GUERRAS CIVILES HISPANOAMERICANAS: ALGUNAS APRECIACIONES PERSONALES
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Dicen que este año estamos de bicentenario. Bicentenario de las independencias de la América Española, y como siempre, se ha escuchado una sola voz. Vemos los fantasmagóricos desfiles de Chávez, Castro, Morales y los Kirchner con la España de Zapatero como barata palmera y máxima valedora internacional. Mucho he escrito y dicho sobre tan controvertido tema, no obstante, aquí van unos apuntes más:
-Ni por asomo todos los del bando realista americano fueron Cruzados de la Causa ni todos los independentistas demonios masónicos. Yo he caído mucho en esa visión, mea culpa.
Por la contra, la gran mayoría de la oficialidad fue cristina-liberal y hubo notorios masones. De los pocos "tradicionalistas" que hubo en este bando por parte peninsular nos encontramos a Maroto, el traidor y enemigo más encarnizado del Carlismo, que después del "Roma no paga traidores" fue despreciado hasta en la propia Suramérica. Muchos de estos fueron tiranuelos defensores de la "Pepa", que quisieron obligar a jurar a los americanos. Como decimos, muchos de estos malos realistas luego fueron represores de los Batallones de Voluntarios Realistas en la vieja España para terminar luchando encarnizadamente contra el carlismo. No es la oficialidad española realista, escasísima por otra parte (La proporción peninsular en los ejércitos realistas no superó nunca el 10%, grosso modo) el antecedente del carlismo, sino por la contra, su enemistad.
Empero, no es el caso de todo el bando realista. De Morillo o Maroto podemos pasar a Agustín de Agualongo en Nueva Granada, José Tomás Boves en Venezuela, Antonio Navala Huachaca en el Perú, Santiago de Liniers en el Río de la Plata, Vicente Benavides y los Pincheira en el Chile, la isla de Chiloé como reducto radical contra el independentismo, y tantos hombres y escenarios distintos en unas guerras duras y costosísimas que nos están indicando su carácter poliédrico. Como el caso del venezolano Juan de los Reyes, primero realista y luego independentista. O el caso del gran mexicano Yturbide.
-Como decimos, sólo se ha escuchado una versión, y es la favorable a los separatistas. Esta versión asimismo es la única que ha tenido predicamento en España. Tenemos una versión liberal, una versión "más revolucionaria", que es la que ahora está alentando España a través del "socialismo del siglo XXI" encabezada por el narco-petrolero Chávez, y hasta una visión "tradicional" del conflicto. Durante estos doscientos años de soledad, se ha sepultado a cal y canto no sólo a la traidorzuela oficialidad realista, sino a miles y miles de americanos de distintas razas que no quisieron separarse de España. Ha tenido que ser desde nuestra América cuando se ha iniciado un debate distinto. Ha tenido que ser por el colombiano Luis Corsi Otálora o por el argentino José Manuel González cuando se ha vuelto a hablar de los realistas criollos. Ha tenido que recoger el testigo el navarro José Antonio Ullate en un excelente libro sobre causas, efectos y consecuencias de la separación de las Españas. También lo ha hecho el colombiano Pablo Victoria, aun desde una perspectiva relativamente distinta.
Incluso se aboga por una "versión tradicional independentista" pero se niega que en el realismo americano hubiera "tradicionales". La causa separatista es como zapata, si no gana empata, ya sea siendo liberal, comunista o tradicional. Y donde más predicamento tiene es en España, en sus vertientes más revolucionarias.
Como mínimo da que pensar.
