No sólo en este sino en todos los otros sectores ideológicos. Con él además ha muerto el último gran orador de los siglos XIX y XX, con la ventaja de que a diferencia de los discursos Vázquez de Mella u otros, a los que podemos acceder sólo mediante los fríos registros taquigráficos, los suyos los tenemos grabados y en video para la eternidad.