a Londres en el conflicto con las colonias a cambio de algunas concesiones territoriales.
Sin embargo, como arma oculta para debilitar a Inglaterra, y desde la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en 1776, España venía contribuyendo secretamente con Francia a los envíos de dinero y material militar desde Europa o desde La Habana y Nueva Orleans, donde Bernardo de Gálvez era el gobernador, río Misisipí arriba. Cuando quedó claro que los esfuerzos diplomáticos no prosperarían, y que Inglaterra amenazaba Manila y las costas centroamericanas, el rey decidió unirse a la suerte de Francia de nuevo. Entonces, Carlos III ordenó actuar con todos los medios disponibles. El tratado de alianza defensiva y ofensiva entre las coronas de España y Francia contra la de Inglaterra, firmado en Aranjuez el 12 de abril de 1779, sentó las bases para la cooperación militar entre las dos monarquías borbónicas.
Entre sus cláusulas figuraban los objetivos estratégicos que se fijaban en Europa y América ambas potencias. En primer lugar figuraba el intento conjunto de invasión de Inglaterra, que se inició en mayo de 1779, y no se pudo llevar a cabo por la descoordinación entre las dos escuadras -la española llegó tarde al punto de reunión frente a las costas de Santander y la francesa sufrió una epidemia en sus tripulaciones-. Francia, además, quería recuperar Senegal, asegurar el comercio con las Indias Orientales, ocupar Terranova y asegurar Dominica. España, por su parte, pretendía recuperar Gibraltar, Menorca, Mobila, Panzacola (Pensacola) y Florida, y expulsar a los ingleses de Jamaica y Honduras.
A finales de 1779, la situación militar y económica de las colonias rebeldes era muy precaria. A la depreciación de la moneda y la inflación galopante, se unieron la falta de suministros para el Continental Army de George Washington y la ofensiva que los británicos lanzaron hacia los Estados del sur. Aunque ningún autor lo cite y no hayamos localizado constancia documental, parece claro que en algún momento del invierno de 1779-80 se acordó en conversaciones secretas en París o en Madrid que cada país enviase un cuerpo de ejército de 10.000 hombres a América.
A su regreso a Europa aquel año, Lafayette había transmitido a la corte de París la petición directa del general Washington de que los franceses enviaran tropas a la costa septentrional de Norteamérica para reforzar a su ejército. Por parte española, el conde de Ricla (secretario de Guerra) y Alejandro O'Reilly (por entonces inspector de Infantería) diseñaron un plan secreto siguiendo instrucciones del ministro de Indias, José de Gálvez. Las tropas españolas se enviarían al golfo de México.
Olvido interesado
La realidad fue que entre los años 1780 y 1781 franceses y norteamericanos combatieron codo con codo en los Estados del norte, mientras que los españoles lo hicieron en solitario contra los británicos en el golfo de México; esta es una de las razones por las que la contribución española, decisiva en el plano logístico y estratégico, e importante en el táctico, haya sido sistemáticamente menospreciada u olvidada en los estudios especializados y libros de texto. Como ejemplo, la mera entrada de España en guerra provocó que Henry Clinton, general en jefe de las tropas británicas en América, se viera obligado a enviar, en septiembre de 1779, una expedición desde Nueva York con el objetivo de reforzar la isla de Jamaica y las Floridas, e intentar atacar Nueva Orleans. Ello impidió, además, reforzar la guarnición inglesa en Carolina del Sur.
Pero además hay también otras razones para este olvido, como las importantes diferencias que surgieron entre España y EE UU tras la independencia por la posesión de Luisiana y Florida, o la enemistad permanente por la cuestión de Cuba, que desembocó en la guerra de 1898, así como el antihispanismo de sectores de la cultura y la política norteamericanas en favor de lo anglosajón. Y, por qué no decirlo, la falta de interés por parte española.
