LOS SÁNCHEZ DE ORELLANA O LA VIVEZA CRIOLLA

La familia Sánchez de Orellana fue quizá la más poderosa de la Presidencia de Quito durante los siglos XVII Y XVIII. Criollos ricos y ennoblecidos, y estos sí que criollos viejos, no hijos ni nietos de peninsulares, sino con siglos de criollaje americano encima para la época de la “independencia”, nacidos sus primeros progenitores en suelo americano a inicios del 1600, oriundos del sur del país, de la parte alta de El Oro actual, de Zaruma para ser preciso. Además de las primeras dignidades nobiliarias creadas para criollos quitenses: Marqueses de Solanda, de Villa Orellana, vinculados por matrimonio al también Marquesado de Villarocha, sin contar todos los otros títulos vinculados a la creación de cada uno; ostentaron el poder económico y político que casi ninguna otra familia pudo unir. No especifiquemos en cada caso el sinnúmero de cargos políticos y militares locales que ejercieron cada miembro de esta familia porque para eso se necesitaría un libro y esto es apenas una nota: Alcaldes ordinarios, Tenientes de Corregidores, Corregidores, Justicias Mayores, Regidores perpetuos, Maestres de Campo, Generales de Caballería, Capitanes de Caballería ligera de Milicias de Quito, etc. Remitámonos, nada más, a tres ejemplos de esta familia que figuraron como las máximas autoridades políticas en la Provincia de Quito. 1) Antonio Sánchez de Orellana y Ramírez de Arellano, I Marqués de Solanda, nacido en Zaruma (1651), fue Maestre de Campo, Gobernador y Capitán General de Mainas y Corregidor y Justicia Mayor de Loja. 2) Fernando Félix Sánchez de Orellana y Rada, III Marqués de Solanda, nacido en Latacunga (1723), fue el único quitense –criollos de otras partes de América los hubo- que ocupó la Presidencia de la Real Audiencia de Quito –a pesar de haber estado prohibido por la Corona que los nacidos en las jurisdicciones pudieran llegar a esos cargos en los mismos lugares a fin de evitar nepotismo y tráfico de influencias- (1745-1753, es decir llegó a la presidencia a los 22 años, quizá el más joven en ese puesto), el máximo cargo político en nuestro territorio entonces. 3) Clemente Sánchez de Orellana y Riofrío, I Marqués de Villa Orellana, nacido en Cuenca (1709), además de haber sido Alcalde Ordinario de su población natal varias veces, fue Corregidor de Cuenca, Gobernador del Cabildo de Quito, Alguacil Mayor de la Inquisición en Loja, además Maestre de Campo. Se lo reconoce como uno de los primeros que propiciaron las ideas separatistas en Quito desde la Sociedad de Amigos del País. Sin embargo de todo esto, se dice y se insiste desde la ignorancia o la mala fe, que los criollos no tenían acceso al poder político local en ninguna forma. Fue justamente la familia Sánchez de Orellana la que mayor poder político ejerció; descontado el económico de hecho, durante la época hispánica y aunque el pretexto criollo que se erigió para la revolución separatista contra las demás Españas fue que nunca tuvieron acceso a éste, por “ironías” de la vida, fueron los mismos Sánchez de Orellana, los más privilegiados en cargos políticos y militares, quienes sostuvieron la más fanática posición separatista y republicana a partir de 1809. Viveza criolla por no llamarle sinvergüencería, para que sus descendientes quienes me leen no quieran crucificarme. Después, al final del día, yo soy el malo por razonar y mostrar estas cosas.

En la imagen: Clemente Sánchez de Orellana y Riofrío, I Marqués de Villa Orellana y Caballero de la Orden de Santiago, tal como consta en su retrato que reposa en el Museo Nacional de Medicina.






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