Respuesta: Si yo fuera diputado en Cortes.

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DON COSME
Estimadísimo Valmadian, ¿de verdad crees que estaríamos donde estamos si este concepto de DIGNIDAD, se diera frecuentemente entre la clase política?
A un indigno, a una persona sin ningún sentido de la moral, incluso de la ética, no se le puede pedir que sea digno. Es indigno por naturaleza.
Éste, además de por eso, resulta indigno por otra larguísima serie de motivos.
Tienes toda la razón, la verdad te asiste, por eso mi exigencia de dimisión va precedida de que encuentre en su ser ese "mínimo" de vergüenza, un levísimo vislumbre de dignidad y, aprovechando ese instante de cierta sublimidad, sea capaz de firmar su ¡adiós!
Aunque lo pueda parecer, debéis creedme que no soy tan ingenuo como para pensar que este impresentable individuo encierra en sí algo humanamente aprovechable. Sin embargo, mi exigencia sí es real y, ese y no otro, es el único idioma que entiende pues con este individuo es imposible cualquier intento de diálogo. Estamos ante un sátrapa, ególatra, inepto, incapaz, completamente inmoral, de escasa inteligencia racional y fuerte inteligencia emocional, por ello tiene ese desparpajo y sólo atiende a la voz de orden. Y por eso hay que exigírselo, pero sin insultarlo pues no es el responsable de su propia condición, pero si es el mayor problema que tiene España.
Esta es una prueba de peso en contra de la democracia, pues es capaz de generar individuos como éste y permitir que alcancen las mayores responsabilidades cuando no reúnen los requisitos mínimos para ello.
Que gran paradoja resulta que la democracia sea "el gobierno del pueblo contra el pueblo". Eso la convierte en el más corrupto de los sistemas y por ello deviene siempre, más pronto o más tarde, en tiranía.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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