Búsqueda avanzada de temas en el foro

Resultados 1 al 11 de 11

Tema: Víctimas de la masonería

Vista híbrida

  1. #1
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 sep, 08
    Mensajes
    2,541
    Post Thanks / Like

    Re: Víctimas de la masonería

    Magníficos tus aportes Hyeronimus!
    Adhiero a lo dicho por Donoso.
    Acuérdate de Garcia Moreno y si tienes algo del Uruguayo Iriarte Borda.

  2. #2
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: Víctimas de la masonería

    Sobre García Moreno creo que ya se ha publicado en Hispanismo, incluso en otros idiomas. Pero puedo pasarle el dato al autor del blog La España antimasónica, para que hable del tema. De Iriarte Borda no había oído hablar.

  3. #3
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: Víctimas de la masonería

    LA SELECTIVA "MEMORIA HISTÓRICA" DE LA MASONERÍA







    D. Melquiades Álvarez

    ALGUNAS VÍCTIMAS QUE NO RECUERDA LA MASONERÍA

    Con saña y empeño se ha satanizado la imagen del General Francisco Franco. La "damnatio memoriae" [condena de la memoria] contra Francisco Franco, Jefe del Estado español desde 1939 a 1975, es secundada por todos los partidos políticos de izquierda, es compartida por los nacionalismos separatistas y es aceptada, con sonrisa de conejito dócil, por la derecha liberal española del siglo XX, tan mojigata y estúpida como la del siglo XIX.


    Un masón -o afín a la masonería- nos escribía hace unos días un comentario al pie de uno de nuestros artículos. El consejo redactor de esta bitácora no contempla la publicación íntegra de comentarios tendenciosos y pro-masónicos. Queremos que esto quede claro, pues LA ESPAÑA ANTIMASÓNICA no es un foro de debate y, menos todavía, un medio puesto a disposición de la propaganda de la secta. Pero por lo muy curioso que nos ha resultado un pasaje del comentario de este respetable señor, queremos publicar aquí el fragmento y darle cumplida respuesta, pues la merece. El señor firma como D. Álvaro Enrique y, entre otras cosas, nos escribe:


    "Buenos días Yo le confieso que pude leer hasta aquí, sólo haciendo a un lado el dolor que me da, ver a unos españoles que en el pasado recientemente sufrieron de una dictadura tan cruel como la de franco (quien casi exterminó a toda la masonería y a más de la mitad de la población en España) defender esos postulados de odio e intolerancia social." (sic)


    Nosotros no defendemos, distinguido y respetable señor, ningún "postulado de odio e intolerancia social". ¿A dónde ha visto usted ningún resquicio de ese odio o intolerancia en nuestros artículos? Lo que nosotros "historiamos" aquí se puede encontrar en las hemerotecas, en las bibliotecas... Aunque, en más de un caso, damos cuenta de algunas páginas de la historia española que no serán fácilmente encontradas en internet ni en los libros que publican editoriales de sesgo masónico. Disponemos de un colosal material documental que, gracias a Dios, no está digitalizado. La vida sería muy triste si todo pudiera leerse en esta pantalla donde la información se ahoga en la desinformación. Entendemos la tristeza de D. Álvaro Enrique, su "dolor", pues en un mundo como el nuestro, donde casi todo está hecho a imagen y semejanza de la masonería, donde la ciudadanía ha sido anestesiada, para que incluso inconscientemente eleve sus cánticos de loor a la masonería, tiene que "doler" comprobar que no todos los españoles están ganados para su causa, que no somos pocos los que nadamos contracorriente y nada queremos saber de esos cantos de sirena. Aquí no secundamos esa unilateral y falsaria historia que beatifica a la culpable de la decadencia y la postración de España a lo largo de su historia. Y, volvemos a reiterar, nosotros nos limitamos a "historiar". Y, como lo nuestro es "historiar", vamos a hacer algo por el señor D. Álvaro Enrique. Vamos a recordarle algunas cosas que, tanto él como muchos masones, tendrían que tener presente y que parece ser que se les ha olvidado.


