Cataluña salafista. El islam enemigo de los hombres y los perros


 LA CATALUÑA SALAFISTA EN ACCIÓN
El pasado mes de septiembre aparecieron muertos 15 perros en la ciudad de Lérida. Tiempo atrás ya aparecieron muertos otros canes en las misma zona donde ha ocurrido este segundo caso. Según los análisis de los veterinarios todas las muertes se han debido a envenenamiento. Los envenenamientos se han producido en un barrio con fuerte población musulmana. La Policía aún no ha dado con los culpables de estos hechos que han causado alarma e indignación. Recordemos que dos asociaciones islámicas radicadas en Lérida pidieron hace poco al Ayuntamiento de la ciudad que promulgara una normativa municipal para prohibir la presencia de perros tanto en los autobuses urbanos como en algunas zonas frecuentadas mayoritariamente por musulmanes, al ser considerados “animales impuros” por el islam. Según estas, la presencia de los perros en los espacios públicos y en los autobuses (perros de ciegos) ofende a los musulmanes que consideran a los canes animales impuros. Esto violaría la libertad religiosa de los musulmanes y su derecho a vivir según las normas islámcas. Desde entonces numerosos vecinos ha sido molestados y acosados por musulmanes por pasear sus perros por el barrio. Los vecinos, que se sienten desprotegidos por la falta de vigilancia policial, se han agrupados en patrullas calejeras para escoltar a los paseantes de perros y evitar las agresiones de los moros. Esas asociaciones salafistas son las mismas que presentaron un recurso contra la prohibición del burka en los edificios públicos aprobadas por el consistorio algún tiempo antes. No es este el único problema que generan los musulmanes en Lérida, una ciudad en vía de rápida islamización, que cuenta ya con un 20% de moros (29 000 personas). El pasado mes de dieciembre, el consistorio leridano prohibió la burka en los espacios públicos. La asociación islámica Watani puso una demanda contra esa medida supuestamente discriminatoria y violadora de la libertad religiosa, pero fue rechazada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. En septiembre del año pasado, esa misma asociación salafista pidió al ayuntamiento que le ofreciera un terreno gratuito para edificar una mezquita que sería financiada por Marruecos. Esta petición surge en paralelo a otro proyecto de construción de una segunda mezquita, financiada esta por Arabia Saudita, y cuyo imán es otro salfista seguidor del islamismo radical wahabita. El wahabismo es una rama del islam que predica la restauración de la dominación musulmana mediante el establecimiento de un califato en Oriente Medio, en África del Norte y en Europa, empezando por España, país considerado como un territorio musulmán que hay que reconquistar. Los salafista piensan que los territorios perdidos durante la Reconquista les pertenecen y que están en su derecho de recuperarlos, ya que todo territorio que una vez fue musulmán lo es para siempre. En España, los salafistas han llamado a los musulmanes que tienen derecho de voto en España a votar para los partidos nacionalistas catalanes para facilitar la instauración del islam en Cataluña. Su objetivo a corto plazo es entrar en los ayuntamientos de la mano de alianzas con los partidos nacionalistas y de izquierda (en Cataluña estos últimos también son nacionalistas).
El nacionalismo catalán lleva varias décadas favoreciendo la implantación de enormes masas de innmigrantes musulmanes en Cataluña. Su objetivo era abrir las puertas a fuertes contigentes de inmigrantes de lengua no española a fin de “catalanizarlos” más fácilmente que a los inmigrantes latinoamericanos de lengua española. El resultado es que Cataluña es actualmente la base más importante del salafismo en toda Europa y el número de musulmanes presentes en la región suma más de medio millón (500 000). Los salafistas en Cataluña trabajan (sin demasiadas trabas) para la edificación de una sociedad musulmana regida por la sharia. Los imanes salafistas han implantado tribunales islámicos para juzgar a los musulmanes que no observen estrictamente las reglas de la ley musulmana, y para vigilar a todos los que se aparten de la vía marcada por la sharia. Varios casos del accionar de esas “brigadas de la moral” ha saltado a la prensa en los últimos tiempos. En Cataluña, el movimiento salafista está localizado en Tarragona, Badalona, Calafell, Cunit, Lérida, Mataró, Reus, Roda de Bará, Rubí, Salt, Santa Coloma de Gramenet, San Boi de Llobregat, Valls, El Vendrell y Vilanova, además de Barcelona, que cuenta ya con 5 mezquitas salafistas.

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