Dejémoslo claro: Las ideas revolucionarias habían penetrado en España en la misma Corte, quizá en especial desde la época de Carlos III y sus amasonados ministros. Esto es de reconocer. Pero los próceres separatistas no lucharon para librar a América de la Revolución, sino que aprovecharon un momento de máxima debilidad de la metrópoli ante la invasión napoleónica para implantar su propia Revolución (Invasión napoleónica contra la que se batió con valor San Martín en Bailén); revoluciones que cada una tendría una cara, como luego también ocurriría en el XIX peninsular. Nos parece repugnante la intentona de iglesia nacional a lo jansenista que se dio en la época de Carlos IV así como nos parece repugnante la indignidad de Fernando VII y el poco talento para empezar a endeudar a España, convirtiéndola (Un caso muy parecido al de Portugal) en una especie de protectorado de los Rotschild. Todo eso no dejaba de defenderlo buena parte de la oficialidad realista. Cierto, de acuerdo.
¿Pero acaso el bando independentista fue distinto en sus actuaciones? De ninguna manera.
Todos los caudillos independentistas tuvieron oficialidad británica en sus filas. Bolívar, O´Higgins o San Martín así lo hicieron.
¿Y no es cierto que en la misma América entraban libros revolucionarios con relativa facilidad que apenas se veían por la vieja España?
¿Entonces, por qué echar en cara al bando realista lo que el bando independentista hizo tanto o más? Por la sencilla razón de justificar lo injustificable; porque en todos los discursos se busca justificar absolutamente todo lo que hicieron los independentistas, buscando recovecos acá y acullá, y todo lo del bando realista es injustificable. Una versión bastante maniquea a mi juicio.
Por eso el aura criminosa para Boves, y el aura de santón laico para Bolívar, cuando objetivamente, Bolívar fue peor que Boves. No olvidemos que traicionó públicamente a su camarada Miranda, el que figura en el "panteón de honor" de los revolucionarios franceses que exterminaron a los vandeanos. Pero a Bolívar todo se le disculpa, y en especial desde que, como Miranda, murió arrepentido.
Por eso, en España hemos de aguantar con dinero público estatuas a Bolívar y ninguna para los americanos que, mejores o peores, no se quisieron separar de España. Por eso celebramos aquí a los que decían luchar contra España para convertir a América en otra cosa. Lo dijeron ellos mismos, no lo estoy diciendo yo. Las gentes de las Indias se llamaban a sí mismos españoles de ultramar o españoles americanos; de ahí en adelante fueron otra cosa, y de ahí al "¿Qué somos?" de Arturo Uslar Pietri. No defendieron las esencias americanas tradicionales hasta entonces, fue otra cosa. Al igual que muchos realistas no fueron cruzados, fueron otra cosa.
No tuvieron mucho éxito en verdad los independentistas si me apuran, pues en estos doscientos años de soledad nos separamos para cometer los mismos errores y ser presa de otras potencias enemigas de lo nuestro. Es casi normal, ya le dijo Antonio Machado a Ramiro de Maeztu que España siempre ha sido muy poca cosa para un español, y ya parecemos acostumbrados a que España favorezca y premie a sus más encarnizados enemigos.
¿De verdad "la Pepa" que se negaron a jurar era más revolucionaria que su política? Si vemos la "política religiosa" de la Constitución de Cádiz, no es distinta que la que luego se aplicaría en las repúblicas americanas. No se separaron para liberar a América de la Revolución, no es eso, no es eso....
¿Fueron Cuba y Puerto Rico más liberales que el resto de las Indias Iberas, estando las antillanas ínsulas con España? No.
Hay muchas causas en estas guerras. Podemos mezclar el resentimiento jesuítico (Más que justificado tras la enorme cabronada de Carlos III y el marqués de Pombal); pero no podemos olvidar las ideas del contrato social de Rousseau o el "reflejo norteamericano", que también sé que España, porque le convenía para derrotar a Inglaterra (Como la derrotó el gran Gálvez, como la había derrotado Lezo y luego la derrotaría Liniers) ayudó en su momento acaso con nefastas consecuencias.
Creo que eso dio a Gran Bretaña alas en el sentido de que se explayó en su frase "A España hay que vencerla en América, no en Europa". Nos aplicaron el "divide y vencerás" de Fernando VII a Bolívar. Esto es sin duda un pensamiento muy mío, pero creo que no desbarro demasiado. Que haya tanto influjo británico tanto en la Corte de Madrid como en los ejércitos bolivarianos quiere decir mucho.