    Francisco Franco decretó prudentes leyes que impedían la acción abierta de la masonería en España, leyes por las cuales se perseguía la actividad masónica, entendiéndola como germen de conflictos sociales y políticos. Habría que decir que Franco los conocía muy bien, pues los tenía en su propia casa: su hermano Ramón, sin ir más lejos, fue un activo masón. Franco persiguió a la masonería. Pero decir que Franco "casi exterminó a la masonería" es una hipérbole, una exageración que sólo se ve superada por la segunda parte de la audaz aseveración de nuestro lector: "y a más de la mitad de la población de España".


    MADRID, 1936


    Le invitamos a este señor a retroceder en el tiempo con nosotros. Pongámonos con la imaginación histórica en el día 23 de agosto de 1936. Hace un mes y poco que estalló la Guerra Civil Española. Estamos en Madrid, acompáñenos. Vayamos -sin que nos vean, ni a usted ni a nosotros- a la Cárcel Modelo. Tenemos un periódico de hace unos días, edición del 8 de agosto de 1936. Se trata del diario madrileño "Política", órgano de Izquierda Republicana. En la página cuarta hay un artículo que nos informará de la identidad de algunos presos ilustres, detenidos y conducidos a la cárcel por las "autoridades republicanas". Son presos políticos y están, prácticamente hacinados, en la Cárcel Modelo. Lea, D. Álvaro:


    "Y existen, por fin, los presos políticos. Antiguos y recientes. Los más notorios, de los últimos, son el Dr. Albiñana, D. Melquiades Álvarez y Martínez de Velasco. El tercero sólo ha pasado -con la de hoy- tres noches en el "abanico". ¡Lástima que Lerroux y Gil Robles no les puedan hacer compañía!".



    D. Melquiades Álvarez González-Posada es un pequeño y venerable anciano que pasa los 70 años. Nació en 1864 y estamos en 1936. Nacido en Gijón estudió Derecho en la Universidad de Oviedo y allí logró su cátedra de Derecho Romano. Estuvo muy vinculado a la krausista Institución Libre de Enseñanza y su carrera política arranca en el republicanismo de Nicolás Salmerón. Su trayectoria recorre varias legislaturas como diputado, ha sido también conspirador republicano, diputado a las Cortes Constituyentes de la II República, Jefe del Partido Republicano Liberal Demócrata y ex-presidente del Parlamento. Pero nada de eso va a valerle para salvar la vida ese aciago día caluroso de agosto. Las milicias del Frente Popular no reparan en su mandil masónico. Se ha decretado la muerte de Melquiades Álvarez y la orden será cumplida, no sin ahorrarle tormentos que, según testigos presenciales, sobrellevó con mucha dignidad. Cuentan que, cuando su cadáver fue arrojado al camión donde echaban a los muertos, para llevárselos de allí, lo arrojaron con tal fuerza que pasó el camión y cayó del otro lado, causando impías carcajadas a la canalla miliciana y asesina.



    Cadáver de Melquiades Álvarez


    Pero, escondámonos, D. Álvaro, que no nos vean, pues aunque usted es masón (o amigo de masones, por sus declaraciones) y nosotros católicos, ya ve usted, amigo mío, que estos caníbales no entienden de otra cosa que no sea matar a cualquiera que tenga un mínimo de dignidad.


    Si somos capaces de estar más tiempo en ese Madrid podremos ver los últimos momentos de vida de D. Gerardo Abad Conde. Ya sé que vivir en ese Madrid produce náuseas, es tan fuerte el olor a sangre y vísceras de "fascista" que nada puedo hacer por olvidarlo. En este Madrid, D. Álvaro, cualquiera que vista decentemente es sospechoso de ser "fascista". En Madrid impera una mojiganga hosca y criminal (los milicianos del Frente Popular), que huele a aguardiente y no se lava. Las calles las ha tomado una horda infrahumana, embrutecida hasta lo demoníaco, que espumea odio. Y en su monstruoso carnaval de muerte se atreven con las sepulturas, sacando cadáveres de religiosos y religiosas y, sin el menor resquicio moral ni higiénico, bailan la danza macabra con los muertos que exhuman.


