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Tema: El saqueo francés en España

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    Re: Respuesta: El saqueo francés en España

    Así profanaron la tumba del Cid Campeador las tropas francesas de Napoleón: huesos dispersos por el mundo

    Las tropas napoleónicas arrasaron con cualquier objeto valioso del templo, entre ellos los restos del Cid y su familia. Solo cuando el general Thiebault, conocedor del personaje, quiso congraciarse con el pueblo de Burgos se pudieron recuperar algunos de los restos




    El coleccionista galo Denon reemplaza algunos restos del Cid a su tumba

    César Cervera

    Actualizado:04/07/2019 19:44h



    En lo más alto de su poder, el 10 de julio de 1099, cinco días antes de la toma de Jerusalén por los cruzados, falleció Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, a causa de muerte natural. Cuando dos años después los almorávides conquistaron Valencia, Doña Jimena se llevó consigo los restos mortales de su marido, que fueron depositados en en el atrio del Monasterio de San Pedro de Cardeña, un templo levantado en el siglo IX, a diez kilómetros de Burgos, que en la actualidad es morada de una comunidad de hermanos trapenses pertenecientes a la orden Benedictina.

    Doña Jimena eligió el Monasterio de San Pedro de Cardeña como tumba para su marido, y para ella, porque, según la leyenda, fue allí donde el héroe castellano dejó a su esposa e hijas allí tras ser desterrado en 1081 por Alfonso VI. Años después, Alfonso X El Sabio honraría su memoria construyendo en la capilla mayor un gran sepulcro labrado con las palabras: «Aquí yace enterrado el Grande Rodrigo Díaz, guerrero invicto, y de más fama que Marte en los triunfos». Los restos del Cid fueron embalsamados y el Rey mostró todo su reconocimiento público.


    «Aquí yace enterrado el Grande Rodrigo Díaz, guerrero invicto, y de más fama que Marte en los triunfos»


    En el siglo XV, unas obras en el cenobio forzaron un nuevo traslado a la entrada de la sacristía para ser colocada la tumba sobre cuatro leones de piedra. Pero no terminó ahí el periplo de los huesos del Cid... En el año 1541, la tumba fue relegada al lateral de la abadía, hasta que el condestable Pedro Fernández de Velasco reclamó al Emperador Carlos V que los monjes volvieran a dejar al héroe en su localización original. En 1736, los restos fueron llevados a una capilla de nueva creación, la de San Sisebuto.


    La profanación del héroe

    El monasterio, donde 200 monjes habían sido martirizados durante la conquista musulmana, se convirtió gracias a la historia que rezuman sus paredes en un lugar de peregrinaje para los castellanos. Isabel la Católica, Felipe II y Felipe III no dudaron en presentar sus respetos al Campeador. Pudo ser así hasta la Guerra de Independencia, donde el expolio cultural francés también se extendió al monasterio burgalés.

    Las tropas napoleónicas arrasaron con cualquier objeto valioso del templo, entre ellos los restos del Cid y su familia. Solo cuando el general Thiebault, conocedor del personaje, quiso congraciarse con el pueblo de Burgos se pudieron recuperar algunos de los restos. El 19 de abril de 1809 se celebró un acto lleno de pompa y de solemnidad para sepultar al Cid en un mausoleo que, para la ocasión, se levantó en el Paseo del Espolón. A la marcha de los franceses, los monjes solicitaron al Ayuntamiento de Burgos que los restos fueran devueltos al Monasterio de San Pedro de Cardeña, pero no obtuvieron una respuesta positiva hasta 1826.




    Capilla del Cid en el Monasterio de San Pedro de Cardeña.


    Las desamortizaciones que sufrieron las propiedades eclesiásticas durante buena parte del siglo volvieron a dejar lo que quedaba del Cid a expensas de profanadores, de modo que fueron resguardados en la capilla de la Casa Consistorial de Burgos. Desde 1921 reposan junto con los de su esposa Doña Jimena en el crucero de la Catedral de Burgos, como bien explica Leyre Barriocanal y Ana Fernández «Los Huesos del Cid y Jimena: expolios y destierros», editado por la Diputación de Burgos en 2013 .

    La profanación francesa y el abandono dieron como resultado que los restos óseos se dispersaran por Francia y la República Checa, así como el disparate de que con todos los huesos que se dicen hoy procedentes de Don Rodrigo se podrían montar tres o cuatro hombres. Pero, ¿para qué querían los franceses los restos de un héroe castellano de la Edad Media? Lo cierto es que durante los siglos XVI y XVII la influencia cultural de la España imperial extendió la lengua castellana y la forma de vestir «a la española» a muchas cortes europeas que querían imitar a la potencia hegemónica. La historia del Campeador se popularizó en aquellos siglos en Francia tanto con la lectura del «Cantar del Mío Cid» como, sobre todo, tras el estreno de la obra de teatro «Le Cid», de Pierre Corneille, en 1636.