- No fueron guerras de invasores contra invadidos ni viceversa. Fueron Guerras Civiles Hispanoamericanas y, como historiador sin futuro, creo que es el término más acertado. Estoy escuchando y leyendo críticas injustas y desmedidas sobre Luis Corsi, José Manuel González u otros americanos que han dicho hasta aquí hemos llegado.
¿Que los Pincheiras no eran santitos? Nadie lo dice. Pero otra vez volvemos a lo mismo: Lo mismo que le achacan a los "pincheirinos" (Que el autor no los pone como leyenda rosa, repetimos, y lean detenidamente el libro, caramba) hizo Bolívar y compañía, pero todo es disculpable. ¿Que Belgrano tilda a los negros y a los mulatos como canalla cobarde y que sólo le consuela que vengan oficiales blancos? Todo tiene su disculpa. A mí no se me ocurre desde luego juzgar a los independentistas por esa desafortunada "sentencia", pero parece que al "bando contrario" sí.
¿Discriminación de los criollos? Un neogranadino como Joaquín Mosquera Figueroa parece atestiguar lo contrario. Un Lardizábal en el Manifiesto de los Persas también. Vean otra vez gentes y escenarios distintos.
¿Y las palabras malsonantes del obispo Orellana? Absolutamente injustificables. Como la guerra a muerte de Bolívar. Como que Boves se quisiera alistar con los independentistas y fuera expulsado por chapetón. Como lo que debieron sentir muchos peninsulares al escuchar "¡muerte a los gachupines!" y lindezas por el estilo. Los insultos ofenden a todo el mundo, no sólo a los hispano-ultramarinos.
¿No da algo que pensar que el grito de guerra de las huestes que lucharon a muerte contra Bolívar fuera el de "¡mueran los blancos!"? ¿Dónde estaban los indios-buenos salvajes que pretendió manipular Miranda? Después ya vemos la política de las repúblicas americanas para con los indios, cuando la leyenda negra sigue cargando contra España. Menos mal que los malísimos españoles no dejamos ni un indio; será que uno no tiene buena vista, pero cuando uno va a Madrid, los ve por todas partes.
Señores, lo de la "discriminación de los criollos" no pasa de ser otro argumento manipulador e inexacto en su generalidad en este complicado estado de cosas. No me parece un argumento de peso.
- Sobre la pertenencia de San Martín a la masonería: Un tema complicado sin duda. Hay quien niega la propia existencia de la Logia Lautaro; nombre tomado de un caudillo araucano que se levantó contra la Monarquía Católica. Ilustrativo, sin duda. A los indios intentó apelar ya Miranda sin éxito alguno.
¿Que San Martín no perteneció a ninguna logia regular de obediencia inglesa, por así decirlo? No lo sé, ni me importa sinceramente.
Algunos acuden a Benito Pérez Galdós. No sabía yo que el literato canario fuera historiador. No obstante, Galdós describe por ejemplo una serie de logias nacidas en Madrid precisamente para luchar contra la "masonería oficial", una suerte de "logias nacionalistas" que proliferaban en cada café, tal y como fue el caso de"los Comuneros". Dudo mucho que estos personajes figuren en algún registro británico.
Pero no es de dudar que San Martín habla de "nosotros los liberales....unidos por todos el mundo....".
Les expongo un ejemplo paralelo: Durante años, se ha dicho que la pertenencia al islam de Blas Infante era una exageración, sin embargo, la umma lo reivindicaba cada vez más. Para los que conocemos (Aun malamente), el estado de la psyqué mahometana, sabemos que si Blas Infante sólo hubiera sido alguien útil, el islamismo no prestaría tanto empeño. A día de hoy está demostrado que Infante hizo la shahada en una mezquita de Marruecos. Eso mismo explica muchas cosas, a saber, que ante todo la umma lo ha considerado siempre como un hermano en la fe, cosa que era a ciencia cierta, tan cierta como que Infante hablaba de entregar España a Marruecos. También sabemos que Infante perteneció a la masonería.