    Imagínese que ahora estamos a día 10 de septiembre de 1936. Ya hemos visto morir a D. Melquiades Álvarez en agosto... Y, por desgracia, a muchos otros; claro. Vayamos ahora a la cárcel de Porlier. Allí está D. Gerardo Abad Conde. D. Gerardo nació en 1881 en un pueblo de La Coruña y era hijo de un comandante de la Benemérita. Pero su vocación fueron las Leyes, por lo que una vez licenciado ejercerá como abogado, perteneciendo al Partido Republicano Autónomo, del que fue secretario. Su partido se integra en el Partido Republicano Radical de Lerroux, por la huelga de 1917 será encarcelado. En 1931, con la II República, fue nombrado subsecretario del Ministerio de Comunicaciones. Diez años antes de la proclamación de la República, D. Gerardo había sido iniciado en la logia "Hispano-Americana nº 379" el 17 de julio de 1921, tomando el alias (nombre simbólico) de "Justicia". Fue representante el año 1928 de la "Gran Logia Regional del Noroeste de España" en la VII asamblea del "Gran Oriente Español", Como masón llegó al grado 33º en 1930. En 1933 solició pasar a "hermano durmiente". Seguirá ocupando, no obstante, cargos políticos, encargándose de presidir el patronato para la incautación de los bienes de la Compañía de Jesús. Y con el gobierno Lerroux llegará a ser nombrado Ministro de Marina. Nada de esto tienen en cuenta sus verdugos. En los sótanos de la cárcel de Porlier se oye jaleo. Después de atormentarlos, los milicianos en camarada con los guardias de asalto, tan afectos al PSOE, sacan sus armas ametralladoras y acribillan a D. Fernando Rey Mora, a D. Gerardo Abad Conde (h.'. Justicia) y -¡mire usted qué paradójico!- al religioso D. Leandro Arce Urrutia. Y me gusta pensar que D. Gerardo y D. Fernando se reconciliaran con Dios, aprovechando que había un hombre de Dios con ellos.




    D. Gerardo Abad Conde, hermano "Justicia"

    Dejémoslo por hoy. Retornemos a nuestra época, en la que no faltan necios que hablen de lo que no saben. Vengámonos, D. Álvaro, pues no quiero dejarlo en ese Madrid de la II República, democrática y maravillosa. Le he puesto dos casos a su consideración y a la del amable lector. Dos casos reales, puede informarse cumplidamente, pero le advierto que no son dos casos aislados. Fueron muchos los masones asesinados por el Frente Popular (ignoro si alguien llevará la cuenta exacta).


    Lo que parece es que la masonería -usted mismo se hacía eco de ello- tiene muy mala prensa sobre Francisco Franco, pero poco recuerda la masonería que el Frente Popular también dejó en las cunetas a no pocos masones. Y es bueno recordarle que fue ella, la misma masonería, la que trajo la II República a España con su odio anticlerical, con su atrabiliario gesto de tribunos de la plebe, con sus demagogos tronisonantes, patética comparsa del Terror: la revolución devora a sus hijos... Y a sus padres. Y hay que recordarle a la masonería que ella fue la que engendró -en su afán revolucionario- esos monstruos ateístas y genocidas que fueron y son el anarquismo y el marxismo. La masonería olvida con mucha facilidad lo que le interesa olvidar. Y no venera la memoria de sus muertos que, si no los mató Franco, no es políticamente correcto recordarlos.


    ¿Lo ve usted, D. Álvaro? En España no hubiera hecho falta Francisco Franco Bahamonde para exterminar a la masonería. Si Franco no lo hubiera impedido, las milicias rojas (comandadas por otros masones de relumbrón, por cierto), hubieran exterminado de la faz de la tierra a todos los masones y después, o a la vez, se hubieran descuartizado entre ellos.

