EL CRUCIFIJO EN LAS AULAS: ALEMANIA, 1936... ITALIA, 2009
Beato Clemens August Graf von Galen, Obispo de Münster durante el III Reich, ejemplo del Episcopado valiente, fortalecido por la gracia de Dios. Mientras todos callaban en Alemania, Monseñor Galen denunció desde el púlpito el exterminio que llevaban a cabo los nazis asesinando a enfermos mentales y a otros desgraciados, y lo denunció con la fuerza de un león, con riesgo de su vida, pero dando testimonio de Cristo en aquel totalitarismo. Aprendamos de él a confiar en Cristo en todas las luchas que estén por venir. Combatiremos al totalitarismo de hoy como él combatió al totalitarismo de ayer. Que Dios nos ayude.
El Tribunal de Estrasburgo consideró, en noviembre de 2009 saltó la noticia, que "la exhibición obligatoria del símbolo de una determinada confesión en instalaciones utilizadas por las autoridades públicas, y especialmente en aulas" restringe los derechos paternos a educar a sus hijos "en conformidad con sus convicciones". El fallo agregaba que la exhibición del crucifijo limitaba "el derecho de los niños a creer o no creer".
El Tribunal de Estrasburgo:
¿se inspiró en los nazis del III Reich?
Vamos a verlo.
Clemens August von Galen, el "León de Münster".
LA IGLESIA DE CRISTO CONTRA EL ESTADO TOTALITARIO
Los nazis tenían muy claro que el control de la enseñanza era fundamental para sus planes. Este decreto fue emitido por el Ministro de Culto e Instrucción en Oldenburgo, con fecha de 4 de noviembre de 1936:
"El Ministro de Interior y el Ministro de Culto e Instrucción. IV 9607. Oldenburgo 4 de noviembre de 1936.
Todos los edificios públicos del Estado, de los Municipios y de las Intendencias Minicipales, pertenecen al pueblo alemán sin consideración a la confesión religiosa de cada uno de los compatriotas. Este derecho debe aplicarse también a todos los edificios destinados a escuelas elementales. Por lo tanto no es lícito que se consagren y bendigan edificios públicos escolares. Oportunamente se hará una advertencia especial.
Los edificios de Administración Pública tradicionalmente no estuvieron decorados con emblemas religiosos como pueden ser crucifijos o retratos de Lutero. Este hecho corresponde a una imparcialidad, tanto más necesaria, cuanto que el Estado abarca a todo el pueblo alemán. Idénticos puntos de vista deben servir la norma para todos los edificios de Administración Pública, de los Municipios y de las Intendencias Municipales. Edificios escolares del Estado, de los Municipios o de las Intendencias Municipales deberán ser tratatos en idéntica forma, no debiendo tampoco exceptuarse los de las escuelas elementales, pues ellos pertenecen a la colectividad y no a uno u otro credo determinado.
Por tanto decretamos que en el futuro no deberán colocarse símbolos eclesiásticos y otros distintivos religiosos del carácter mencionado o parecidos en los edificios del Estado, del Municipio y de las Intendencias Municipales.
Sobre lo dispuesto se informará hasta el 15 de diciembre del corriente año.
En representación: (Firmado: Pauly). - Certificado: Wulff. Secretario administrativo."
Ante este decreto, la Iglesia Católica alemana reaccionó. Vormerk, vicario honorario del Cabildo de Veclita, dirigió en conformidad con el Obispo de Münster Monseñor Clemens August von Galen, una carta a los feligreses en que decía, entre otras cosas:
"Somos cristianos, es decir, creemos que hemos sido redimidos por la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Por esto vemos en ella el símbolo fundamental de nuestra sagrada fe cristiana. Toda agresión a la Cruz, símbolo de nuestra redención, es evidentemente para nosotros un ataque al Cristianismo. El Concordato del Reich y la ley escolar garantizan la escuela religiosa, es decir, la escuela católica donde deben regir las enseñanzas e ideas de la fe católica".
"Donde está el Cristianismo, está también la Cruz. Con amarga pesadumbre debemos, pues, formular esta pregunta: ¿Aún queda lugar para el Cristianismo allí donde no se tolera ya la Cruz?"
Vormerk terminaba diciendo en aquella carta a los fieles de Oldenburgo:
"Tenemos la gran satisfacción de ver que en España el Gobierno Nacional ha vuelto a llevar la Cruz a las escuelas de donde había sido desterrada por un anterior gobierno descreído. Esto se hace porque se ve en la Cruz el símbolo de lucha contra el bolchevismo. Y en Oldenburgo se echa la Cruz de las escuelas. Es un sacro deber de conciencia para todo católico el defender la enseñanza cristiana, e interceder por la educación basada en la fe de la Cruz como símbolo de nuestra redención. Por lo tanto nosotros jamás podremos dar nuestro consentimiento para que se quite la Cruz de las aulas de clase de los niños. Estamos dispuestos a hacer todo para que esto se evite."
Esta carta episcopal se leyó a los feligreses el 14 de noviembre de 1936. Pero el frente contra el Crucifijo estaba abierto en toda Alemania.
Franz Reinhold Schwde-Koburg, Gobernador de Pomerania
La lucha era la misma que hoy sostenemos contra los nuevos totalitarios laicistas. El totalitarismo laicista quiere el control del ámbito educativo, como los nazis. El Partido Nazi pugnaba por evacuar de los espacios públicos el crucifijo. Uno de los campos de batalla fue, ayer como hoy, las aulas.
El argumento de los nazis era el mismo que hoy se esgrime por parte de los laicistas. Así es como el gobernador de la provincia de Pomerania, Franz Reinhold Schwde-Koburg, invoca a la libertad de conciencia (¡un nazi invocando a la libertad de conciencia!) como sigue:
"Con el principio de libertad de conciencia es aun menos compatible que tengan lugar en las escuelas funciones religiosas de cualquier orden, oraciones matinales y actos parecidos. Sobreentendido que no deberán celebrarse cultos religiosos en las escuelas. Sin menoscabo de las clases de enseñanza religiosa católica y protestante previstas en el plan de instrucción, no se permiten disposiciones relativas a la asistencia a funciones religiosas, tanto dentro como fuera de los edificios sacros."
Es curioso lo mucho que coinciden los laicistas actuales con las directrices hitlerianas del III Reich en materia de confesionalidad y expulsión del Crucifijo de los ámbitos públicos. El laicismo es totalitario.
Publicado por Maestro Gelimer en 19:04 1 comentarios
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