Revista FUERZA NUEVA, nº 550, 23-Jul-1977
“VITA”, PEQUEÑA HISTORIA DE UN GRAN EXPOLIO
(3) EL DIPUTADO ANDREU I ABELLÓ, UNA VIDA Y MILAGROS A MUCHAS BANDAS
El pasado 25 de junio (1977), Josep Andreu i Abelló, elegido diputado por el PSOE-PSC en Barcelona, preside la primera reunión de parlamentarios catalanes en el Parlamento de Cataluña. Según el Boletín informativo de “ODS” -20 de junio-, será promocionado y promovido para la Presidencia de la Generalitat, en sustitución del “honorable” Tarradellas.
Esta es su vida
Si algún día se editara el “Who is Who”, el “Quién es quién” de los socialistas, bien podría encabezarlo este hombre, Josep Andreu i Abelló, implicado en el asunto del “Vita”, en fusilamientos en zona roja y que, desde ahora, pretende defender nuevamente su democracia. Esta es su vida para aviso de navegantes.
Nace el personaje Andreu, el 8 de noviembre de 1906 en Montblanch (Tarragona), en el seno de una familia con posición desahogada. Abogado, militó en el partido denominado Esquerra Republicana de Catalunya, y en los años 1932 y 1935 fue elegido diputado al Parlamento catalán por la demarcación de Reus. En 1933 ingresa en la logia masónica “Fénix”.
El 24 de agosto de 1936, ya se había producido el Alzamiento Nacional, el consejero de Justicia de la Generalitat, Quero Morales, crea el primer Tribunal Popular de Cataluña y nombra jueces del mismo a Andreu i Abelló y a Ángel Samblancat, quienes en tres sesiones dictaron once condenas de muerte que recayeron en varios oficiales de Artillería y en el general Juan Legorburu.
Posteriormente, y aunque no pertenecía a la carrera judicial, fue nombrado por Companys presidente de la Audiencia y del Tribunal de Casación de Cataluña. Dicha audiencia dictó, según el mismo Andreu, noventa penas de muerte. Al mismo tiempo se le culpa de que, valiéndose de su cargo, se hizo entregar joyas procedentes de requisas, las cuales eran vendidas en Francia por dos secretarios suyos, Agustín Juando y Juan Armandí.
En 1937, cesó e hizo detener a doce jueces de carrera o magistrados, entre ellos, don Francisco Eyré Varela y don Ignacio de Lecea Grijalba. Dada su condición de presidente de la Audiencia, nombró presidentes de Tribunales a Eduardo Sanjuán y a Rodríguez Dranguet -posiblemente en Méjico todavía-, a quien asignó el Tribunal de Alta Traición y Espionaje, encargándole la revisión de todas las penas de muerte y de confirmarlas a un tiempo, lo que éste hizo sin piedad alguna, a pesar de ser magistrado de carrera. Algunas de las joyas procedentes de requisa y que no se habían pignorado en Francia, eran lucidas por una artista -Carmeta- íntima amiga de Andreu y que trabajaba en el teatro Cómico barcelonés. Al liberarse la capital catalana, Andreu i Abelló huyó en el coche oficial a Francia, instalando su residencia en Fréjus.
El “Vita” le dio la vida y el poder
En abril de 1939, Negrín y su ministro de Hacienda, Méndez Aspe, deciden trasladar a Méjico un importantísimo tesoro que había sido reunido en las embajadas republicanas españolas de Europa y los Estados Unidos con el falaz pretexto de servir de base para el SERE (Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles). Interviene Indalecio Prieto, quien, ya en Méjico, se hace con el tesoro del “Vita”. El 26 de julio (1939) una “Comisión de las Cortes Españolas” en París “reniega de Negrín” y crea la JARE (Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles), en la que Indalecio Prieto, Carlos Esplá, Josep Andreu y el ex ministro Emilio Palomo mangonean y se autonombran administradores del botín.
El ”Vita” había arribado a Veracruz y al principio se creyó que en sus bodegas y sentinas no llevaba más que el producto de saqueos y “paseos” que tuvieron lugar en diversas ciudades españolas, así como el contenido de cajas particulares procedentes de los Bancos y del Monte de Piedad. Se valoraba todo ello en unos centenares de millones de pesetas. En realidad, ahora (1977) se sabe, el tesoro era mucho más importante.
De las 340 cajas de oro que se depositaron en Marsella, cerca de 200 fueron luego transportadas a París, hacia el final de la guerra, para ser cargadas en el “Vita”. En el mismo barco iban considerables sumas en valores fácilmente negociables. También llevaba en su singladura americana tesoros artísticos o de interés histórico de valor incalculable, como las colecciones numismáticas en oro y plata de museos nacionales, que luego fueron fundidas en Méjico y enviadas a lugar desconocido, joyeros y objetos preciosos de la Capilla Real, colecciones de relojes de oro antiguos, así como el tesoro de Vírgenes como la de Requena (Valencia).
Los exiliados no cobraron nada o muy poco, como han ratificado recientemente (1977) en los medios de comunicación españoles. En 1942, el tesoro se había esfumado, así como Palomo, que huyó a Cuba con parte del botín.
Nuestro personaje, Josep Andreu, ya nada tiene que hacer en Méjico. Se va Tánger y funda el Banco del mismo nombre. ¿Qué aporta? El tesoro del “Vita”. Ya es un gran financiero y enlaza con la alta banca internacional. Conoce a los que representa en España el capitalismo yanqui, como Liga Financiera, en la que entra Andreu. Algo desde luego debe aportar a Banca Catalana, la cual le nombra consejero. Un amigo que ha saltado de modesto corredor de seguros a millonario y financiero crea CAHISA y funda el Banco Popular -hoy en manos del Opus Dei- con el apoyo del Banco tangerino… y el “Vita”. Luego, vendrá el Ómnium Cultural. Es la época para Andreu i Abelló del Mercedes con chófer negro, la “tournée” de los Grandes Duques por Europa con el complaciente Bajá y la amistad con el Sultán.
Este es el personaje, hoy
Lleva una vida suntuosa y funda en 1964, en pleno Paseo de Gracia barcelonés, una entidad de gestión financiera. No desentona con su compañero de candidatura socialista, Joan Raventós, gran capitalista en la Compañía de Industrias Agrícolas, Salinera Española, Seix Barral, Ariel…
Este es el personaje diputado en las Cortes inorgánicas (1977), amante de la democracia, el respeto y la libertad. Uno de los hombres que pide, exige la devolución del patrimonio confiscado a los socialistas al finalizar la Cruzada: un representante del pueblo. ¿Pero sabía todo esto, el pueblo, el hombre que con su voto le ha otorgado su representación?
Ítem más: según un informe practicado en 1960, contando sus actividades durante la Guerra en Barcelona, dice que “su vida privada era pésima en todos los aspectos; en esta capital requisó los pisos tercero y cuarto del número 615 de la hoy avenida de José Antonio para sus asuntos particulares y a los que tenían libre acceso un grupo de pistoleros a sus órdenes que eran los encargados de robar, saquear y realizar todos los desmanes imaginables en beneficio de su patrón”.
¿Va a ser Andreu i Abelló, el presidente de la Generalitat? ¿El portavoz de un pueblo limpio, aunque engañado? Ya no puede negar ni disimular. ¿Explicará en las Cortes inorgánicas, como administrador del tesoro del “Vita”, “ante los padres de la patria”, cómo lo ha escamoteado y dónde ha ido a parar? Desengañémonos: no. Socialismo es libertad. ¿Verdad, Josep Andreu?
FIN DE LA SERIE |
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