    LA ESPAÑA ANTIMASÓNICA

  4. #4
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: Víctimas de la masonería




    IDIARTE BORDA:
    SANGRE DE DOS ORILLAS

    En diciembre de 1958 Montevideo vivía la apoteosis política de Luis Alberto de Herrera. Para cubrir ese acontecimiento llegó a estos pagos Juan Carlos Goyeneche, quien con su pluma llevaría a los lectores de “Azul y Blanco” las impresiones de la gira triunfal del “último Caudillo Oriental”. Figura representativa del Nacionalismo argentino, Goyeneche se sentía en su casa, ya que esta Banda del Río Uruguay estaba impregnada por la sangre familiar, la que gustaba decir, “abarca los seres que pasaron, los augustos recuerdos y los recuerdos mínimos en los que se esconden la ternura y la fidelidad”. Hasta su pseudónimo, “Diego del Plata”, expresaba la Unidad de la Patria Grande.

    Habían sido sus padres don Arturo Goyeneche, Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, y doña María Idiarte Borda, hija de don Juan Idiarte Borda Soumestre, Presidente de la República Oriental, fallecido al final de su mandato, víctima del único magnicidio que registra la historia uruguaya. La siniestra conjura desembocada en el vil asesinato marcó espiritualmente a la familia del Presidente, que marchó hacia Buenos Aires negándose, por dignidad, a recibir algún tipo de pensión de los gobiernos que con signo batllista se sucedieron en los decenios siguientes. “Diego del Plata”, en la nota que publicara en el citado periódico nacionalista, expresaba comentando la presencia del Dr. de Herrera y sus amigos en una Misa a la que llegaron “con humildad de cristianos viejos”: “¡Los tiempos nuevos! Don Juan Idiarte Borda, el último Presidente que asistió a un Te Deum, cayó asesinado a la salida del Templo. Desde entonces gobernó el Uruguay con mayor o menor virulencia el sectarismo masónico”.

    El recuerdo era pertinente porque con el luctuoso acontecimiento se acentuaría el proceso laicista que se abatió sobre el Uruguay con la generación liberal del Montevideo europeísta que ostentaba como portaestandartes a José Garibaldi, Florencio Varela y Andrés Lamas. Comenzaron a florecer entonces los mandiles masónicos formadores de una mentalidad que hostigaba, por considerar caduca, la íntima armonía entre la Iglesia y el Estado. Avanzó la extranjerización del espíritu con una mentalidad en la que el poder público debía renunciar a toda función ministerial a favor de los fines de la Iglesia.


    El ataque descatolizador estuvo coronado con éxitos tales como la secularización de los cementerios, la eliminación de los registros bautismales, el matrimonio civil obligatorio, y la reforma positivista de la educación con su escuela laica. Esta última fue obra del “hermano masón” José Pedro Varela, integrante de la “noble familia” que en 1828 aconsejara el asesinato de Dorrego y más adelante impetrara las intervenciones extranjeras.

    Estaba en pleno desarrollo la lucha contra el espiritualismo cuando, en marzo de 1894, la Asamblea General eligió Presidente al Senador don Juan Idiarte Borda. El décimotercer Jefe del Estado Oriental llegaba al cargo en plena madurez, ya que había nacido el 20 de abril de 1844. Hombre de sentimientos religiosos, los muestra a poco de su designación. A este respecto decía “La Prensa” de Buenos Aires el 25 de marzo de 1894: “El Presidente visitó en la tarde de ayer, las iglesias de la ciudad, haciendo las estaciones de práctica (Jueves Santo). Lo acompañaba su Edecán, el Coronel Pigurina”. La valiente actitud no podía ser perdonada “en un país minado por el anticlericalismo”. Aparecía en el horizonte un García Moreno uruguayo, y la carbonaria oposición se extendió durante los 1279 días de su gestión.

