Porque aunque Franco fuera anticomunista convencido, él no alcanzaba a ver, como todos los conservadores de su tiempo y los actuales, que el comunismo es la consecuencia lógica del liberalismo, por muy moderado que sea.

Franco, como todos los conservadores, ponía cadalsos a la consecuencias y tronos a la premisas.

Lo que pasó en España luego es la consecuencia de lo que el sembró durante 40 años. Con la ayuda del clero.