    Españoles por el mundo

    Al calor de su popularidad a ambos lados del Pirineos, el conde de Salm-Dick y el barón de Delammardelle se apropiaron de gran parte de los restos mortales durante la invasión napoleónica. El primero terminó por regalárselos al príncipe alemán Carlos Antonio de Hohenzollern, pasando a formar parte del museo particular de su castillo de Sigmaringen, en el sureste de Alemania. El gobierno español consiguió que esos restos regresaran a España a finales del XIX. No obstante, el resto se perdió por distintas ubicaciones, entre ellas Brionnais, en la Borgoña francesa, y el palacio checo de Lazne Kynzvart.




    Tumba del Cid y Doña Jimena, en el crucero de la Catedral de Burgos


    El egiptólogo, dibujante y coleccionista francés Vivant Denon hizo acopio de muchos de estos huesos. Es más, el francés se arrogó la devolución de una parte del cráneo del Cid al monasterio burgalés en el invierno de 1808-1809 en medio de grandes escenificaciones, pero, en secreto, se guardó para su colección particular unas cuantas piezas. En 1825, a la muerte de Denon, se subastó un reliquiario que atesoraba huesos del Cid y de Jimena, de Molière y La Fontaine, y de los eternos amantes Abelardo y Eloísa. Aparte de un trozo de la camisa ensangrentada de Napoleón y del bigote del rey Enrique IV de Francia. Denon guardaba incluso la mitad de un diente del divino Voltaire.

    Como recuerdo de que el Cid es tanto un personaje histórico como uno literario, en la sede de la Real Academia Española de la Lengua se conserva también un fragmento del cráneo desde 1968 a raíz de la pasión de uno de sus miembros por el Campeador. Con motivo del 99 cumpleaños de Ramón Menéndez Pidal, una comisión de académicos acudió a su domicilio a homenajearlo y llevarle como presente un hueso del cráneo del héroe. Según recogen las actas de la RAE, el casi centenario filólogo observó el fragmento de cráneo «con conmovedor silencio» y que después lo besó «devotamente». El mismísimo Camilo José Cela hizo las gestiones para hacerse con la reliquia con su anterior propietaria, la condesa Thora Darnel-Hamilton, quien a su vez lo había heredado de su abuelo.




    _______________________________________

    Fuente:

    https://www.abc.es/historia/abci-pro...5_noticia.html

  2. #2
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    Re: El saqueo francés en España

    EL AMERICANO QUE EXPOLIO ESPAÑA
    ARTHUR BYNE destrozó monasterios y se los llevó a EEUU piedra a piedra. Desmanteló iglesias, palacios y conventos para vendérselos a magnates. Robó, engañó y sobornó. Pero pasó a la historia como un experto amante del arte español

    SAQUEADOR. Llegó a España en 1915 y murió en 1935, en accidente de tráfico. Fue enterrado en Carabanchel.
    Cuando William Randolph Hearst buscaba una noticia, llamaba a un fotógrafo y después se inventaba una guerra. Cuando quería llevarse a casa una catedral, el trabajo era mucho más sencillo. Sólo necesitaba a Arthur Byne.

    Byne (Filadelfia, 1884) era licenciado en arte y se presentaba como arquitecto. Nunca construyó nada. Pero durante las dos décadas que vivió en España, de 1915 a 1935, desmembró decenas de iglesias, palacios y conventos, que compró ilegalmente y trasladó a Estados Unidos, para que el ciudadano Kane decorase con los despojos sus delirantes mansiones en Florida y California. Colocó sobre la cabeza del magnate de la prensa más de 80 artesonados hispano-musulmanes.Se llevó, piedra a piedra, monasterios enteros. Robó, engañó y sobornó. Y consumó el mayor saqueo conocido del patrimonio arquitectónico español.

    Europa sigue embarcada en su eterna guerra con EEUU por los pillajes arqueológicos. En su última ofensiva, el gobierno italiano ha iniciado un proceso contra el museo Getty de Los Angeles, para exigirle que devuelva cuatro piezas que salieron irregularmente del país. Grecia demandará también al museo para recuperar las suyas. España no podrá reclamar ninguna.

    Cuando Byne llegó a Madrid con su mujer -Mildred Stapley, cinco años mayor que él- ambos eran miembros de la Hispanic Society de Nueva York y encandilaron a la alta sociedad de la capital.«El era muy alto y guapo, pero se había desviado de la cuestión, y aunque la señora Byne se comportó con la máxima discreción, el asunto trascendió a la servidumbre», contó Julia Sanza, hija del portero y la doncella de la casa. A pesar del desencuentro sexual, el tándem funcionaba. Mientras ella escribía, él especulaba con cientos de piezas sin que nadie lo advirtiera, cada vez que un millonario norteamericano sacaba el talonario.

    Hearst no era un coleccionista ni un amante del arte, sino un comprador compulsivo y maniático, que ni lo entendía ni sabía valorarlo. En 1925 decidió que nada quedaría mejor en su palacio de San Simeón (California) que un claustro medieval español.Y Byne encontró en Segovia el Monasterio cisterciense de Sacramenia, que estaba en manos privadas. Por unos miserables, incluso entonces, 40.000 dólares lo compró, lo desmontó y se llevó las piedras a Nueva York en pequeños lotes, haciéndolas pasar por materiales de construcción.