    Las realizaciones de aquel “hombre bueno y sin duda bien inspirado” fueron resaltantes. Quedaron como claves de los arcos del Estado: la creación del Arzobispado con dos Obispos sufragáneos y el sostenimiento del Seminario, la fundación del Banco de la República con emisión y descuento como función social, además de la adjudicación de la licitación para la construcción del Puerto de Montevideo, la nacionalización de la Compañía de Luz Eléctrica, instalándose la red telegráfica y telefónica en todo el territorio. A ello se agregó la canalización de vías navegables y la reforma de la Instrucción Pública con un Código Escolar de inspiración católica, amén de la puesta en marcha del Instituto de Ciegos y Sordomudos, junto a la fundación de Institutos Normales.

    La conspiración mostró finalmente su zarpa siniestra. El 25 de agosto de 1897, cuando abandonaba la Catedral, un sicario hería mortalmente al Estadista. Le tocó al Arzobispo Mariano Soler recibir en sus brazos la agonía del Magistrado quien dijo al prelado: “Estoy muerto… Monseñor, le pido la absolución”. La conjura sigue envuelta en el misterio. Sin embargo, se puede establecer como verdad histórica que la muerte de Idiarte Borda dejó libre el camino para el liberal socialista José Batlle, quien alcanzaría la Presidencia poco después. Desde esa posición premió al asesino con un cargo público vitalicio.

    Por otro lado, hoy el revisionismo abre pistas cuando llega al contubernio de intereses económicos, políticos y masónicos manifestados con odio público veinte días antes del aleve crimen.

    Tal vez, en la tarde sangrienta, el gran vasco recordó la “Epístola a Fabio”, escrita por García Moreno en una situación similar:

    “Presagio, triste el pecho me lo anuncia
    en sangrientas imágenes que en torno
    siento girar en agitado ensueño…
    Plomo alevoso romperá silbando mi corazón tal vez;
    mas si mi Patria respira libre de opresión,
    entonces descansaré feliz en el sepulcro”.


  5. #5
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    24 sep, 08
    Mensajes
    2,541
    Post Thanks / Like

    Re: Víctimas de la masonería

    Amigo Hyeronimus:
    Excelente tus aportes y datos!
    Muchas gracias.

  6. #6
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
    Fecha de ingreso
    16 ene, 07
    Mensajes
    20,843
    Post Thanks / Like

    Re: Víctimas de la masonería

    Ramón Emeterio Betances, masón independentista portorriqueño



    ANTONIO CÁNOVAS DEL CASTILLO

    El 8 de agosto de 1897, D. Antonio Cánovas del Castillo se hallaba en el balneario de Santa Águeda (Mondragón). En el Balneario se aloja, como corresponsal de "Il Popolo", Michele Angiolillo. Cánovas está esperando a su esposa, Doña Joaquina de Osma y Zabala. Mientras la señora llega, hay que ver lo que tardan las mujeres en su aseo, Cánovas lee un periódico. Angiolillo aprovecha la soledad descuidada y el ensimismamiento de su víctima. El italiano se acerca al malagueño y, cuando lo tiene a tiro, dispara a bocajarro. Cánovas muere.


    El pistolero fue detenido. Angiolillo se declaró anarquista y confesó en su juicio que asesinó a Cánovas en venganza por los anarquistas detenidos en Barcelona, tras el atentado anarquista contra la procesión del Corpus Christi (junio de 1896). Pero Angiolillo mentía... O decía media verdades -que, para el caso, es lo mismo.


    Angiolillo (1871-1897) había estado en París y había mantenido varios encuentros con el doctor Ramón Emeterio Betances (1827-1898). El portorriqueño Doctor Betances vivía por aquel entonces en Francia, dedicado a la medicina y a la agitación política; Betances era uno de los conspicuos cerebros del movimiento insurreccional de las Antillas contra España. Betances, como la mayor parte de sus colegas independentistas, se había iniciado muy pronto en la masonería, haciéndolo en la Logia "Unión Germana" a la que pertenecía su padre; esta Logia fue fundada en 1866 en San Germán. Más tarde, Betances pasó a la Logia "Yaguez", una de las más activas contra España. La vida de Betances es una más de esas vidas del siglo XIX, dedicadas febrilmente a la masonería, a la conspiración y al atentado político en nombre de los más sublimes ideales.


