En realidad comenzó hace más de dos mil años, entonces no se quemó una imagen de La Virgen, se crucificó y mató a su Hijo. Siempre, y a lo largo de estos dos milenios ha venido ocurriendo aquí y allá, pero sólo en momentos de guerras y revoluciones ha sido intensa la actividad de las huestes de Satanás. Si hoy lo parece más, es porque el mundo entero es un polvorín y porque hay unos medios de comunicación como jamás los hubo en el pasado.