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Tema: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

  1. #1
    Avatar de Hyeronimus
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    Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    La desconocida historia de Fort Mose, Florida

    Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles



    1784. Las tierras de Florida, en Norteamérica, han retornado a la Corona española. Unidades irregulares norteamericanas intentan resistir: los Florida Patriots. Una tropa española los aplasta. ¿Española? Son españoles sus uniformes y banderas, pero son todos negros. Descendientes de los mismos que desde 1738 formaban la milicia negra, española, de Santa Teresa de Mose, “the black fortress of freedom”, donde los esclavos de Carolina huían para acogerse al cobijo español. Un episodio desconocido de nuestra Historia.


    San Agustín está en el extremo norte de Florida, junto a Carolina del Sur. Fue el punto más septentrional de las posesiones españolas en la costa este norteamericana. Cerca de allí está el antiguo Fuerte de Santa Teresa de Mose. Hoy se conoce al lugar como the black fortress of freedom, “la fortaleza negra de la libertad”, y se celebran festejos en memoria de aquel lugar y sus ocupantes.

    La historia empieza a mediados del siglo XV. Los Pilgrim Fathers, los primeros colonizadores ingleses, aún no se han establecido en Norteamérica. Faltan cuarenta y dos años para que nazca la colonia pionera de Jamestown. España lleva medio siglo explorando la Florida, desde que allí pusiera el pie en 1513 Ponce de León. Ante la presencia de hugonotes franceses en la zona, España decide establecer una base fija. Es don Pedro Menéndez de Avilés quien desembarca en 1564 y funda la ciudad de San Agustín. Los españoles instalan allí un núcleo cuyo primer nombre es Misión de Nombre de Dios. Es el primer lugar de Norteamérica donde se celebra una misa. El sitio queda bajo la advocación de Nuestra Señora de la Leche, la Virgen lactante. Hoy se llama Our Lady of la Leche.

    Los negros querían ser españoles
    San Agustín es un lugar de frontera. Se vive bajo la permanente amenaza inglesa. El corsario Drake arrasó la ciudad en 1586, pero los españoles no se marcharon de allí. Luego vino el ataque del pirata John Davies, y después los asaltos de los ingleses en 1702 y 1740. Ninguno consiguió echar de allí a los españoles. Y empezó a pasar algo insólito: a medida que la colonización inglesa se establecía en el área y desarrollaba plantaciones con el trabajo de los esclavos negros, San Agustín se convirtió en objetivo de los esclavos fugitivos. Carolina del Sur estaba al lado. Los negros que se atrevían a huir no querían otro destino: la Florida española.


    ¿Acaso en España no había esclavitud? Sí la había, como en las colonias inglesas. Y los negros eran también su principal mano de obra. Pero el régimen de la esclavitud bajo ley española era sensiblemente más suave que en la corona británica. Los esclavos, en el ordenamiento español, podían tener dinero propio para comprar su libertad, podían llevar a sus señores ante los tribunales –generalmente con la mediación eclesiástica-, podían mantener íntegra a su familia en caso de venta a otro dueño… Y sobre todo, en esa Florida española donde había esclavos negros en mejores condiciones que en Carolina, había además otros negros que no eran esclavos, sino hombres libres. Las crónicas de la conquista citan con alguna frecuencia el caso: entre las huestes de conquistadores españoles no era inusual encontrar negros, gente que había sido vendida como esclava por los musulmanes, o que había huido de África, y que aparece ahora en la América española en condición de esclavos liberados por sus dueños o, simplemente, de hombres libres.

    Las primeras fugas de esclavos negros de Carolina se producen hacia 1687. Se sabe que el primer grupo que llega a Florida estaba compuesto por ocho hombres, dos mujeres y un niño. En poco tiempo, el número de evadidos se eleva ya al centenar. La Corona española está resuelta a acoger a los fugados. Y una vez bajo ley española, los esclavos son puestos en libertad. Carlos II otorga en 1693 una cédula que dice así: “Dando libertad a todos, tanto a los hombres como a las mujeres, sea ello ejemplo de mi liberalidad y dé lugar a que otros hagan lo mismo”. Como el número de evadidos crece, los españoles establecen una fortaleza: el Fuerte de Santa Teresa de Mose, donde se constituye la primera comunidad negra libre de Norteamérica. Para los africanos de la colonia inglesa, el establecimiento de Santa Teresa de Mose era un símbolo de esperanza.


    Aquel asentamiento, hoy conocido como Fort Mose, tiene su propia fuerza militar: en 1738 se crea, bajo bandera de España, una milicia negra con oficiales no sólo españoles, sino también de la propia raza, como el capitán Francisco Menéndez, antiguo esclavo evadido. Esa milicia defenderá no sólo la frontera española en Florida, sino también la propia libertad de sus integrantes.

    La vida de la Florida nunca fue tranquila. En 1763 se entregó la región a Inglaterra por un acuerdo internacional. Entonces los defensores de Fort Mose embarcaron hacia Cuba junto a los pobladores de procedencia española. La mayoría se instalaron en Matanzas, donde continuaron su vida como hombres libres. Allí viven hoy sus descendientes. Pero Florida volvió a manos españolas en 1784, y algunos de aquellos negros de Fort Mose regresaron a San Agustín. Cuando algunos colonos norteamericanos –los “Florida Patriots”- trataron de oponer resistencia, fue esta milicia negra la que asentó el dominio español. Florida fue española hasta 1821, cuando Fernando VII la vendió a los Estados Unidos.