    Todos los indicios conducen a pensar que el asesino de Cánovas no actuaba sencillamente como vengador de los anarquistas barceloneses, sino que la orden de atentar contra Cánovas del Castillo fue dada por la masonería internacional, sirviéndose del Doctor Betances, que deliberó con el sicario Angiolillo la conveniencia, en un primer momento, de asesinar a María Cristina de Austria, Reina Regente, y a su hijo Alfonso, que todavía era un niño. Betances pensó con Angiolillo que un atentado de esa envergadura no sería buena publicidad -y no por motivos éticos, sino por cálculo propagandístico, se pensó cambiar de plan: mejor acabar con la vida del político malagueño, el artífice de la Restauración, D. Antonio Cánvas del Castillo.



    Así fue como Angiolillo -de quien siempre se ha dicho falsamente que actuaba en solitario y por libre- se instaló en el balneario guipuzcoano y, haciéndose pasar por periodista, aguardó el momento oportuno para perpetrar el magnicidio. Betances le había dado 500 francos al terrorista, para sus gastos personales.


    Asesinato de Cánovas del Castillo


    Betances fue el autor intelectual del crimen y se quedó tan fresco en Francia. Angiolillo, como autor material, fue condenado a muerte, tras un juicio rápido, siendo ejecutado el 20 de agosto del mismo año. De darle garrote se encargó D. Gregorio Mayoral Sendino (1863-1928), verdugo titular de la Audiencia de Burgos.

    No puede entenderse este magnicidio sin el telón de fondo de los conflictos independentistas de las Antillas y Filipinas, donde la masonería indigenista tuvo un papel destacadísimo en contra de España y sirviendo, voluntaria o involuntariamente, a la masonería anglosajona.



    La masonería de las Antillas se había servido de un anarquista italiano para matar a Cánovas del Castillo, el hombre fuerte del gobierno español. Y de la masonería de las Antillas -al fin y al cabo, una sucursal suya- se había servido la masonería anglosajona; pues, una vez eliminado Cánovas del Castillo, Práxedes Mateo Sagasta (el hermano masón "Paz") subiría al poder, viejo y "desagastado" (según dijo humorísticamente un ingenioso de la época). Con Sagasta en el gobierno, y tras una guerra donde los españoles no pudimos poner otra cosa que el coraje y la valentía, a falta de armamento y barcos, todo fue mucho más fácil para la firma del Diktat de París (vulgar y eufemísticamente conocido como "Tratado de París").


    En 1898, España desaparecía del escenario geopolítico que Estados Unidos de Norteamérica -y su patriótica masonería- tanto ambicionaban.

    LA ESPAÑA ANTIMASÓNICA

Información de tema

Usuarios viendo este tema

Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)

Temas similares

  1. Los marranos: ¿víctimas o victimarios de España?
    Por Erasmus en el foro Historia y Antropología
    Respuestas: 203
    Último mensaje: 02/09/2024, 18:25
  2. Las víctimas del castrismo
    Por Arnau Jara en el foro Hispanoamérica
    Respuestas: 9
    Último mensaje: 25/01/2009, 18:04
  3. Victimas Del Terrorismo
    Por ANDRADE en el foro Tertúlia
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 06/12/2006, 22:31
  4. Nueva página sobre Víctimas Terrorismo
    Por ANDRADE en el foro Temas de Portada
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 11/09/2006, 12:27
  5. Tres víctimas de la injusticia y el capitalismo
    Por vascongado en el foro Noticias y Actualidad
    Respuestas: 2
    Último mensaje: 14/07/2005, 23:38

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •