Efectivamente, 'allá se las componga...', aunque a mi me guste más decir: 'Y al señor obispo que le vayan mucho dando exactamente por donde amargan los pepinos en mi tierra'. Pero estos jóvenes valientes estaban defendiendo la catedral, y lo que es aún mucho más importante, el Santísimo. Y tuvieron que defenderlo, según cuenta el artículo que nos dejas, completamente solos y abandonados por todos (policía incluída) del ataque de estas zorras energúmenas endemoniadas.
Marcadores