Anorgi: Yo no he hablado de antítesis, sino de que los rojos actuales condenan a unos y alaban a otros. Aunque, dicho sea de paso y sin ánimo de desvirtuar el hilo, ni Oliveira Salazar ni Bordaberry han sido tiranos ni han recurrido al truco de disfrazarse de demócratas para socavar las libertades. Pero, insisto, ése es otro tema.
Cuando hablé de los rojos, lo hice en cuanto que son autores de un crimen histórico-artístico, queriendo explicar que ese crimen es consecuencia de una ideología concreta, una ideología que justifica cualquier medio para alcanzar un bien que ellos consideran supremo y que pasa por la supresión de las huellas del pasado real, de la auténtica Historia.
Es necesario conservar el Valle de los Caídos igual que es necesario conservar el sepulcro de Santiago, la casa de la Virgen en Loreto o el Santo Sepulcro en Jerusalén. Son huellas de un pasado que nos ha conformado como lo que somos hoy.
España es una realidad histórica y las huellas de esa realidad no deben borrarse. Por eso, es necesario defender nuestro patrimonio histórico-artístico.
Copiado del blog de Pío Moa:
Preguntan algunos que a qué viene el manifiesto de historiadores (lleva de momento más de veinte adhesiones, y esperamos llegar al centenar cuanto antes). Como el propio manifiesto indica, el gobierno lanzó en su momento una gran campaña, recogida sin críticas también en medios de derecha, según la cual el Valle de los Caídos habría sido construido por 20.000 presos “republicanos”, es decir, del Frente Popular, en condiciones de práctica esclavitud. El enorme infundio, frente al que en su momento no hubo reacción adecuada, trataba de servir de cobertura a cualquier tropelía contra el monumento, que algunos elementos de izquierda (Gibson, por ejemplo) quisieran dinamitar. Se hablaba de transformarlo, convirtiéndolo en un museo de los “horrores” del franquismo y cosas por el estilo. Desde hace tiempo, el gobierno impedía, a través de la Guardia Civil, el acceso al lugar a quienes portasen la bandera española, clara restricción anticonstitucional, y desde hace un tiempo, con pretexto de obras inexistentes, ha cerrado el paso a la basílica, excepto, y solo parcialmente, a la misa de las once de la mañana. De paso ha suprimido el pago por la entrada, lo que supone eliminar los recursos para el mantenimiento del Valle. Los monjes son así hostigados a fin de que terminen hartándose y se marchen, y quede vía libre a cualquier otro designio. En unas conversaciones recientes con los monjes, el gobierno ha hablado de restablecer la situación para el mes próximo, pero no hay la más mínima garantía de que vaya a cumplirlo un gobierno como el que tenemos. Por ello importa emplear todos los medios de presión posibles remitiéndonos a la opinión pública. Solo la denuncia pública y lo más amplia posible de la radical falsedad en que basan sus designios es imprescindible ante una opinión pública engañada y manipulada.
"La Verdad os hará libres"
Sólo se me ocurre una forma de salvar El Valle de los Caídos: que sea declarado "Patrimonio de la Humanidad".
El procedimiento es largo, pero es jurídicamente viable, aunque para ello ciertas organizaciones deberían proponérselo seriamente. Incluso los habituales argumentos que se suelen esgrimir, y que ya habéis comentado, quedarían sin efecto si, por ejemplo, se arguyese que Las Pirámides, "patrimonio de la humanidad" fueron levantadas con el esfuerzo, el sudor, la sangre y hasta la muerte de miles de esclavos.
Si tenéis contactos "convenientes" deberíais filtrar esta idea. Insisto, el proceso es laborioso, pero no imposible. Empezad por la Ley del Patrimonio Histórico Español" de 16/1985, es una ley orgánica y toda la legislación anterior.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Motivos tiene de sobra el Valle para ser declarado patrimonio de la humanidad, porque es un caso único en el mundo, un monumento a la reconciliación y el perdón que no tiene igual ni precedentes, aparte de su valor artístico. Ahora bien, veo difícil que lleguen a declararlo patrimonio de la humanidad dado su políticamente incorrectísimo carácter. Pero por intentar que no quede.
Una pequeña corrección Valmadian, a pesar de que la teoria más extendida sobre la construcción de las piramides hacen referencia al empleo de esclavos, lo más probable, según las investigaciones arqueológicas, es que, las pirámides fueran construidas por trabajadores bien remunerados.
Por otra parte coincido en que el Valle de los Caídos tendría que formar parte del Patrimonio de la Humanidad.
Última edición por Estirpe militar; 25/02/2010 a las 15:03
Acerca de la primera cuestión, alguna vez he oído algo sobre dicha hipótesis, pero más bien relacionada con el hecho de que sólo lo fuera una parte: arquitectos, encargados, vigilantes, artesanos y transportistas de los materiales, no así la mano de obra no especializada. Lo cierto, es que en esas etapas de la Historia lo común era la esclavitud, de hecho eran sociedades esclavistas y así están clasificadas no sólo por la historiografía (dicho en sentido general para no estar citando los diferentes campos), sino también desde otras disciplinas como la Ciencia Política, la Sociología o la Economía.
En tal sentido, tampoco debemos olvidar cuál era la condición de los judíos y por qué fueron liberados, tal como nos relata el Antiguo Testamento. La esclavitud era una forma de economía difícil de sustituir, entre otros motivos porque faltaban las infraestructuras precisas para ello y porque, en cambio, formaba parte del reparto social del trabajo.
Respecto a la segunda, creo que has tenido un "lapsus", patrimonio nacional" ya lo es, yo me refiero específicamente a iniciar la tramitación para gestionar la declaración de Patrimonio de la Humanidad, aunque sea difícil, no es imposible pues no existe nada igual en el mundo.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
¡Ojala! Patrimonio de la Humanidad, pero si esto lo tienen que defender en el exterior de España nuestros actuales representantes, ¡vamos aviaos!
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Mi honor, la lealtad,
mi fuerza, la voluntad,
mi fe, la catolicidad,
mi lucha, la hispanidad,
mi bandera, la libertad,
mi arma, la verdad,
mi grito... ¡despertad!
mi lema... ¡¡Conquistad!!
Es cierto que resulta muy complicado, pero si no se inicia la petición por parte de quienes corresponda no se logrará nunca. El objetivo no sería ni para hoy ni para mañana, sino para que esté "paralizado" mientras este pelotón de castigo siga calentando el asiento, pero "presentado".
Dicha solicitud se presenta ante el Consejo del Patrimonio Histórico, que es un ente consultivo de carácter nacional, con representación del gobierno y de las CCAA. Estos tienen la misión de aprobar una lista que reúna los requisitos establecidos, y el Valle de los Caídos los cumple.
El paso siguiente en el procedimiento es presentar la solcitud ante el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La cuestión es que mientras se solicita, se revisa, se tramita una respuesta..., procedimiento administrativo puro y duro, se gana tiempo para que esta recua deje de ser un problema para la Historia de España y España misma.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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