Es inútil recurrir. Tengo amigos que lo han hecho, pero sólo para agotar la vía judicial española, condición necesaria para llegar el Tribunal de Estrasburgo, que tampoco es que sea ninguna maravilla. Tienen dinero y pueden arriesgarse a probar suerte. Si la cosa les sale bien, sentará jurisprudencia y nos beneficiaremos todos, y si no seguiremos como estábamos, porque peor ya es difícil.
A estas alturas ya nadie espera milagros de las instituciones autonómicas, nacionales o europeas.
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