    España aprobó en 1926 la primera ley que prohibía la exportación de obras de arte. Pero eso no le detuvo. «Afortunadamente, el dueño del monasterio es una de las figuras preeminentes dentro de la dictadura militar. Forma parte del acuerdo que él allanará todo tipo de críticas de la prensa (y como aún queda un pago de 10.000 dólares, puede estar segura de que lo hará. Pero no es un trabajo fácil. Todo el mundo a lo largo del proceso debe ser acallado con dinero. ( ) Es la única manera de que un asunto de esta envergadura pueda realizarse», escribió a Julia Morgan, la arquitecta de Hearst. Los problemas de Byne no acabaron ahí.«Varias veces el proyecto fue denunciado al Ministerio de Bellas Artes, ( ) Ejercí mi influencia con el ministro y obtuve el permiso para mover las piezas embaladas ».

    Los muros de Sacramenia llegaron al puerto de Nueva York empaquetados cuidadosamente en 10.571 cajas. Pero el embalaje era de paja y el Departamento de Agricultura las paralizó por miedo a la fiebre aftosa. Sus cerca de 36.000 piedras fueron embaladas de nuevo y guardadas, durante una cuarentena que duró tres años, en una nave del puerto. En 1931, cuando no quedaba ni una en España, la República declaró el monasterio monumento nacional.

    EL MUSEO IMAGINADO

    De España salieron en el siglo XX innumerables obras, no todas inventariadas. Varios profesores universitarios catalogan, desde 1996, los cuadros españoles en exilio forzoso. El proyecto se llama Museo Imaginado y de sus virtuales paredes cuelgan lienzos de Goya, Velázquez, Murillo, Ribera, Gris y Picasso, muchos de ellos desparecidos entre 1933 y 1945. Hoy algunos se muestran en el Louvre o la National Gallery. Otros fueron subastados y se les perdió el rastro. «Cuando es un robo claro, según la Unesco se pueden reclamar las piezas, si han pasado menos de 50 años desde su desaparición. Pero lo que sacó Byne de España es imposible de exigir. Se vendió y se pagó, aunque fuera de forma ilegal», asegura José Miguel Merino de Cáceres, profesor de Historia de la Arquitectura.

    Las piedras de Sacramenia criaron polvo durante un cuarto de siglo en unos almacenes del Bronx. Cuatro meses después de que Hearst muriera, en 1954, las compraron dos empresarios para volver a montar en Florida el rompecabezas más grande de la historia. Byne, condecorado por Primo de Rivera, murió en un accidente de coche en Ciudad Real, en julio de 1935. «La muerte del Sr.Byne, insigne hispanófilo, constituye una verdadera pérdida para el arte español», terminaba su largo obituario en Abc. Hoy, los restos de Sacramenia son parte de un templo protestante cercano a Miami Beach. Los de Byne descansan bajo otra piedra, en el cementerio inglés de Carabanchel.



    EL BOTIN DE BYNE

    CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE CUELLAR (SEGOVIA). Fue desmembrado entre 1907 y 1927 con la participación de Byne. Algunas de sus partes se encuentran en la Hispanic Society de Nueva York y otras se utilizaron en la reconstrucción del monasterio de Sacramenia, en Miami.
    CASTILLO DE BENAVENTE (ZAMORA) . Byne vendió a Hearst en 1930 parte de su estructura gótica. Actualmente su paradero es desconocido.

    MONASTERIO DE OVILA (GUADALAJARA). Hearst lo compró en 1931 con la intención de reconstruirlo en Wyntoon, su residencia de San Francisco. Nunca lo hizo y hoy algunas de sus piedras siguen arrumbadas en el parque del Golden Gate. Existe un proyecto de reconstrucción, paralizado.

    REJA DE LA CATEDRAL DE VALLADOLID. Arthur Byne se la vendió a Hearst en 1922. Nunca llegó a usarla. En 1956 se vendió al Metropolitan de Nueva York, que la instaló, después de mutilarla convenientemente para que cupiera. Puede visitarse allí.

    CATEDRAL DE SEO DE URGEL (LÉRIDA). Uno de sus arcos de jaspe rojo se encuentra en el Castillo de San Simeón, en California.También la sillería del coro, que Hearst instaló en su comedor.COLECCION DE ARTE DEL CONDE DE LAS ALMENAS. Byne se la llevó a Estados Unidos con la excusa de montar una exposición y después la vendió. Sus artesonados y mobiliario están desperdigados en ese país.

    https://www.elmundo.es/suplementos/c...133650804.html
    Última edición por ReynoDeGranada; 20/10/2021 a las 15:14
    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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  3. #3
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    Re: El saqueo francés en España

    ESPAÑA ARRASADA - Inglaterra y Francia Arruinaron España





    https://www.youtube.com/watch?v=yvQb1Jy6S-4

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