De todos modos, una cosa son los nombres visigodos en España entre los siglos V y VII (de lo que va el capítulo) y de los que serían ejemplo la famosa lista de los reyes godos (Ataulfo, Sigerico, Walia, Teodoredo, Turismundo etc,) y otra cosa muy distinta los distintos nombres germánicos que llevaron (y llevan) los españoles desde entonces.
Los nombres germánicos españoles se hicieron populares no tanto por su pasado visigótico sino por el santoral católico, con nombres de monjes y santos germanos, francos, así como por sucesivas modas derivadas quizá de peregrinos, viajeros, literatura oral (romancero) y personajes de la nobleza extranjera.
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