Resulta paradójico que, habiendo enviado España más del doble de hombres que Francia, sea la ayuda gala la única que se reconoce
Por suerte, gracias al esfuerzo de particulares e instituciones, las cosas están cambiando en los últimos años. Como muestra, la existencia de un monumento a Gálvez en Washington inaugurado por don Juan Carlos en 1976 y la concesión al héroe español de la "Ciudadanía de honor a título póstumo", refrendada por el presidente Obama en diciembre de 2014.
El mayor ejército en América
Una Real Orden fechada el día 2 de febrero de 1780 estipulaba que debía organizarse en Cádiz una expedición de 10.000 hombres, que formarían el denominado Ejército de Operaciones, y más de noventa buques de guerra y transportes de todas clases -que llevaban a bordo al menos otros dos mil efectivos de las dotaciones-. Su misión era contribuir, junto a las tropas veteranas y milicias locales, a las ofensivas previstas que debía dirigir Bernardo de Gálvez, gobernador de Luisiana, en el golfo de México para alcanzar los objetivos marcados en el Tratado de Aranjuez y reforzar La Habana y Guatemala ante una posible invasión inglesa.
Para el mando de las tropas del ejército se designó al teniente general Francisco de Navia, mientras que la escuadra estaba al mando del almirante José Solano y Bote. Al igual que para los franceses, las órdenes urgían partir antes de finales de marzo o primeros de abril, aunque la magnitud de la empresa no permitió hacerlo hasta finales de abril, lo que motivó que la arribada a América se diera en agosto, en la estación más rigurosa de las enfermedades tropicales. Es evidente que el objetivo prioritario era lanzar un ataque a Pensacola en los meses de agosto y septiembre de 1780.
Hombres de ocho regimientos de infantería, que provenían de diferentes lugares de España, fueron concentrándose en las proximidades de Cádiz a finales de marzo. Para sustituir estas unidades en el asedio a Menorca, el de Gibraltar y en otros puntos, hubo de llevarse a cabo una complicada reorganización que implicó mudar varios regimientos de guarnición para evitar dejar desguarnecidas plazas costeras estratégicas ante hipotéticos ataques británicos. Conviene resaltar que se hizo un enorme esfuerzo para formar lo que acabó siendo el mayor contingente militar enviado a América hasta ese momento por cualquier potencia europea, y, por supuesto, durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Por su parte, en abril de 1780 partía la expedición francesa, la denominada Expedition particulière, al mando del competente general conde de Rochambeau. A pesar de que estaba previsto enviar también 10.000 hombres, la falta de barcos de transporte y el bloqueo inglés de Brest obligaron a Rochambeau a dejar en Francia casi la mitad de los efectivos y mucho material.
La limitada ayuda francesa
Durante la travesía, el contingente francés sufrió casi un millar de bajas por enfermedad y, al llegar, apenas alcazaba los 4.000 hombres. Un porcentaje importante de tropas eran extranjeros, la Legión de Lauzun, compuesta por mercenarios alemanes, polacos e irlandeses. Tras desembarcar en Newport (Rhode Island) el 11 de julio, Washington esperaba poder iniciar una ofensiva combinada contra Nueva York con el refuerzo francés, pero los movimientos de los ingleses y las derrotas sufridas por los norteamericanos los meses previos lo hicieron imposible hasta el año siguiente.
Resulta paradójico que, habiendo enviado España más del doble de hombres que Francia, y todos españoles, sea la ayuda Francesa la única considerada por numerosos autores galos y anglosajones. Otro tanto sucede con la decisiva contribución económica aportada de forma paralela a la francesa por la Corona española en favor de los norteamericanos entre 1776 y 1782. Pero esa es otra historia. Baste decir que la ayuda francesa ha sido estimada en trece billones de dólares, mientras la española en tres billones. Pero hay que considerar que en la suma de fondos entregados por Francia se ha incluido un porcentaje muy importante, pero difícil de evaluar por su secretismo, proveniente de las arcas españolas, desde 1776.
