No por el hecho de ser hispánicos tenemos que mirar con buenos ojos la inmigración procedente de países hispanoamericanos. Fueron esos países americanos los que influídos por la masonería anglosajona se desvincularon de la Madre Patria y desde entonces se buscaron su propia ruina y la balcanización de un territorio donde antes, desde Canadá hasta la Tierra del fuego, había sólo dos o tres virreinatos.

La mayoría de los inmigrantes hispanoamericanos son unos renegados y descastados que maldicen de España con el achaque marxista de que les explotamos y les colonizamos. Por otra parte, culturalmente, han degradado la herencia hispana con su música y su modo de vestir yanqui-negroide típicos de todas esas organizaciones para-mafiosas como los Latin-Kings, ñetas,etc más propias de barrios como el Bronx o Harlem. En ningún caso ecuatorianos, colombianos, dominicanos, etc, son pacíficos como lo demuestran las continuas trifulcas que se producen en los guettos donde se instalan sobre todo cuando se emborrachan. Y como trabajadores son unos haraganes.

Si vamos al aspecto religioso también estos supuestos hermanos hispanos han abrazado diversas sectas judeo-protestantes que están haciendo estragos en la otrora tierra devota de la virgen guadalupana. En mi opinión lo mejor de los hispanoamericanos podemos encontrarlo en la propia Hispanoamérica entre gente que conserva la esencia de la Hispanidad que entre los emigrantes donde cunde el desarraigo y el cosmopolitismo.


Los inmigrantes negro-africanos no son mejores ya que son personas que en su continente han demostrado no saber gobernarse a sí mismos ni salir de un atraso cultural inherente a sus características raciales. De pacíficos no tienen nada porque también son capaces de organizar mafias de trata de blancas en las que someten a sus propias mujeres mediante hechizos de vudú y magia negra, además del salvajismo tribal que caracteriza a estas gentes.

La inmigración musulmana tiene un claro carácter de conquista por lo que tampoco es deseable, a más de la conflictividad que implican los individuos descarriados de la fe islámica con sus trapicheos y conductas delictivas.

Los chinos también tienen propósitos imperialistas pero más en el aspecto económico ya que lo suyo es acaparar negocios y monopolizar sectores.

La conclusión para mí es que la única inmigración tolerable es la procedente de países de Europa Oriental, purgados eso sí las mafias albanesas, balcánico-musulmanas y caucásicas así como los gitanos, que son los que acarrean mala fama a los inmigrantes eslavos con los que a menudo suele confundírseles.