Re: "El gran diseño", de Stephen Hawking
Leídos los textos de Nigel Kerner, podemos comprobar que para explicar la creación del universo y, en consecuencia, la del hombre, recurre a un sincretismo particular que nada tiene que ver con la Doctrina de la Iglesia, incluso hasta la rechaza. Es pues uno de esos personajes que medran en los límites más imprecisos de la Teología y la Física, en esos terrenos donde una y otra se dan la mano o mezclan cuando la última es incapaz de dar más explicaciones o soluciones y hay que recurrir a la otra necesariamente. Pero una cuestión es este tipo de dialéctica y otra muy diferente elaborar hipótesis fantasiosas como la de los 20 millones de a.l. con tres dimensiones (prescindiendo de la cuarta o tiempo) y el resto hasta el infinito con dos nada más. Se lleva a cabo así una negación de millones de observaciones llevadas a cabo con los más rigurosos métodos de observación y mediciones con la instrumentación más avanzada de la historia, en todos los rangos de frecuencias existentes, y viene un tipo o dos, o tres, a negarlo, ¡de traca! Esto no es serio.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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