    Hoy San Agustín es una ciudad norteamericana donde se habla inglés, pero no hay que escarbar mucho para encontrar la huella española: los nombres de las calles, la catedral, los giros y modismos de la lengua popular… hasta las terrazas de los bares y la misa de doce. En 1991 los museos de historia locales inauguraron una exposición itinerante que cuenta lo que fue aquello: Fort Mose: America´s Black Fortress of Freedom.
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  2. #2
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Esa palabra de factura tan extraña, ahorrar, tiene una etimología muy curiosa. Viene del árabe hurr, que significa libre. Como a los esclavos en la América española se les pagaba (¿cuándo han percibido jornal o salario los esclavos?), podía ir juntando dinero hasta llegar a comprar su libertad, en cuyo caso eran horros, es decir libres. De ahí ahorrar. ¿En qué otra parte o cuándo se ha visto esclavos que cobren, que ahorren, que puedan demandar a sus amos o incluso que continúen sirviéndoles en algunos casos una vez libertos, por estar contentos a su servicio?

    Esos negros de La Florida desde luego eran libres, no esclavos. Ser negro no suponía necesariamente ser esclavo en los territorios españoles. A pesar del infame comercio de esclavos realizado por marranos portugueses y holandeses (no olvidemos que a propuesta de Bartolomé de las Casas), el trato habría sido muy diferente en una colonia anglosajona u holandesa. Aunque en el renacimiento había resurgido la esclavitud en los países cristianos (el islam nunca la abolió), la cual el cristianismo había eliminado siglos antes, precisamente la Iglesia siempre se preocupó por facilitarles la vida y evitar los abusos, y lo misma mentalidad católica de la gente los veía como hijos de Dios en vez de como seres inferiores. La labor de San Pedro Claver, apóstol de los esclavos, en tierras de Nueva Granada es impresionante. Y por esa misma mentalidad católica, universal, de aceptación de todos como hijos de Dios, nunca ha llegado a haber apartheid en tierras de cultura hispánica.
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  3. #3
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Muchísimas gracias por esta aportación, paisano. La verdad es que me ha puesto mis escasos vellos de punta.

  4. #4
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    En la Florida de España, Fuerte Mose: santuario de libertad para los negros

    [Carmelo García Franco-



    Al extremo del estado de la Florida, en los confines mismos de Carolina del Sur, está San Agustín, que pasa por ser la plaza más septentrional que ocupó España en la costa atlántica americana, si bien no fuera esta ciudad el genuino confín de las posesiones españolas, que unos pocos kilómetros al norte estuvo el Fuerte de Santa Teresa de Mose: lugar que hoy los americanos hoy reverencian como the black fortress of freedom, la fortaleza negra de la libertad.

    En la navegación a vela, el tornaviaje de las Américas desde el Caribe se hacía aprovechando el arco de la corriente del Golfo, que empujaba las naves hacia el norte, dando lugar al riesgo cierto de que sufrieran ataques desde la costa continental, lo que aconsejaba contar con una base en tierra firme, con un apoyo militar desde el que evitar o paliar aquel peligro: conveniencia que llevó a levantar la fortificación de San Agustín, en un lugar propicio para abrigar naves y razonablemente fortificable.

    Los españoles ya habían explorado la zona en expediciones que tuvieron lugar entre 1513 (Ponce de León) y 1563, pero sin llegar a levantar ninguna fortificación estable. Sin embargo, la presencia, en 1564, de un nutrido contingente de hugonotes franceses, que alzaron un fuerte en la desembocadura del río San Juan, suponía una seria amenaza, que llevó a España a la decisión de establecer una presencia militar permanente en el área. Esa fue la razón del desembarco de Don Pedro Menéndez de Avilés, que dio fin al establecimiento de piratas franceses –allí están sus tumbas- y fundó la ciudad de San Agustín, cuarenta y dos años antes de que los ingleses establecieran la colina de Jamestown, cincuenta y cinco años antes de que desembarcaran los Pilgrims fathers.

    El paraje donde Avilés y los suyos desembarcaron, Misión de Nombre de Dios, es hoy de la Iglesia Católica, que lo mantiene y venera como el lugar más santo de América, por tratarse el primer lugar de los hoy territorios norteamericanos en donde se celebró la Santa Misa. Se trata de un espacioso y grato parque para la oración y la meditación, cuidado y arbolado, junto al mar, amparado por una cruz muy elevada, salpicado de rincones de referencia mariana y custodio de la ermita en donde se venera a la Señora bajo la nada corriente advocación de Our Lady of la leche, en una imagen de la Virgen lactante.



    Imagen de Our Lady of la Leche y ermita en que se venera

    Aunque hay ya rastros en las catacumbas romanas de la devoción a la Virgen de la Leche, por la que se venera a Santa María cuidando tiernamente del cuerpo del Niño Jesús y fue una devoción extendida por toda Europa, arraigó con particular intensidad en la España del siglo XVI, donde el rey Felipe III de Austria ordenó –corría 1598- levantar una ermita en su honor.

    Conocedores y seguidores de tal devoción, los primeros pobladores españoles consagraron la primera ermita dedicada a la Virgen en lo que hoy es territorio norteamericano, bajo el nombre de “Nuestra Señora de la Leche”, cuya imagen era copia de la que se veneraba en Madrid, de modo que, habiendo sido destruida ésta, la original, el 13 de marzo de 1936, al ser devastada la iglesia madrileña de San Luis, en que se encontraba, por la vesania irreligiosa de los albores de la guerra civil, la réplica que se halla hoy en la Florida es lo más cercano que nos queda de aquélla que fue modelo, si bien también haya imágenes bajo el mismo título en Astorga y en Palas de Rei y hasta en Pisa y en Budapest.

    La vida de la ciudad de San Agustín no fue pacífica. En 1586 fue atacada por el siniestro corsario Drake, al servicio de la corona inglesa. Sus edificios fueron arrasados y quemados, pero sin que ello quebrara la voluntad de España de mantener allí su presencia, como tampoco cejó ante el ataque del capitán pirata John Davis, que tuvo lugar ochenta y dos años después, o ante los sucesivos asaltos británicos de 1702 y 1740, siempre peligrosos y atroces, pero siempre sin éxito.

