Desde hace tres años, Prada dedica muchos de sus artículos a la "geopolítica" y está obsesionado con la misión salvadora de Rusia, hasta el punto de que acusa a los críticos con Putin de odium fidei. En política exterior Prada defiende sistemáticamente el punto de vista de Rusia y sube el tono con cada artículo. Por lo tanto, era de esperar que terminase apoyando a Trump, dado que es el candidato que Putin quiere que gane, como vienen transmitiendo todos los medios rusos de propaganda.
No sé de dónde sale esa información de ReynoDeGranada de que Trump respetaría el acuerdo nuclear y se llevaría bien con Irán. HispanTV no habla precisamente bien de Trump, como se puede ver en el artículo que inserté en el que le acusan --con buenas razones-- de sionista. Por cierto, Sara Palin apoya a Trump:
Sarah Palin endorses Donald Trump - Wisconsin Gazette
Por otra parte, si lo que debe primar es la conservación de las buenas relaciones con Irán, lo más lógico sería apoyar a los demócratas, que son los que han llegado a un acuerdo con Irán. Pero ¿qué tal si, en vez de mirar por el bien de Irán o de tal o cual país extranjero, miramos por el bien de España?
Otros candidatos republicanos han expresado puntos de vista no muy distantes en política exterior:
Nearly 60% of Republicans Support Candidates Who Say Assad Should Stay
Incluso Ted Cruz es partidario de llevarse bien con Siria:
Pres. Hopeful Ted Cruz Warns Daesh May Take Syria if US 'Topples' Assad - Sputnik
Para mí la razón fundamental por la que se apoya a Trump en el "sector patriótico" es que es el preferido de Rusia, a lo que hay que sumar cierto sentimiento antinmigración. Lo del aborto o lo del sionismo son simples armas arrojadizas.
Me parece que la figura de Trump tiene cierto paralelismo con la de Jesús Gil. Por el tipo de empresario y por el tipo de proclamas populistas que consiguen encandilar a algún sector antisistema. Recordemos que Jesús Gil tuvo serios enfrentamientos con el Régimen de 1978. Para los politicastros, Jesús Gil llegó ser el enemigo público número uno y casi mueren del susto cuando quiso dar el salto a la política nacional y quedó cerca de conseguir un escaño por Madrid. Sin embargo, aun sabiendo de esta enemistad que le profesaban, todos habríamos estado de acuerdo en que Jesús Gil era un empresario inmoral y en el fondo no tenía nada de antisistema.
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