Me sumo a la propuesta de Valmadián: ¿Dónde está el cadáver del sacerdote Rvdo. P. Don Bernardo Cruz Pérez?
Fue asesinado en agosto de 1936 en un cuartel de milicias de la retaguardia roja de la provincia de Jaén, la misma provincia en que nació este juez.
Primero, los milicianos lo persiguieron por una calle, refugiándose en una casa que encontró, el sacerdote que padecía obesidad se metió en una alacena. Los milicianos allanaron la casa, y en su monstruoso cerebro decidieron emparedarlo vivo, dejándole un hueco por el que oían sus quejidos.
Al término de una semana, el sacerdote fue sacado sacado de la alacena por sus verdugos. Salió en tan calamitosas condiciones que, por respeto a su dignidad, no queremos detallar: imagínese a una persona emparedada, con un agujero a la altura de la boca, para darse el "gusto" de escuchar sus lamentos. Estaba más muerto que vivo, pero todavía respiraba. Tendieron su cuerpo sobre una mesa y con un cuchillo de matarife le cortaron el cuello: mientras que se sangraba, una miliciana removía la sangre que caía en un barreño, como cuando se hacen morcillas. Así me lo contó mi abuelo, y a mi abuelo le doy yo más credibilidad que a los archivos del Registro Civil (ahora diré).
Su cuerpo fue dado a los perros. Así que no habrá ninguna asociación que pueda localizar sus restos para exhumarlos y darles un entierro cristiano.
Ese horror tuvo lugar el 15 de agosto de 1936 en la misma provincia en que nació este juez Garzón.
SOBRE LOS ARCHIVOS PARROQUIALES QUE DEMANDA EL SEÑOR JUEZ GARZÓN
¿Para qué se pone el juez Garzón a pedir los archivos parroquiales? ¿No sería mucho más cómodo para alguien como él cursar una circular a todos los Registros Civiles y pedir las actas de defunción, en vez de ir a molestar a los archivos parroquiales y pedir las actas de sepelios?
No quiero pensar que se trate de otra insidia más para deslizar, por si fuese poco, que la Iglesia Católica tuvo que ver directamente con las "ejecuciones" de la post-guerra. Y digo "ejecuciones", no asesinatos; pues para asesinatos los cometidos, sin juicio ni garantías legales, por los amigos del juez Garzón.
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