El mediocre presidente Arias, elegido sorpresivamente por Franco tras el asesinato de Carrero Blanco, pasaría a la Historia como pseudo-reformador o reformador frustrado del Régimen del 18 de Julio. Fue el último presidente de Franco y primero de Juan Carlos, sirviendo de nexo entre el acérrimo franquista (traducido: hombre de bien y de honor) Carrero Blanco y el decidido reformista (traducido: vulgar traidorzuelo) Adolfo Suárez. Así pues su categoría moral podría calificarse como intermedia entre ambos.
Carlos Arias Navarro (1908-1989) dio, por acción y omisión, carpetazo al legado de Carrero Blanco (1974), bajo Franco y, definitivamente, al Régimen del 18 de Julio bajo Juan Carlos, liquidando el Movimiento y tolerando de facto la subversión izquierdista-separatista durante 1976 hasta que fue cesado. Pues, una vez comprobado que se anunciaban elecciones por sufragio universal, que el Movimiento agonizaba sin valedores, y que la subversión estaba cada vez más envalentonada, Juan Carlos lo tuvo fácil para que Suárez decididamente rematara la faena...
Podríamos decir que Arias Navarro fue una bala de fogueo usada por Juan Carlos para calibrar las posibilidades de reforma del Régimen de Franco; si se encontrasen obstáculos o límites, disimularía y haría valer el franquismo de Arias Navarro; pero, caso de no darse mayores obstáculos (como sucedió) quitar de en medio a Arias y lanzarse a tumba abierta hacia la reforma radical (nombramiento de Suárez).
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