Es cierto que hubo muchos masones en el bando realista. Pero no es menos cierto que la masonería sigue celebrando las independencias americanas. ¿Porque quiere apropiarse de esa epopeya, y más de la figura del general San Martín? Señores, seamos serios. ¿De verdad la masonería es tan simplona? ¿Mucho desbarro cuando establezco a Infante y al islam como "paralelismo de reivindicación"?
Que San Martín "evolucionara" como evolucionó el propio Bolívar es prácticamente cierto. Pero en todo caso, apenas llegaron a "conservadores". La política religiosa de los independentistas no difería demasiado de la de los liberales españoles, hasta como pudo ser un Cánovas del Castillo a finales del XIX continuando la antimonarquía liberal-usurpadora.
-Se habla del sentimiento monárquico de muchos nuevos próceres, lo cual es cierto. También se alude al ejemplo del Brasil. Pero hay algo importante en el Brasil: El Brasil se independendiza por un traidor don Pedro que, no contexto con desmembrar la América Lusa y traicionar al propio trono portugués, va a invadir Portugal en contra de Miguel I, rey fidelísimo católico, aclamado en las Cortes a la usanza tradicional portucalense. Con don Pedro van a actuar los mismos que en España: Inglaterra, Francia y Mendizábal, contra la causa tradicionalista popular. Tras una guerra costosísima, Portugal quedará endeudado y destrozado durante muchísimos años, hasta que Oliveira Salazar consiguiera acabar en buena medida con ello; para cuando se estaba en un punto relativamente dulce, verse amenazado por todos lados y víctima de una guerra global por la codicia del petróleo de Cabinda que cristalizó en unos claveles de traición, como aquí al año siguiente sería la transición. Que se mencione el Imperio de Brasil como ejemplo aislando su génesis fundamental me parece un intento manipulador.
No fue el mismo ejemplo del sincero monarquismo de Yturbide o de otros, no estoy diciendo eso. Lo que estoy diciendo es que hay que ver cómo fue el ejemplo brasileño.
Y así como se tuvo paciencia para con los Borbones para instaurar príncipes españoles en América, era ya una idea que Aranda le expuso a Carlos III sin éxito alguno. Es cierto que las juntas no tenían prerrogativas para actuar como actuaron sobre América, ¿pero qué prerrogativas tenían los junteros americanos para poner y quitar príncipes en las Indias?
Repito que habría otros mejores ejemplos, el brasileño sirve para mal.
Hay mucha leyenda negra antiborbónica y mucha leyenda rosa de la Casa de Austria también. Pues ni los Borbones fueron tan malos ni los Austrias tan buenos. Con los Austrias los fueros de Castilla fueron pisoteados y se tuvieron que lidiar con guerras civiles entre conquistadores, abriéndose la brecha de los encomenderos que acaso tuvo mucho en la chispa de las Guerras Civiles Hispanoamericanas. Eso no quiere decir que yo minimice la política borbónica, en especial la nefasta política de funcionariado colonial que tanto exasperó y con razón a la América Española. Pero la Historia fue la que fue y es la que es, no la que nosotros nos gustaría, como bien expone el brillante Antonio Caponnetto, acérrimo defensor de la Hispanidad.
-Con todo, me dejo en el tintero muchas cosas, que puede que algún día desarrolle. Considero que Fernando VII fue un incalificable y que Agustín de Yturbide fue en líneas generales un gran tipo y uno de los personajes más interesantes de este periodo. Y también considero que la "disección" de los realistas americanos constituye toda una aventura intelectual nacida en Hispanoamérica, una aventura de tal talla como habrá de ser la que gracias a entusiastas eruditos de Jaén han iniciado como la memoria mozárabe, la de los cristianos que sufrieron en territorio musulmán. Dentro de mi formación historiográfica son dos aventuras grandiosas, como digo. Y no porque piense que todos los realistas fueron cruzados santos, sino porque no comprendo ese sepulcral silencio, y más desde España, de americanos que no se quisieron separar; y porque no comprendo tanta justificación absoluta de los independentistas; y porque no comprendo la rabia y desconsideración de tirios y troyanos sobre las obras de Luis Corsi o Manolo González y otras que están saliendo. ¿Que no son libros perfectos? ¡Acabáramos! De entre muchas críticas puedo leer incluso que Carlos V fue un desconsiderado al no aceptar la legitimidad de su sobrina Isabel. Bonita manera de querer liberar a América de la Revolución. Si esta es una base de las críticas hacia los que se interesan y laboran por el realismo criollo, muy flaco favor le van a hacer al indepedentismo hoy tan celebrado de distintas maneras, y flaco favor al pretender seguir sepultando la voz de los realistas, que más allá de su nefasta oficialidad, fue la voz de muy buena parte del pueblo indiano que durante tantos años luchó contra otra oficialidad nefasta, que tampoco representó a buena parte de sus huestes, y ésta fue la independentista. No hubo sólo una epopeya en América, en todo caso hubo dos.
Un maestro argentino me dice que las independencias fueron una desgracia pero prácticamente inevitables. Creo que encierra gran razón ese pensamiento, y básicamente lo comparto.
Con todo, como digo, ¡basta ya de silencio! ¡basta ya de una única versión aun en distintas formas! ¡basta de manipulaciones y justificaciones estrambóticas, vengan de donde vengan, sean para quienes sean! Seguimos empeñados en lo mismo, pasan dos siglos y seguimos igual. Y esta división sólo alienta a nuestros enemigos, que siguen siendo prácticamente los mismos. De los errores hay que aprender, pero parece que nos va la marcha.
General Joaquín Posada Gutiérrez:
“He dicho poblaciones hostiles [a la liberación independentista], porque es preciso que se sepa que la Independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes; que las clases elevadas fueron las que hicieron la revolución; que los ejércitos españoles se componían de cuatro quintas partes de hijos del país; que los indios en general fueron tenaces defensores del gobierno del Reino, como que pretendían que como tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la República”.
Don Francisco de Miranda, Comandante-General del Ejército Colombiano, a los pueblos habitantes del Continente Américo-Colombiano (1806)
Transcripción realizada por Gloria Henríquez Uzcátegui y Miren J. Basterra publicada en la página web de la Academia Nacional de la Historia, Venezuela
Valerosos compatriotas y amigos.
Obedeciendo á vuestros llamamientos, y á las repetidas instancias y clamores de la Patria, en cuyo servicio hemos gustosamente consagrado la mejor parte de la Vida; somos desembarcados en esta Provincia de Caracas, la coyuntura y el tiempo nos parecen sumamente favorable para la Consecución de vuestros designios; y cuantas personas componen este Ejército son (amigos) ó Compatriotas vuestros: todos resueltos a dar la vida, si fuese necesario por vuestra libertad é Independencia, (bajo los auspicios y protección de la marina Británica.)
Con estos auxilios podemos seguramente decir, que llegó el día por fin, en que recobrando nuestra América su soberana Independencia, podrán sus hijos libremente manifestar al Universo sus ánimos generosos. El opresivo insensato gobierno, que oscurecía estas bellas cualidades, denigrando con calumnias nuestra modestia y carácter, consiguió también mantener su abominable sistema de administración por tres siglos consecutivos; mas nunca pudo desarraigar de nuestros corazones aquellas virtudes morales, y civiles que una religión santa, y un código regular inculcó en nuestras costumbres formando una honesta índole nacional.
Valgámonos pues de estas mismas estimables prendas, para que expelidos los pocos odiados agentes del gobierno de Madrid, podamos tranquilamente establecer el orden civil necesario á la consecución de tan honrosa empresa. La recuperación de nuestros derechos como ciudadanos, y de nuestra gloria nacional como americanos colombianos serán acaso los menores beneficios que recojamos de esta tan justa como necesaria determinación.