    Por ironías de la política, la imbatida San Agustín vino a ser pacíficamente otorgada a la corona británica en 1763, si bien nuevamente retornaría a España de resultas del Tratado de París, en 1784, para permanecer española hasta 1821, en que fue entregada a los Estados Unidos.



    San Agustín de la Florida, una plaza en disputa.

    Los habitantes de San Agustín no esconden el orgullo por su pasado español, del que hay vestigios permanentes en el paisaje urbano. Y todavía hoy los nombres de las calles denotan la pasada presencia hispana: las calles de Valencia, de Granada, de Córdoba, de de Soto, de Avilés, de Cádiz, de Zaragoza, de la Artillería; y las casas con blasones, el Hospital Militar, la casa de los Mesa, la de los Peso de Burgo, la de los Ximénez-Fatio, la de los Hita, la de los Gallegos, y hasta la catedral, en la que campean los escudos español y norteamericano, hacen eco de lo que la ciudad fue. Y ese eco resuena incluso en la vida local, toda vez que, aunque se trata de una ciudad en la que la lengua inglesa prevalece, se mezclan en el habla local palabras del español colonial y hasta la vida es mucho más a la española que otras ciudades norteamericanas: vías estrechas, terrazas junto a los bares, parques donde corretean los niños, iglesias y misa de doce.



    Emplazamiento de la ciudad de San Agustín y el castillo de San Marcos







    Iglesias, piedras, blasones, cantan en San Agustín a una España que ya no existe


    Se extiende la vieja ciudad española a lo largo de la península que se forma entre la bahía de Matanzas y la desembocadura del río San Sebastián, amparada, unas millas al sur, por el castillo de Matanzas, y al norte, por la imponente mole del castillo de San Marcos, sobre los que hoy, por gracia de la Administración norteamericana, no ondea la bandera de las barras y las estrellas, sino la blanca con la cruz de Borgoña, en un elegante gesto de respeto al propio pasado hispano.

    El castillo, cuya actual traza data de 1672, sustituto de anteriores construcciones de madera que allí mismo se asentaron, es un importante ejemplar de la arquitectura militar española en las Américas, con baluartes apuntados hacia el exterior, y no se construyó en piedra, sino en coquina: una mezcla de moluscos y arena, aglutinada por la cal de las conchas, que resultó ser un excelente material, que no se destrozaba ante los proyectiles del enemigo, sino que los absorbía.




    El castillo de San Marcos y la vieja bandera de la Monarquía Hispánica

    La cercanía geográfica de San Agustín respecto de las colonias inglesas de Carolina del Sur propició un fenómeno que en España no es demasiado conocido: el establecimiento de un verdadero santuario de libertad para los negros que huían de la esclavitud británica.

    Aunque ya se venía produciendo un goteo de esclavos fugitivos hacia la plaza española, fue la llegada de no menos de cien de ellos en 1738 lo que dio lugar al establecimiento de una población fortificada, unas millas al norte de la fortificación del castillo de San Marcos: el fuerte de Gracia Real de Santa Teresa de Mose: el primer sitio en lo que hoy son los Estados Unidos en que los negros pudieron vivir en libertad.

    Desdichadamente, no ha habido hasta hoy ningún productor cinematográfico que se haya arriesgado a divulgar este episodio de libertad que es historia común de España y de los Estados Unidos, si bien sí sea conocido y divulgado por los católicos norteamericanos (a título de ejemplo, la página sobre este particular de la diócesis de Denver), y sean de mucho mérito los esfuerzos que han venido haciendo el Old Florida Museum y el Florida Museum of Natural History, éste bajo la dirección de la profesora Kathleen Deagan, para indagar y dar a conocer lo que aquello fue, hasta la apertura, en 1991, de la exposición itinerante Fort Mose: America´s Black Fortress of Freedom.



    Soldados españoles de raza negra, sirviendo en las plazas del Caribe.

    Ciertamente, en la época, en las posesiones de España, era legal la esclavitud, pero las condiciones de los esclavos británicos y españoles no eran las mismas. El régimen de servidumbre español permitía, por ejemplo, que los esclavos tuvieran dinero propio, para comprar su libertad, les autorizaba a llevar a sus señores ante los Tribunales, impedía que se rompieran familias por motivos de venta y constituía, en definitiva, un sistema más benigno, lo que no fue desconocido por los esclavos que padecían el muy riguroso ordenamiento británico.

    Ya en 1688 se corrió la voz entre los esclavos negros de Carolina del Sur de que San Agustín era un santuario para quienes escapaban. En 1687 había llegado el primer grupo de fugitivos, compuesto por ocho hombres, dos mujeres y un niño. Y el goteo fue a partir de entonces incesante, hasta llegar en cifras cercanas a la centena, como se ha dejado dicho.

    Ante tamaño aluvión, se decidió, en 1738, permitir el establecimiento de los negros fugitivos, en régimen de libertad, en el asentamiento extremamente fronterizo que hoy se conoce como Fort Mose.



    Enterrados hoy bajo las ciénagas, así debieron ser el pueblo y fuerte de Gracia Real de Santa Teresa de Mose.

    Curiosamente, ni los primeros esclavos en América habían sido africanos, ni los primeros africanos en América habían sido esclavos.

    Aunque, como es sabido, el celo de la Reina Isabel prohibió en su testamento la servidumbre de los indios (“no consientan ni den lugar que los Indios vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados”), es lo cierto que esa real voluntad quebró no pocas veces en la práctica, llegándose a justificar la esclavitud de aquellos indios que rehusaran la conversión o practicaran el canibalismo. Y mientras que los primeros esclavos eran indios, estaban arribando a las Américas, como hombres libres, en las primeras expediciones, marineros, soldados y colonos de raza negra, como, por ejemplo, Juan de las Canarias, que se había enrolado en la Santa María con Cristóbal Colón; como Juan Garrido, que partió desde Sevilla, por su propia voluntad, hacia La Española (Santo Domingo) y participó en las exploraciones de Ponce de León y, luego, en las campañas de Cortés, con el que combatió en Tenochtitlán; como Estebanico, explorador de Pánfilo de Narváez quien, tras fracasar la expedición a la Florida de 1528, fue uno de los cuatro, de cuatrocientos, que sobrevivieron, al conseguir llegar andando, tras ocho años de caminar, desde la Florida hasta México, para luego morir en combate contra los indios Zuni; como Juan Valiente, que guerreó en Guatemala, en el Perú y en Chile; y como otros de los que no cabe memoria.



