Los estados en los países de los que provienen los contingentes de inmigrantes más numerosos que soporta nuestra nación existen a todos los efectos y no veo por qué pueden participar en competiciones deportivas o tener representaciones diplomáticas y en cambio desentenderse de la suerte de sus ciudadanos cuando están en un país extranjero.
El caso de Marruecos es significativo porque son muchos los menores de edad que en nuestro país están tutelados por diversas organizaciones y administraciones públicas sin que a su país de origen se le impute responsabilidad sobre esos menores de edad. Incluso se sabe de sus familias en Marruecos pero parece que en allí sale gratis abandonar a un hijo y en cambio nosotros estamos obligados a prohijarlo.
La primera obligación de un Estado es para con sus súbditos de igual forma que un padre de familia no desatiende a su progenie para practicar la caridad con los demás como parece que piensan nuestros gobernantes. No se puede hacer abstracción de la historia y de la tradición e igualar a la población autóctona que desciende de los pueblos que han construido España con su sangre y su esfuerzo, con colectivos de personas que vienen a resolver los problemas del capitalismo apátrida y no de los españoles. La nación española no debe inmolarse para solucionar un problema creado por los mismos que ahora proponen soluciones.
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