Que los buenos é inocentes indios, así como los bizarros pardos, y morenos libres crean firmemente que somos todos conciudadanos, y que los premios pertenecen exclusivamente al mérito, y á la virtud en cuya suposición obtendrán en adelante infaliblemente, las recompensas militares y civiles, por su mérito solamente.
Y si los pueblos holandeses y portugueses pudieron en otro tiempo sacudir el yugo de la opresora España; si los suizos y americanos nuestros vecinos igualmente consiguieron establecer su Libertad é Independencia con aplauso general del mundo, y en beneficio de sus habitantes, cuando cada uno de estos pueblos separadamente apenas contaba de dos á 3 millones de habitantes, ¿porqué pues nosotros que por lo menos somos 16 millones no lo ejecutaríamos fácilmente? ¿Poseyendo, además de ello, el continente más fértil, más inexpugnable, y más rico de la tierra? El hecho es que todo depende de nuestra voluntad solamente, y así como el querer constituirá indubitablemente nuestra Independencia, la Unión nos asegurará permanencia y felicidad perpetua. ¡Quiéralo así la Divina Providencia para alivio de nuestros infelices compatriotas; para amparo y beneficio del género humano!
Las persona timoratas ó menos instruidas que quieran imponerse á fondo de las razones de Justicia y de equidad que necesitan estos procedimientos, junto con los hechos históricos que comprueban la inconcebible ingratitud, inauditas crueldades y persecuciones atroces del gobierno Español hacia los inocentes á infelices habitantes del nuevo mundo, desde el momento casi de su descubrimiento, lean la Epístola adjunta de D. Juan Viscardo, de la Compañía de Jesús, dirigida a sus compatriotas; y hallarán en ella irrefragables pruebas y sólidos argumentos en favor de nuestra causa, dictados por un varón santo y á tiempo de dejar el mundo, para perecer ante el Creador del Universo.
Para llevar este plan á su debido efecto, con seguridad y eficacia, serán obligados los ciudadanos sin distinción de clases, estado ni color (los eclesiásticos solamente exceptuados, en la parte que no sean designados) de conformarse estrictamente a los artículos siguientes:
I.- Toda persona militar, judicial, civil u eclesiástica que ejerza autoridad comunicada por la Corte de Madrid, suspenderá ipso facto sus funciones - y el que las continuase después de la presente publicación, así como el que las obedeciese, serán soberanamente castigados.
II.- Los cabildos y ayuntamientos en todas las ciudades, villas y lugares ejercerán en el ínterin todas las funciones de gobierno, civiles, administrativas y judiciales con responsabilidad y con arreglo a las leyes del país: y los curas párrocos, y de misiones permanecerán en sus respectivas iglesias y parroquias, sin alterar el ejercicio de sus sagradas funciones.
III.- Todos los cabildos y ayuntamientos enviarán uno ó dos diputados al cuartel general del ejército, a fin de reunirse allí un gobierno provisorio que conduzca en tiempo oportuno á otro general y permanente, con acuerdo de toda la Nación.
IV.- Todo ciudadano desde la edad de 16 hasta la de 55 años se reunirá sin dilación á este ejército, trayendo consigo las armas que pueda procurarse, y si no las tuviese, se le darán en los depósitos militares del ejército; con el grado juntamente que convenga á su celo, talentos, edad y educación.
V.- El ciudadano que tenga la bajeza de hacer causa común con los agentes del gobierno español, ó que se hallase con armas en campamento, ciudadela ó fuerte poseído por dicho gobierno, será tratado y castigado como un traidor a la Patria. Si por el empleo que actualmente pueda poseer algunos de ellos en servicio de la España creyese su pusilanimidad que el honor le compele á servir contra la Independencia de su Patria, serán estos desterrados a perpetuidad del país.
VI.- Por el contrario, todos aquellos que ejerciendo en la actualidad empleos militares, civiles, ó de cualquiera especie se reuniesen con prontitud bajo los estandartes de la Patria recibirán honras y empleo proporcionado al celo y amor al país que hubiesen manifestado en tan importante coyuntura: los soldados y marineros serán premiados igualmente conforme a su Capacidad y Zelo.