    Ciudadanos norteamericanos, vestidos con uniformes españoles de época, hacen memoria de la milicia de hombres negros libres que sirvió en los confines de la Florida.

    No hay duda de que la existencia de hombres libres de raza negra bajo el régimen español alentó que se constituyera aquella comunidad de Santa Teresa de Mose, que fue, según han escrito Katlheen Deagan y Darcie MacMahon, un símbolo de esperanza para muchos africanos de la colonia inglesa.

    Aunque la hospitalidad española respondía a la convicción de que quienes libremente abrazaran la religión católica debían vivir como hombres libres, hay que presumir que, junto a tal creencia, operaría la conveniencia de restar fuerza económica a las colonias británicas, generar inseguridad, y ganar nuevos trabajadores, aunque en régimen de libertad. Y es que en Carolina del Sur, sobre una fuerza de trabajo de cuarenta mil esclavos negros, dominaba una población blanca de sólo veinte mil colonizadores, en una proporción que hacía extremadamente preocupante cualquier intento de rebelión espartaquista.

    De la política española de acogida queda testimonio en la cédula otorgada en 1693 por el Rey Carlos II, que cabalmente expresaba su voluntad de que “dando libertad a todos.. tanto a los hombres como a las mujeres.. sea ello ejemplo de mi liberalidad y dé lugar a que otros hagan lo mismo”.

    Constantemente incrementado el número de quienes escapaban de las plantaciones esclavistas de Carolina, se llegó a constituir, en 1738, bajo bandera de España, una milicia negra, con oficiales de la propia raza, como lo fue el capitán Francisco Menéndez, en otro tiempo esclavo evadido. Y no se trataba de una fuerza simbólica, sino bien operativa, habida cuenta de que su calidad de veteranos fugitivos les había dado un buen conocimiento de la zona, mientras que su condición de antiguos esclavos, les hacía valientes y con resuelta voluntad de vencer, para no volver jamás a la servidumbre.

    Destruido Fuerte Mose por los ingleses en 1740, sus ocupantes se defendieron desde San Agustín, que resistió.

    Cuando, en 1763, por el tratado de París, se entregó pacíficamente la Florida a Inglaterra, los que habían sido defensores de Fort Mose embarcaron, junto a los pobladores de procedencia peninsular, hacia la isla de Cuba, especialmente hacia Matanzas, en donde siguieron su vida como hombres libres.

    Sólo algunos de los antiguos esclavos regresaron a San Agustín cuando la Florida volvió de nuevo a España, en 1784. Y rindieron un último servicio al aplastar a los Florida Patriots, que se habían atrevido ocupar Mose, reclamando el territorio para los Estados Unidos. En aquella ocasión, una vez más, se destruyó el viejo fuerte, cuyo asentamiento quedaría enterrado en las marismas, para ser explorado sólo al cabo de muchos años, no ya por soldados, sino por voluntariosos investigadores.
    Última edición por Hyeronimus; 22/11/2007 a las 04:23

  5. #5
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Qué lástima, no salieron las fotos. El artículo completo, con todas las fotos, está aquí:

    http://www.rumbos.net/rastroria/rast...uerteMose_.htm

  6. #6
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Un artículo muy interesante. Desconocía totalmente esa parte de la historia de la Florida. Gracias por la información.

  7. #7
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Excelente articulo no lo conocia.

    Saludos en Xto.

  8. #8
    Avatar de Reke_Ride
    Reke_Ride está desconectado Contrarrevolucionario
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Cita Iniciado por Hyeronimus Ver mensaje
    San Agustín está en el extremo norte de Florida, junto a Carolina del Sur.
    Hay que matizar. Lo correcto sería decir "estaba" junto a Carolina de Sur...hoy está junto a Georgia (en el primer tercio del S. XVIII, la zona suroccidental de las Carolinas formo el nuevo estado de Georgia).
    "De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"






  9. #9
    Avatar de Mexispano
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Es una desgracia que esta clase se hechos no sean tan conocidos, sin duda el trato en la América española era más benigno para aquella gente que llegó al continente en contra de su voluntad.


    Busqué en Youtube algo acerca del tema y me encontré con esta reseña, sería interesante adquirir este libro.








    Y aquí un hombre dando una breve explicación sobre ello.


    Última edición por Mexispano; 09/12/2013 a las 07:03

  10. #10
    sjl
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Interesantísimo. Muchas gracias por esta aportación (y por las muchas otras).

  11. #11
    Avatar de Mexispano
    Mexispano está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Kontrapoder y sjl dieron el Víctor.

  12. #12
    Avatar de Kontrapoder
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Has puesto la imagen, pero voy a poner la cita del abate Grégoire en texto para que la indexen los buscadores, y de paso añado otros citas muy interesantes sobre el mismo tema e incluyo la fuente primaria:

    Los españoles y los portugueses son las naciones que mejor han tratado a los negros. En ellos el cristianismo inspira un carácter de paternidad que coloca a los esclavos a muy poca distancia de los señores. Estos no han establecido la nobleza del color y no desdeñan unirse en matrimonio con los negros, facilitando a los esclavos los medios de conquistar la libertad.

    Juan Antonio Llorente (comp.), Colección de las obras del Venerable Obispo de Chiapa, Don Bartolomé de las Casas, 1823, p. 50.


