La actual "Junta" de "Castilla y León", se gestó bajo una mayoría y una presidencia socialistas (1983) producida en las nueve provincias que la forman.
Eso quiere decir que dicha "región" fue concebida y plasmada con los parámetros mentales de los caciquillos progresistas de entonces (1983-87), con su presidente el socialista Demetrio Madrid.
No es de extrañar, pues, la apelación a la denominación progresista de "Junta" (común a otras zonas de predominio socialista regional, como Andalucía y Extremadura); y es que la palabra "Junta" trae resonancias de progresismo decimonónico, de gobiernos representativos regionales que supuestamente vertían en Juntas Supremas Centrales etc.
Asímismo, el imaginario progresista nunca pudo haber apelado a un fachorra beaturrón expansionista antiecuménico etc. como "San" Fernando III, haciéndolo patrono o símbolo, sino a todo lo contrario:
lo que simbolizara al "pueblo llano" revolviéndose y atacando a sus reyes legítimos: los Comuneros (todo ello en versión progre, y según lecturas decimonónicas).
Máxime cuando las peticiones de autonomía regional, desde la época de la Transición (1977), habían venido siendo monopolizadas exclusivamente por sectores izquierdistas minoritarios, y se hacían coincidir con la celebración de lo de Villalar.
Esa dinámica fue recogida por los sucesivos gobiernos. Las nuevas mayorías conservadoras (PP) de la zona "castellano-leonesa", desde finales de los años 80 hasta ahora se cuidaron muy mucho en no alterar esa cosmovisión progresista de la "región" como ente representativo del alboroto medievaloide "comunero".
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