Re: Fin de juego: lo que perdimos en la Segunda Guerra Mundial
En la Cruzada no venció Hitler, sino las tropas nacionales: Ejército regular, falangistas y requetés, al frente de los cuales estuvieron sus mandos naturales. Poco que agradecer al "cabo boche", salvo que no cometiese el error de haber atravesado España como hizo Napoleón. Luego está la política de estrategias según conviene, de esa no se libra ningún gobernante y bajo ninguna circunstancia.
Respecto a las encíclicas papales que fueron publicadas en su momento, eran todas correctas. Una cosa no quita a la otra, pero hay que "estar a las duras y a las maduras", no sólo a lo que conviene "ad hoc", y ya que se menciona el Denzinger, no hay inconveniente alguno en citar las partes publicadas por la Comisión Bíblica en 1909 sobre la investigación científica acerca de posibles descubrimientos basados en los cambios de las especies, poniendo sólo una condición en el caso de la creación del Hombre (Denzinger 2113) . Valga esta referencia como mero ejemplo de que no es válido sólo aquello que a uno conviene.
El hecho de que en ambos bandos hubiese gentuza no es motivo para condenar países enteros. Podrán gustar más o menos, pero de ahí a condenas con posicionamientos radicales, hay todo un trecho. No respetarlo supone, como siempre, incurrir en las más variadas falacias. Y una que se suele detectar con bastante frecuencia en los temas polémicos es la ignoratio elenchi, vamos en términos populares hacer oídos sordos.
Saludos en Xto.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Marcadores