    Los esclavos tienen más moralidad entre los españoles y los portugueses porque estos los asocian a los beneficios de la civilización y no los agotan por el trabajo. La religión se interpone siempre entre ellos... Se cita como un caso extraño la ordenación de un negro por el Dr. Keppel, Obispo de Exeter. Entre los españoles, y entre los portugueses este es un caso aun más corriente...

    Abate Grégoire, De la litterature, 1808, p. 230.


    Aunque España y Portugal tuvieron grandes cantidades de esclavos, su suerte general no fue excesiva. El espíritu religioso les proporciono recursos de instrucción y libertad...

    Abate Grégoire, De la litterature, 1808, pp. 82-83.


    El prejuicio del color existe en superior grado entre los franceses, los holandeses, los ingleses y sobre todo en los Estados Unidos...

    Abate Grégoire, De la noblesse, 1826, pp. 21-22.


    La Iglesia Católica, que no pacta jamás con el vicio, ha elevado su voz contra la trata de esclavos, en Italia, por la voz de los Papas...

    Abate Grégoire, De la noblesse, 1826, p. 31.


    Cuando Grégoire busca argumentos de autoridad, en pasados tiempos, para fundamentar su posición liberal y humanista en defensa de los derechos humanos y concretamente de la libertad de los esclavos negros, ¿a quién acude? Aunque parezca extraño, acude a fuentes españolas, eminentemente católicas, de los siglos XVI y XVII, y muy concretamente al Thesaurus Indicus del padre Diego de Avendaño, y lógicamente, a través de él, a su principal fundamento, la bula “Sublimis Deus”, del papa Paulo III. Dice así Grégoire en un luminoso párrafo, hasta ahora, que yo sepa, no puesto de relieve por ningún historiador ni español ni extranjero:

    Avendaño, jesuita, escribió valerosamente contra el comercio de los negros y se constituyo igualmente en defensor de los americanos. Él mismo declaro a los comerciantes de hombres que no se podía con segura conciencia esclavizar a los negros, a quienes llama etíopes, nombre que les dan varios autores de aquellos tiempos. Barbosa, Rebello, Domingo de Soto, Ledesma, Palaus, Mercato, Navarro, Solórzano, Molina y otros que profesan más o menos la misma doctrina. A excepción de muy pocos, figuran en esta causa honrosa la mayor parte de los religiosos que estaban haciendo misiones en el Nuevo Mundo.


    Esta última fuente es el artículo académico de donde he sacado las citas del Abate Grégoire. Se puede consultar el PDF en línea. Por cierto, me acabo de dar cuenta de que la primera cita es ligeramente diferente de la que ha puesto Mexispano; en la que yo he puesto se menciona por igual a españoles y portugueses, lo cual me cuadra más. No obstante, no he podido confrontar ninguna de las dos versiones de la cita con el original en castellano.

    EDITO: finalmente sí he encontrado la cita original en francés, procedente del libro De la littérature des nègres:

    Les Espagnols, et plus encore les Portugais, sont incontestablement les nations qui traitent le mieux les Nègres. Chez eux, le christianisme inspire un caractère de paternité qui place les esclaves à très-peu de distance des maîtres. Ceux-ci n'ont pas établi la noblesse de la couleur, ne dédaignent pas de s'unir par le mariage avec des Négresses, et facilitent aux esclaves les moyens de reconquérir la liberté.

    Entonces según mi impresión es más correcta la cita que puso en imagen Mexispano, en la que Grégoire concede primacía a los portugeses, aunque quizá nos lo pueda aclarar mejor Hyeronimus o algún otro forero que domine el francés.
    Última edición por Kontrapoder; 21/01/2015 a las 03:12
    ReynoDeGranada dio el Víctor.
    «Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
    José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.

  13. #13
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    En efecto, la traducción de la cita que puso Mexispano es la más fiel.

  14. #14
    Avatar de Mexispano
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Conmemoran una batalla en la que españoles y negros libres derrotaron a los ingleses





    (De dcha. a izq.) Tres personas vestidas como un soldado español, un indio y un negro participan en una recreación de la sangrienta batalla de Fort Mose, en 1740. EFE/Florida Living History





    Miami, 13 jun (EFE).- La ciudad de San Agustín, la más antigua de EE.UU., conmemora el próximo 22 de junio la sangrienta batalla de Fort Mose de 1740, en la que soldados españoles, indios y una milicia negra de esclavos huidos del yugo británico derrotaron a los británicos en lo que hoy en día es el estado de Florida.

    En el acto conmemorativo, que tendrá lugar en el Parque Estatal Histórico de Fort Mose, en San Agustín, se recreará la famosa batalla y la vida de civiles y soldados durante la Guerra de la Oreja de Jenkins (1739-1748), que enfrentó a ingleses y españoles, señaló hoy en un comunicado la organización Florida Living History (FLH).

    “Al amanecer del 26 de junio de 1740 la población de Gracia Real de Santa Teresa de Mose (Fort Mose para los anglohablantes)”, que acogió a la primera comunidad de negros libres en EE.UU., fue escenario de la “batalla más sangrienta en Florida”, explicó este organismo encargado de la promoción de la historia colonial del estado.

    Ese día, soldados españoles y la milicia negra de esclavos fugitivos ingleses, auxiliados por indios de la tribu Yamassee, derrotaron en un “batalla cuerpo a cuerpo desesperada” a los soldados ingleses y escoceses procedentes de Georgia, en guerra con España.

    Tras el asalto, el fuerte Mose (Fort Mose) quedó totalmente destruido en la batalla y sus habitantes se trasladaron a San Agustín, donde convivieron con los españoles que allí vivían.

    La decisiva victoria española en esta sangrienta batalla denominada “Bloody Mose” (“El sangriento Mose”) fue uno de los factores que permitió terminar con los intentos de invasión británica” de Florida, poco poblada, y sus ataques a este territorio español tan vulnerable.

    La excusa para iniciar esta guerra con España había sido una oreja, la del capitán inglés Robert Jenkins, al parecer un pirata corsario que fue apresado por el capitán de un guardacostas español y al que como castigo le cortó la oreja con la siguiente advertencia: “Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”.

