¿Por qué ha tardado el CNI dos años y medio desde la primavera del 2005 hasta Julio del 2007 en confirmar la existencia de un topo que dos años antes había estado pasando información sensible del Centro Nacional de Inteligencia al servicio secreto ruso (FSB)? Y ¿por qué, una vez conocida la traición de Roberto Flórez García, no interrogó el CNI a su ex agente en una casa segura sobre todos y cada uno de los datos del servicio que pasó a Rusia, como exige el protocolo de actuación para estos casos, en vez de enviar a la Policía para que le detuviese de improviso en su casa de Tenerife?
Éstas son las preguntas que se hacen medios cercanos al servicio secreto español, que no terminan de ver claras las explicaciones que ofreció el director del CNI, Alberto Saiz, en una conferencia de prensa sin precedentes. No se duda de la traición del ex agente Flórez, que la Justicia tendrá que dirimir, sino del hecho de hacerlo público en estos momentos, cuando el ex agente Flórez pensaba dar a conocer cierta información comprometedora.
"Sería interesante que el ex ministro de Defensa del Partido Popular, Federico Trillo, y el anterior director del CNI, Jorge Dezcallar, confirmasen o no si en los correspondientes relevos del ministerio y del Centro entre los temas abordados con sus sucesores se encontraba ya el caso de Flórez", apuntan los citados medios. Al parecer, es un caso antiguo del que el servicio de inteligencia tenía constancia y ha sido "resucitado" de forma oportuna. En el entorno de la Inteligencia española circula la siguiente explicación: Flórez tendría en su poder informes del Centro Nacional de Inteligencia relativos a los atentados del 11 de Marzo, que habrían encendido las luces rojas en el Gobierno socialista y en el propio servicio secreto a pocos meses de elecciones. Y, por lo visto, el ex agente tendría también en su poder información relativa a Marruecos, a la que habría tenido acceso a través del variopinto mundo de agentes marroquíes y colaboradores que se mueven en Canarias, donde él reside.
El archipiélago canario es, desde hace años, una prioridad informativa de los servicios secretos marroquíes. Dos son las razones de ese interés: por un lado, Rabat nunca ha renunciado a cierta ascendencia sobre las islas y, de otra parte, las Canarias constituyen, desde la retirada española del Sáhara en 1976, en un activo foco de organizaciones de apoyo a la causa saharaui y al Frente Polisario.
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