VII.- Los depositarios del tesoro público lo pondrán inmediatamente á disposición de los cabildos y ayuntamientos, quienes nombrarán sujetos aptos para el manejo, y para suplir al ejército colombiano cuanto sea necesario á su manutención y operaciones, no solamente en dinero sino también en provisiones, vestuario, frutos, carruajes, mulas, caballos, etc.
VIII.- Para precaver toda especie de insulto o agresión de parte de la gente de guerra y puestos avanzados del ejército, los magistrados y curas párrocos de las ciudades, villas y poblados (bajo su personal responsabilidad) harán fijar la Bandera ó Insignia de Independencia Nacional en la parte superior más conspicua de las iglesias, y los ciudadanos llevarán también en el sombrero la escarapela que denote ser tales, pues sin ella no serían respetados y protegidos como hermanos.
IX.- Esta proclamación será fijada por los curas párrocos y por los magistrados en las puertas de las iglesias parroquiales y de las casas del ayuntamiento para que llegue con brevedad á noticia de todos los habitantes y asimismo harán leer en las parroquias y casas de ayuntamiento respectivas, una vez al día por lo menos, la Carta anteriormente mencionada del C. Viscardo, que acompaña este edicto.
X.- Cualesquiera impedimento, retardo, ú negligencia que se oponga al cumplimiento de estos nueve precedentes artículos será considerada como un grave perjuicio nacional y castigada inmediatamente con severidad: ¡La Salud pública es la Ley Suprema!
Fechada en el Cuartel General de Coro, á 2 del mes de agosto de 1806.
Francisco de Miranda
Tomás Molini, secretario
DECRETO DE GUERRA A MUERTE SIMÓN BOLÍVAR,
Brigadier de la Unión, General en Jefe del Ejercito del Norte,
Libertador de Venezuela
A sus conciudadanos
Venezolanos: Un ejército de hermanos, enviado por el soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaros, y ya lo tenéis en medio de vosotros, después de haber expulsado a los opresores de las provincias de Mérida y Trujillo.
Nosotros somos enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos, y a restablecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas, están regidos nuevamente por sus antiguas constituciones y magistrados, gozando plenamente de su libertad e independencia; porque nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre, que agobian todavía a algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes, ni ejercer actos de dominio, a que el derecho de la guerra podría autorizarnos.
Tocado de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña, y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y, en fin, han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación. Así pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de este modo la mancha de nuestra ignominia, y mostrar a las naciones del universo, que no se ofende impunemente a los hijos de América.
A pesar de nuestros justos resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se digna, aún, abrirles por la ultima vez una vía a la conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir pacíficamente entre nosotros, si detestando sus crímenes, y convirtiéndose de buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del gobierno intruso de España, y al restablecimiento de la República de Venezuela.
Todo español que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa, por los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo, y castigado como traidor a la patria y, por consecuencia, será irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están esforzando por sacudir el yugo de la tiranía. Se conservarán en sus empleos y destinos a los oficiales de guerra, y magistrados civiles que proclamen el Gobierno de Venezuela, y se unan a nosotros; en una palabra, los españoles que hagan señalados servicios al Estado, serán reputados y tratados como americanos.
Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de las sendas de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables, y que sólo la ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente los autores de vuestros crímenes, han podido induciros a ellos. No temáis la espada que viene a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedades; el solo título de americanos será vuestra garantía y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros, y no se emplearán jamás contra uno solo de nuestros hermanos.
Esta amnistía se extiende hasta a los mismos traidores que más recientemente hayan cometido actos de felonía; y será tan religiosamente cumplida, que ninguna razón, causa, o pretexto será suficiente para obligarnos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sean los motivos que nos deis pare excitar nuestra animadversión.
Españoles y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.
Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813.—3
Simon Bolívar.
Es copia.
Pedro Briceño Méndez,
Secretario
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