    Con la oreja en un tarro de cristal con vinagre, Jenkins navegó hasta Inglaterra y pronunció ante el Parlamento británico la frase del capitán español, lo que dio a los ingleses la excusa perfecta para atacar los territorios españoles en las Indias, entre otros.

    Como resultado de un edicto de España de 1693, un flujo constante de fugitivos esclavos provenientes de las colonias inglesas de Georgia y Carolina comenzó a dirigirse al territorio español vecino de Florida, donde podían quedarse a condición de que se convirtieran a la fe católica.

    En la década de 1730, centenares de esclavos huidos, llamados cimarrones, habían hecho de Florida su refugio, donde sus condiciones de vida eran mucho mejores que bajo el yugo de la esclavitud británico.

    “Ya hubo negros libres en el primer viaje de Ponce de León a Florida en 1513 y la primera comunidad de negros libres estuvo en Fort Mose en 1738, en San Agustín, donde los españoles forjaron importantes alianzas con los indios, explicó recientemente a Efe el historiador estadounidense Michael J. Francis.

    El reconocido historiador e hispanista es el comisario de la exposición “Imaginando Florida” una muestra que abrió sus puertas en Miami a finales de mayo y que ilustra de forma interactiva y amena los dos primeros siglos en la historia de este territorio desde su descubrimiento por Juan Ponce de León en 1513.

    El también profesor de Historia de la University of South Florida St. Petersburg (USFSP) explicó que la ciudad de San Agustín fue desde su fundación en 1565 por los españoles una suerte de crisol de culturas, diverso, rico en mestizaje donde convivieron españoles, portugueses, irlandeses, negros e indios.

    Entre los actos previstos figura, además de la recreación de la batalla, una charla sobre el significado de ese episodio en la historia estadounidense y de Florida.

    También habrá demostraciones de artillería desde el inexpugnable castillo de San Marcos (1672), construido a base de piedra de coquina, que sirvió de refugio a los habitantes de la población y defensa de la ciudad frente a los ataques de los corsarios y enemigos entonces de España.






    Fuente:

    Conmemoran una batalla en la que españoles y negros libres derrotaron a los ingleses - USA Hispanic
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Cultura

    La desconocida historia de los negros libres en la Norteamérica española

    MANUEL TRILLO@manueltrillo / madrid

    Día 27/01/2014 - 10.24h



    Una exposición en Florida recuerda cómo esta tierra fue un santuario de libertad para los esclavos de las colonias británicas



    La historia de los afroamericanos no arranca en los campos de algodón de Carolina del Sur. Mucho antes de la importación masiva de esclavos negros por los despiadados plantadores de las colonias británicas, los españoles ya habían llevado consigo hasta lo que hoy son los Estados Unidos de América a los primeros africanos, que bajo el dominio hispano tuvieron un tratamiento mucho más humano. De hecho, a pesar de que en la Florida española también hubo esclavos, esta tierra se llegó a convertir a partir del siglo XVII en la promesa de libertad para los esclavos sometidos en la cruel explotación de los británicos.





    Certificado bautismal de un negro nacido en Florida en 1606



    La ciudad más antigua de EE.UU., San Agustín (Florida), fundada en 1565 por el asturiano Pedro Menéndez de Avilés, acoge hasta el 15 de julio la exposición «El viaje: 450 años de vivencias afroamericanas», que repasa el papel en la historia y la cultura de Estados Unidos de este colectivo desde que los primeros negros llegaron con los españoles. La muestra se inauguró el pasado lunes, Día de Martin Luther King Jr., precisamente en un año en el que se cumple medio siglo de la ley de derechos civiles.

    La elección de San Agustín para este evento está cargada de simbolismo. Según resaltan los organizadores, en esta ciudad tuvo lugar «el nacimiento de la experiencia afroamericana», ya que en ella se estableció el primer asentamiento de negros libres; se leyó la proclamación de emancipación, y se manifestaron los activistas en favor de los derechos civiles.

    «Los primeros africanos no eran esclavos y los primeros esclavos no eran africanos», afirma a ABC Dana Ste. Claire, director de la comisión para el 450 Aniversario de San Agustín. «Los afroamericanos son parte de la fundación de Estados Unidos, mucho antes de que llegaran los ingleses. Han jugado un papel fundamental en el desarrollo cultural e histórico de los americanos desde el principio». «Somos lo que somos hoy gracias a su contribución», explica.


    En realidad, los primeros hombres de origen africano llegaron incluso antes de la fundación de San Agustín. Según recoge la historiadora Jane Landers en su contribución a «La nueva historia de Florida» (University Press of Florida, 1996), ya en la expedición en que el castellano Juan Ponce de León descubrió Florida en 1513 viajaban con él dos africanos libres, llamados Juan Garrido y Juan González Ponce de León.

    El primer contingente de esclavos fue llevado a Norteamérica por Lucas Vázquez de Ayllón, que en 1526 fundó San Miguel de Gualdape en el actual territorio de Georgia, pero este asentamiento finalmente fracasó. También hubo esclavos africanos, entre otras expediciones, en la desdichada aventura de Pánfilo de Narváez de 1528. Uno de ellos, llamado Estevan, se contaba entre los cuatro supervivientes encabezados por Álvar Núñez Cabeza de Vaca que vagaron durante ocho años por los inhóspitos territorios norteamericanos hasta que consiguieron regresar a Nueva España (México).



    «Derecho a la autocompra»

    Jane Landers apunta que aquellos primeros esclavos no procedían directamente de África, sino del sur de España. «Aunque la mayoría de los africanos en España eran esclavos, no todos lo eran. La ley y las costumbres españolas garantizaba a los esclavos una personalidad moral y legal, así como ciertos derechos y protecciones que no se hallan en otros sistemas de esclavitud», señala.






