10. LOS PRESIDENTES DEL CONSEJO SUPREMO DEL GRADO 33 NO SON LOS VERDADEROS JEFES.
Pero, ¿quiénes de entre los judíos son los jefes secretos de la Masonería? Seguramente, que no son los Soberanos Grandes Inspectores Generales del grado 33, porque, en primer lugar, sus nombres figuran impresos, y luego, ¡hay tan elevado número de ellos!...
Tampoco son los Presidentes del Consejo Supremo, pues, en la ceremonia de iniciación al grado 33, hablan de sus jefes: «Los príncipes y sacerdotes, que no podían vencer una institución que les es hostil, y que tan temibles les resulta, han tenido en épocas diversas la audacia de pasarse al campo enemigo, haciéndose masones e introduciendo en la Masonería estos usos, estas fórmulas, estos títulos, estas leyendas tan absurdas, que debían falsear el espíritu de la institución, desnaturalizando sus tendencias, a la vez que parecían favorecer a los principios religiosos y aristocráticos, en vez de a las doctrinas democráticas y liberales.
«Nuestros jefes; ante tal peligro, estrecharon los vínculos entre los verdaderos miembros de esta sociedad secreta por excelencia que es la Masonería y deseando asegurarse, si no la protección, al menos la tolerancia de los poderosos de este mundo, les dejaron tomar parte en las obras masónicas, de las cuales no se les dio a conocer sino lo que no había inconveniente en que supiesen. Nuestros jefes, viendo, sin sobresalto, a la Masonería convertida en una sociedad benéfica y de caridad, lo más insignificante posible, cuyo gobierno creían tener en las manos esos poderosos de la tierra, les dejaron declarar que la política y la religión eran completamente extrañas a la Masonería» 32.
Nos es imposible expresar aquí todas las mentiras, toda la hipocresía, la misma confesión de falsedad con que los famosos Presidentes colman, en esta declaración, a sus jefes; nos basta con hacer notar que no dicen «Nosotros, los jefes...», sino «Nuestros jefes...», lo que lleva implícita la declaración de que por encima de los grados 33, por encima del Presidente del Consejo Supremo, hay todavía otros jefes: los verdaderos jefes masónicos.
¿Quiénes son estos? ¿Dónde se hallan?
32 P. Rosen: Satan; p. 294
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