Retrato de Bernardo de Gálvez
En Cádiz se prepararon 16 buques de guerra y 74 transportes, en los que se embarcaron material de fortificación, víveres, municiones, y un tren completo de artillería de campaña y otro de asedio. Tuvieron que solucionarse urgentemente muchos problemas de orgánica y de logística. Gran parte del material de artillería, municiones y accesorios para los cañones, se pidió a la Fábrica de Sevilla, y se transportó en barcos bajando el río Guadalquivir. Las unidades fueron equipadas con dotaciones extra de zapatos, medias y fusiles, así como con uniformes de lienzo para el clima tropical, confeccionados en talleres gaditanos. El vestuario se llevó empacado en fardos, y para la travesía, los hombres vestían casacón y calzones de estopón, llevando sus pertenencias en un petate de estera.
También fue necesario transferir oficiales y soldados de otros regimientos para completar los efectivos de los que partían. Algunos oficiales se presentaron voluntarios y la tropa precisa para completar cada regimiento hasta los 1.376 hombres reglamentarios, se sacó de las unidades de Cádiz y San Roque -como el Flandes, que recibió gran número de efectivos del Regimiento de Nápoles, o el 2º de Cataluña, que los recibió del 1º del mismo nombre-. Atrás quedaban unas familias que en el mejor de los casos no volverían a reencontrase con sus seres queridos hasta tres años más tarde. Algunos oficiales solicitaron un adelanto de las pagas para poder dejar dinero a sus familiares, ante la perspectiva de no poder volver con ellos; aunque no siempre se concedía. Debido a la falta de suficientes barcos de mercancías -y a la costumbre de sus capitanes de cargar productos de más para aumentar sus beneficios-, las tropas iban apiñadas a bordo de los transportes.
Finalmente, tras semanas de esfuerzos y de vientos desfavorables, la expedición partió el 28 de abril de 1780. La larga travesía produjo múltiples incidencias en la navegación y se cobró su precio: cuando la flota llegó a América en agosto, cerca de 1.200 oficiales y soldados habían muerto víctimas de diversas enfermedades. La Habana se trasformó en un gran cuartel, y varias iglesias y edificios se habilitaron como improvisados hospitales. Los oficiales se alojaron en casas particulares, donde en palabras de Navia "fueron recibidos como nuevos vecinos más que como incómodos invitados".
Los enfermos tardaron meses en recuperarse. Como en el caso francés, no llegaron a tiempo para participar en las conquistas de Baton Rouge o La Mobila (Mobile), ni para el primer intento de ataque a Florida que realizó Gálvez en 1780. Pero sí para guarnecer Cuba, Luisiana o Guatemala. Finalmente, en marzo de 1781, todos los disponibles, unos 3.600 hombres excluyendo enfermos y convalecientes, participaron en el asedio de Pensacola, reforzados por milicias de Luisiana y Cuba y un pequeño contingente francés. También para combatir en la campaña en Guatemala, Honduras y las Bahamas. La conquista de Pensacola el 8 de mayo de 1781 fue uno de los golpes más graves al poder británico en América y una contribución decisiva a la independencia de los Estados Unidos.
*Publicado en el Nº207 de La Aventura de la Historia
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Fuente:La expedición olvidada de Gálvez | La Aventura de la Historia | EL MUNDO
GALVEZ DAY EN PENSACOLA, LA FLORIDA. USA.
En el Galvez Day, los habitantes de Pensacola rememoran la Batalla de Pensacola de 1781, donde las fuerzas españolas de Bernardo de Galvez derrotaron a las británicas de John Campbell. Es significativo las banderas de España que se ven entre el público presente en el acto, y sobre todo teniendo en cuenta que muchos de ellos son de cultura anglosajona, casi como aquí, que te dan una paliza en plena calle por montar un puesto de apoyo a la Selección.
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Fuente:
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