    Figura de un afroamericano de la época colonial




    Según explica, «tenían el derecho a la seguridad personal y mecanismos legales por los cuales escapar a un amo cruel», incluso se les permitía poseer y transferir propiedades y emprender procesos legales, lo que derivaría en el «derecho a la autocompra». «Los valores sociales y religiosos en la sociedad española -continúa esta historiadora de la Universidad Vanderbilt- fomentaban el honor, la caridad y el paternalismo hacia las “clases miserables”, que a menudo mejoraban las penurias que los esclavos sufrían y a veces llevaba a los dueños a manumitirlos».

    Landers puntualiza que esto no significa que España ni sus colonias en el nuevo mundo estuvieran libres de prejuicios raciales, pero «el énfasis en la humanidad y los derechos del esclavo y la actitud indulgente hacia la manumisión reconocida en los códigos de esclavitud y los usos sociales españoles hacían posible la existencia de una significativa clase negra libre».

    Cuando en 1565 Menéndez de Avilés logró fundar la primera colonia estable en Florida, San Agustín, la carta real le permitía importar hasta 500 esclavos africanos. Nunca alcanzó ese número ni de lejos (probablemente fueron menos de 50 los que acompañaron a los primeros colonos), aunque sí tuvieron una gran importancia en los inicios de San Agustín, ocupándose de tareas que iban desde la obtención de la madera para fortificaciones y embarcaciones a la puesta en cultivo de la tierra, además de otras como el servicio doméstico o la ganadería.


    Hasta la última gota de sangre

    Tanto africanos libres como esclavos participaron también desde las primeras décadas en la defensa militar de la colonia, creando unidades normalmente integradas por negros libres que trabajaban como artesanos y otras labores cualificadas.





    Un miliciano negro



    Con el tiempo, la Florida española llegó a ser la esperanza de libertad para los esclavos de las colonias británicas del sur. En 1693, Carlos II garantizó a todos los esclavos que serían hombres libres si se convertían al catolicismo. A cambio, los liberados prometían derramar hasta la última gota de sangre en defensa de la Corona y de la Fe.

    A partir de entonces empezó a aumentar el número de negros que escapaban de la esclavitud en las plantaciones británicas hacia Florida. El creciente flujo de evadidos llevó en 1738 a la creación por parte del gobernador, Manuel de Montiano, del poblado de Gracia Real de Santa Teresa de Mose, la primera comunidad autogestionada por negros libres y nativos americanos con respaldo de las autoridades en el territorio de lo que ahora son los Estados Unidos. En esta comunidad, situada a tres kilómetros de San Agustín y más conocida como fuerte Mose, vivían hombres, mujeres y niños de diversas etnias y todos los varones participan en la milicia, que capitaneaba un africano mandinga llamado Francisco Menéndez.



    abc

    Un mapa de 1763 muestra el fuerte Mose (Forte Negro) cerca de San Agustín




    Pero para las colonias británicas del Sur, el fuerte Mose era una clara amenaza para su sistema económico y social basado en la esclavitud. Por eso no tardaron en lanzar un ataque desde Georgia en 1740 que acabó temporalmente con el fuerte y obligó a sus habitantes a refugiarse en San Agustín. Sin embargo, en 1752 se reconstruyó y decenas de afrocamericanos pudieron vivir allí en libertad hasta que Florida pasó a manos británicas en 1763 merced al Tratado de París que siguió a la Guerra de los Siete Años.

    El periodo británico supuso la introducción en Florida del modelo de plantaciones esclavistas de Carolina del Sur y Georgia, pero con su devolución a los españoles en 1784 regresó la esperanza de libertad para los negros. Seguía habiendo esclavos, pero también una parte importante de la población de negros libres que trabajaban como carreteros, joyeros, zapateros o carniceros, e incluso había algún comerciante de éxito, explica la profesora Landers. Además, en una época en que los matrimonios mixtos eran impensables en el sur de los recién creados Estados Unidos, el mestizaje era habitual en la Florida española.

    Todo ello cambió de nuevo cuando, en virtud del Tratado Adams-Onís, Florida se convirtió en 1821 en territorio estadounidense y muchos negros tuvieron que exiliarse. Paradojas de la historia, el principal destino de aquellos negros huidos de Florida fue la cercana isla de Cuba, entonces española.



    Viaje hacia las verdaderas raíces de EE.UU.

    «El viaje: 450 años de vivencias afroamericanas» muestra objetos y documentos originales, fotografías y elementos interactivos que permiten seguir el camino seguido por los afroamericanos desde los albores de lo que sería EE.UU. La muestra está organizada por la comisión del 450 aniversario de San Agustín, que se cumple el próximo año.

    Entre los objetos expuestos figura el mostrador del restaurante Woolworth de Greensboro (Carolina del Norte), donde cuatro jóvenes de San Agustín fueron detenidos junto a otros afroamericanos por pedir una hamburguesa. La escena se reproduce en la reciente película«El mayordomo», de Lee Daniels.

    También se exhibe el certificado bautismal del primer bebé negro nacido en la ciudad del que existe registro, de 1606, un año antes de que se fundara Jamestown, la primera colonia inglesa en Norteamérica.


    El pasado año, Florida conmemoró el quinto centenario de su descubrimiento por Ponce de León en 1513. Los Príncipes de Asturias visitaron Miami y España participó con diversas actividades organizadas por Acción Cultural Española (AC/E).






    «La génesis de nuestra diversidad cultural está en los primeros colonos españoles»

    M. T.

    El director de la comisión del 450 aniversario de San Agustín, Dana Ste. Claire, destaca cómo las verdaderas raíces de la cultura estadounidense están en la fundación en 1565 del primer asentamiento permanente europeo por parte del español Pedro Menéndez de Avilés, mucho antes de que los ingleses lograrán crear su primera colonia en Norteamérica.


    -¿Qué pueden aprender españoles y estadounidenses visitando esta exposición?

    -La historia de «El viaje» es la historia de la fundación por los españoles de Estados Unidos. Los 800 colonos que se asentaron aquí en 1565 establecieron la primera ciudad del país, que hemos ocupado durante casi 450 años, más que ninguna otra en EE.UU. Esta fundación de la primera colonia permanente fue por los españoles, no por los ingleses.


    -¿Por qué es importante subrayar que la historia de los afroamericanos empezó en 1565?

    -Los 800 colonos originales de San Agustín incluían diferentes tipos de hispanos y africanos, tanto libres como esclavos. Cuando pusieron sus pies en este primer asentamiento permanente, se convirtieron en hispano/latino-americanos y afroamericanos por primera vez. Esto fue el génesis de la vivencia afroamericana, así como de la experiencia hispano-estadounidense. Junto con la interacción de los nativos, fue la génesis de la cultura estadounidense, la que caracteriza nuestro país multicultural de hoy.


    -¿Diría que hay un vínculo entre el fuerte Mose y la lucha de Martin Luther King Jr.?

    -La búsqueda por los derechos civiles empezó desde que los africanos desembarcaron con Menéndez en 1565. El movimiento de los años 60 fue la culminación de siglos de iniciativas, luchas, legislación y campañas políticas por los derechos civiles.


    -¿Ha cerrado EE.UU. las heridas de la esclavitud y la discriminación racial?

    -Desafortunadamente, no. Algunas de las cicatrices están profundamente marcadas y los puntos de vista, atrincherados. Tenemos aún un largo camino por recorrer antes de que el racismo, e incluso la segregación, desaparezcan del todo. Se cerrarán cuando los estadounidenses entiendan que nuestro país se fundó de forma multicultural, y que no somos una nación blanca. Lo que nos hace fuertes es nuestra diversidad cultural.









    Imagen de John Ogilby que representa la Florida en 1671, cuando estaba en manos españolas









    Así viajaban los esclavos a las colonias británicas en el Henry Marie, un barco negrero








    Jóvenes negros en el restaurante Woolworth, en Greensboro (Carolina del Norte), que fueron detenidos por atreverse a pedir una hamburguesa. Cuatro eran de San Agustín









    El mostrador del restaurante Woolworth, en la exposición de San Agustín sobre la historia de los afroamericanos








    El fuerte Mose, un santuario de libertad para los negros en la Florida española





    _________________________________________



    Fuente:

    La desconocida historia de los negros libres en la Norteamérica española - ABC.es
    Última edición por Mexispano; 08/10/2015 a las 21:08

  16. #16
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Afroamericanos libres al servicio de la Corona de España en el 450 aniversario de la fundación de San Agustín





    _________________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/23052595029...type=3&theater

  17. #17
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Cita Iniciado por Mexispano Ver mensaje
    Afroamericanos libres al servicio de la Corona de España en el 450 aniversario de la fundación de San Agustín
    ¿Qué es eso de "afroamericanos"? Son negros, que no es ningún insulto, sino una mera descripción física. Al cabo de tantas generaciones no tiene sentido aludir a Africa. Y prueba de que en nuestro idioma "negro" no tiene ninguna connotación peyorativa es que en muchos lugares de Hispanoamérica es un apelativo cariñoso, no dirigido necesariamente a una persona de raza negra. Allá los gringos con sus eufemismos, que no son otra cosa que expresión de su remordimiento por siglos de racismo, desprecio y explotación a otras razas. Pero nosotros podemos llamar con toda naturalidad al pan pan y al vino vino sin copiar por inercia lo que digan otros.
    Alejandro Farnesio dio el Víctor.

  18. #18
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Cita Iniciado por Hyeronimus Ver mensaje
    ¿Qué es eso de "afroamericanos"? Son negros, que no es ningún insulto, sino una mera descripción física. Al cabo de tantas generaciones no tiene sentido aludir a Africa. Y prueba de que en nuestro idioma "negro" no tiene ninguna connotación peyorativa es que en muchos lugares de Hispanoamérica es un apelativo cariñoso, no dirigido necesariamente a una persona de raza negra. Allá los gringos con sus eufemismos, que no son otra cosa que expresión de su remordimiento por siglos de racismo, desprecio y explotación a otras razas. Pero nosotros podemos llamar con toda naturalidad al pan pan y al vino vino sin copiar por inercia lo que digan otros.
    Yo no escribí el texto, pero justamente una persona también le comentó en el mismo tono sobre la palabra en cuestión.

    Cesáreo Jarabo Jordán

    ¡Qué coño afroamericanos! Basta ya de sumisión a lo gringo. Son negros, son morenos. En español no es ninguna vejación. En inglés sí. Y nosotros, ¿qué somos?

  19. #19
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Ya lo sé, Mexispano, de eso no tengo la menor duda. La crítica era al autor del texto original.

  20. #20
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    Re: Cuando los esclavos negros de Norteamérica querían ser españoles

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    El Fuerte Mosé fue el primer asentamiento legal de colonos negros libres en lo que actualmente es el territorio de Estados Unidos. Situado a 3.2 km al norte de la ciudad de San Agustín, su construcción fue decretada en 1738 por el entonces gobernador español de Florida, Manuel de Montiano. La Florida española terminó por convertirse en un santuario para los esclavos africanos que lograban escapar de las Carolinas y Georgia. Quienes consiguieron ese objetivo encontraron en Fuerte Mosé refugio y libertad de acuerdo con las leyes españolas. Esto ocurría más de un siglo antes de la "Proclamación de Emancipación" de Abraham Lincoln. Por ello actualmente el Mosé está considerado como un lugar de gran importancia en la historia afroamericana de los Estados Unidos, en general, y del Estado de Florida en particular. En 1994, el sitio fue designado como Monumento Histórico Nacional y fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos. En 2009, el Servicio de Parques Nacionales incluyó a Fort Mose como sitio precursor del National Underground Railroad Network to Freedom. ( de la wikipedia)







    _________________________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/pacodomingo...type=3&theater

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